El arma más fuerte de la oscuridad es una pobre quimera: el miedo. En cambio, el arma invencible de la Luz es el amor; es decir, la confianza. Por eso a continuación revelo un truco que conocen los maestros espirituales. También lo recomiendan algunos psicólogos. Consiste en una sencilla pregunta que ilumina la consciencia y la libera de toda carga u opresión. Conviene pronunciarla en la peor situación que podamos estar experimentando.
Dicha pregunta pondrá en jaque al miedo e inyectará una gran dosis de coraje y fortaleza: ¿qué es lo peor que me puede pasar? Todos sabemos que en este mundo azaroso lo peor que le podría pasar a un individuo es tener que morir. La muerte será inevitable para todos y cada uno de nosotros. Sin embargo (aunque parezca increíble), los ególatras, los megalómanos, en su ignorancia y necedad no piensan en la realidad de la muerte… se creen inmortales. En sus tontas cabezas de chorlito no cabe la idea de que la podredumbre los visitará… y así tendrán que abandonar lo que más aman, incluyendo el yo individual y todos sus espejismos e ilusiones.
Por otra parte, la oscuridad, el terror, las fuerzas del mal asustan a sus víctimas con amenazas de muerte, con la violencia y todas las demás variables del miedo. No obstante, el miedo es más débil de lo que ustedes se imaginan. Pero para derrotarlo se necesita una buena dosis de fortaleza, templanza, disciplina y fuerza de voluntad. Atención: una persona disipada, atrapada en los placeres mundanos, en la pereza, en el resentimiento y en las demás emociones negativas, no tendrá la suficiente energía para encarar y derrotar al mayor enemigo del corazón humano. En otras palabras, sin determinación y valentía no se puede vencer el miedo.
Si eres de las personas que posee (gracias a una consciencia despierta y a una autodisciplina inquebrantable) el coraje suficiente, entonces sabrás lo que debes hacer: observar el miedo y desafiarlo… sólo así lo puedes derrotar. Recuerda: el miedo carece de sustento, pues es una vibración tan infinitamente baja que huye ante una persona decidida y valiente. Donde quiera que exista la luz del amor, el brillo de la esperanza y la energía infinita de la confianza no habrá ningún temor. El miedo y el amor no pueden coexistir. La luz y la oscuridad son irreconciliables. Hay más diferencia entre un cobarde y un hombre valiente que la que existe entre una ameba y un sol resplandeciente de mediodía.
Amado lector: cuando el miedo venga a tocar a tu puerta, demuéstrale de lo que eres capaz. Tú fuiste diseñado para vencer y no para ser vencido. Fuiste creado con el poder suficiente para hacerle frente a las peores adversidades. Demuéstrale al miedo, a la oscuridad, de qué está hecho un guerrero de la luz.
Di una y otra vez: ¿qué es lo peor que me puede ocurrir? En mi humilde opinión, existe algo más grave que la muerte y más catastrófico que cualquier desastre: actuar como un pinche cobarde. Una persona cobarde está muerta en vida, ha fracasado anticipadamente. Un miedoso se entrega servilmente a los enemigos porque ha perdido su dignidad. Además, es muy importante tener presente esta paradoja: el miedo, en tanto espectro carente de peso real, parece real, siendo un subproducto del ego. Dado que el ego es un fantasma, le teme a todos los fantasmas.
Termino con una frase que te inyectará coraje. La escribió el gran antropólogo Carlos Castaneda… ideas que aprendió del iluminado chamán Don Juan Matus. Tal pensamiento supone liberarse del ego y de la importancia personal: lo peor que nos podría ocurrir es tener que morir, y puesto que ése es ya nuestro destino inalterable somos libres. Quienes lo han perdido todo, ya no tienen nada que temer.
Posdata: próxima lección… la venganza de la izquierda.