El informe de Forbes sobre las 50 personas más ricas de 2023 contó con la presencia de multimillonarios bastante conocidos como el francés Bernard Arnault, dueño de marcas como Louis Vuitton o Marc Jacobs; el sudafricano Elon Musk, de SpaceX y Tesla o el estadounidense Jeffrey Bezos, de Amazon.
En el selecto listado también aparecieron empresarios que, aunque no suelen estar en el radar, cuentan con fortunas que llegan a superar el Producto Interno Bruto (PIB) de varios países. Tal es el caso de Kenneth “Ken” Griffin, el número 35 de la lista con, curiosamente, USD 35.000 millones de fortuna.
Griffin nació en Daytona Beach, ciudad del Estado de Florida, pero fue en Chicago donde se volvió millonario. Allí creó, en 1990, una empresa a la que llamó Citadel, un fondo de inversión de alto riesgo que, poco más de treinta años después, cuenta con oficinas a lo largo de Norteamérica, Europa y Asia.
Todo este tiempo, su residencia ha estado ubicada en Ilinois, Chicago, para estar cerca de la sede central de su empresa, pero en 2022 logró mover el centro de operaciones a su amada Florida y asimismo está comenzando a hacer planes para trasladarse y pasar allí el resto de su vida, a pesar de que solo tiene 55 años.
Para ello, no tiene pensado escatimar el más mínimo centavo, sino que, por el contrario, está en proceso de construir la mansión más cara del mundo, la cual únicamente competiría con la Antilia Tower del millonario indio Mukesh Ambani.
No se trata de un impulso que tuvo de un día para otro. Griffin lleva ya varios años comprando propiedades adyacentes a la orilla del mar en Palm Beach hasta completar un terreno de poco más de 10 hectáreas, las cuales han representado un gasto cercano a los USD 450 millones, a los cuales hay que sumarle todo lo relacionado con la construcción de la casa, tras lo cual la propiedad tendrá un valor superior a 1 billón de dólares (en inglés un billón equivale a mil millones, a diferencia del español donde equivale a un millón de millones).
No es la primera vez que Griffin compra la “casa más cara de Estados Unidos”
En 2019 se confirmó la compra por parte de Ken Griffin de un ático de 2.200 metros cuadrados con vista al Central Park de Nueva York por un valor cercano a los USD 238 millones de dólares, lo cual en su momento representó la compra más cara en la historia del mercado inmobiliario estadounidense superando a Barry Rosenstein, otro que se hizo millonario gracias a un fondo de inversión de alto riesgo como JANA Partners, quien en 2014 compró una propiedad, también en Nueva York, por USD 147 millones.
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