Las bombas y los asesinatos masivos de policías se han acallado hace un tiempo, gracias a Dios; sin embargo, Antioquia sigue sufriendo las consecuencias de esa época maldita que segó la vida de gran parte de una generación.
Desde la estética heredada de los grandes capos, la narcocultura y hasta algunos modelos a seguir para nuestros jóvenes son problemas que aún enfrenta un departamento que lleva 30 años evitando tener esa incómoda charla.
Una de esas charlas incómodas es la actual situación en el Magdalena Medio, donde en la década de los 80, el capo del Cartel de Medellín, de forma clandestina, trajo dos ejemplares de hipopótamos (Hippopotamus amphibius). De esa pareja de hipopótamos que llegaron al municipio de Puerto Triunfo, nacieron más ejemplares, y hoy se estima que hay alrededor de 180 hipopótamos rondando por las cercanías del río Magdalena.
Esto va más allá de ser curioso, ya que tenemos la población de hipopótamos que más crece en el mundo, superando ampliamente las cifras de reproducción que tiene esta especie en África.
El Ministerio de Ambiente recientemente ha anunciado un programa de castración masiva para estos animales, con un precio de 20 millones de pesos por castración. La cartera de la Ministra Susana Muhamad espera gastar 800 millones de pesos en castrar 20 de los 180 ejemplares que rondan por las tierras del Magdalena Medio.
Creo que este gobierno y la Ministra se equivocan al darle un enfoque con un tufillo animalista a un problema en el que no deben faltar los criterios técnicos y científicos. El Instituto Alexander von Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional a inicios de este año construyeron un documento conjunto en el que detallan lo que podría ser una solución para este problema que enfrenta Antioquia.
Citando una parte del informe, dice claramente:
"Acciones de manejo, control y erradicación en Colombia. Las metas para la gestión del amphibius como especie invasora buscan disminuir el tamaño y área de extensión de la población invasora, controlar el crecimiento poblacional y, consecuentemente, disminuir los impactos negativos de la especie sobre la biodiversidad nativa y los ecosistemas, así como en las comunidades locales y en sus medios de subsistencia. Para esto, se plantean diferentes medidas:
Alertas tempranas: informar a las comunidades donde aún no existe presencia de la especie sobre la historia natural del hipopótamo y sus consecuencias como especie invasora.
Intervención social: orientar a las personas en su comportamiento y accionar frente a encuentros con hipopótamos en zonas donde existe presencia de la especie. Pedagogía, sensibilización y mitigación de interacciones con la especie.
Translocación: traslado de ejemplares vivos hacia colecciones vivas como zoológicos o hacia poblaciones silvestres en su área de distribución natural.
Confinamiento: se enfoca en un aislamiento físico, donde exista un número controlado de individuos, teniendo en cuenta todas las condiciones de bienestar animal.
Caza de control: Esta acción está contemplada si las circunstancias sociales, económicas y ecológicas lo determinan. No contempla la caza masiva e indiscriminada de hipopótamos y se ciñe a estándares éticos y de bienestar animal."
Creo firmemente que un plan diseñado entre científicos y el Ministerio puede resultar mucho más productivo que gastar 800 millones de pesos, que podrían dirigirse de manera más efectiva a cuidar, proteger y salvaguardar las especies nativas que día a día se ven amenazadas por esta especie.
Espero que el Ministerio recapacite y podamos construir un plan entre los expertos, la comunidad y el Ministerio. Este es un problema inmenso y no da espera para juegos o soluciones superficiales.