Los avances en las conversaciones de paz en la Habana, colocan en la agenda política de quienes aspiran a ser elegidos como los nuevos gobernantes regionales y locales en las próximas elecciones del mes de octubre, el tema de las regiones; pensándolas desde una etapa de posconflicto. Los nuevos gobiernos tendrán como tarea fundamental estructurar metas, estrategias, proyectos y programas orientados a planear el desarrollo regional, en una fase en la que se debe pensar las regiones como zonas estratégicas para el desarrollo del país, la consolidación de la paz y la reconciliación.
Es una coyuntura, en la que vamos a tener la posibilidad de conocer las propuestas de los candidatos y partidos políticos, para abordar seriamente los graves problemas del desarrollo regional, en perspectiva de la firma de un acuerdo final de paz, en las que se debe reconocer la responsabilidad y el rol que deben jugar esos nuevos gobiernos en esa etapa histórica.
Debemos ver el postconflicto desde la perspectiva de las regiones, puesto que la paz se construye desde ellas, lo que nos debe convocar a que en las próximas elecciones elijamos gobernantes apoyando y comprometidos con la firma de unos acuerdos que pongan fin al conflicto armado. El proceso de paz y la fase de postconflicto, es la oportunidad para desarrollar programas y agendas, adaptadas a las necesidades de cada región, mediante procesos incluyentes y participativos, en las que la población se prepare y participe activamente, formulando propuestas que se conviertan en proyectos viables. Hay que tener en cuenta que el liderazgo social y ciudadano es fundamental para la construcción de una cultura de paz y reconciliación.
En esta fase de las negociaciones y de cara a las elecciones regionales y locales, la participación ciudadana y social juega un papel fundamental, fortaleciendo y creando una alianza entre el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil, bajo el principio del reconocimiento y respeto mutuo, en la que el gobierno tenga la capacidad de escuchar, valorar el papel y aporte de las organizaciones sociales y éstas a su vez sean capaces de escuchar y valorar los esfuerzos del gobernante.
Es preciso entender que con la sola firma de un acuerdo de paz con la guerrilla, no se resuelve el problema de la violencia, la reconciliación y la solución de los problemas sociales que afectan a la población. Es un proceso que hay que pensarlo a largo plazo, formulando políticas y estrategias que de manera progresiva vaya abriendo espacios a la paz definitiva y el desarrollo social sostenible, en las que se puedan construir escenarios de diálogo con las comunidad y sus organizaciones sociales, creando un entorno económico, político y social, que le garantice a la población el disfrute de sus derechos, mejorando su calidad de vida.