Le confieso que no pensaba escribirle más pues recuerdo las palabras de un pensador: “perdono al hombre todo, menos la lucha estéril” Inclusive, uno de sus últimos disparates como el de romper la regla fiscal, no me motivó pues, como usted, soy también un lego en economía.
Lo que colmó la copa fue su visita de amigo a Nicolás Maduro. El asombro fue mayor cuando lo escuché, micrófono en mano, declarar que pensaba invertir recursos de un patrimonio de los colombianos, como es Ecopetrol, en PDVSA, en el pasado la petrolera más importante de América Latina, hoy en ruinas gracias a las brillantes inteligencias de los brillantes estadistas Chávez y Maduro.
Cómo se le ocurre, ingenioso presidente?? Creo lo normal es que los amigos y socios sean de la más alta calidad humana, aún más cuando se manejan bienes ajenos.
La gran riqueza de la petrolera venezolana PDVSA con la que Petro quiere hacer negocio
Por feliz casualidad encontré un artículo de Santiago Montenegro que analiza los últimos resultados obtenidos por WJP (Proyecto de Justicia Mundial) sobre el Imperio de la Ley (Rule of the Law)
Usted sin duda es ducho en el tema, pero déjeme recordarle que el Índice mide ocho factores del estado de derecho en un país: límites al poder gubernamental, ausencia de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio, justicia civil y justicia penal.
Colombia durante su desgobierno cayó del puesto 86 al 94. Pero, por favor, tome nota que el imperio de Nicolás Maduro, la agónica Venezuela, esta el ÚLTIMO PUESTO después de Afganistán.
¿Por qué no espera para cristalizar su iniciativa, a que Maduro y Diosdado, permitan unas elecciones libres y trasparentes y que retorne la democracia a Venezuela?
Analice por favor, un sabio refrán: DIME CON QUIEN ANDAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES.