Hace poco más de 20 años las comunidades indígenas que habitan América comenzaron a luchar por recuperar sus derechos, movimientos indígenas en el norte de América, en la región Caribe y en sur América han tenido que pelear contra los Estados exigiendo un poco de bienestar.
Sur América ha presenciado las movilizaciones indígenas, desde los Mapuche en el Sur de Chile , los Sarayaku en las amazonas de Ecuador , los Kayapos en Brasil . Colombia no ha sido la excepción a pesar de los problemas de orden público y amenazas; las movilizaciones indígenas en el Cauca y en diferentes regiones continúan con fuerza en la lucha por mantener su cultura, exigir justicia y proteger y reclamar la madre tierra .
Las comunidades indígenas del Cauca se agrupan en dos grandes organizaciones la Asociación de Cabildos Indígenas del norte del Cauca ACIN y el Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC, organizadas el 90% de las diferentes etnias los Nasa, Guambianos, Paeces, Yanakonas, Coconucos, Epiraras, Emberas, Totoroes, Inganos y Guanacos. Comunidades que tienen en su historia una problemática común, han sido desplazadas forzosamente por el conflicto armado.
El Cauca ha sido escenario de diferentes masacres, en donde no solo se ha afectado a la población civil sino también a las comunidades rurales que lo habitan, entre ellos afrodescendientes, campesinos e indígenas. Solo entre los años 1985 al 2008 se perpetraron más de 10 masacres, se presentaron más de 1000 casos de asesinatos selectivos y casi 100 de falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales , donde la mayoría de las víctimas pertenecían a alguna de las etnias que habitan el Cauca. En todos estos casos los diferentes actores armados del conflicto han sido los perpetradores, AUC, FARC, Ejército Nacional de Colombia, Policía Nacional y otros.
Este es el resultado de más de 50 años de conflicto armado en Colombia que ha dejado barbarie, dolor, desplazamiento, pobreza e incluso miseria en las diferentes comunidades de Colombia. La constitución política de Colombia, de 1991, reconoció y acepto los derechos de las comunidades indígenas, al adoptar y ratificar el Convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales propuesto por la OIT en Ginebra Suiza en 1989. Esto solo se cumple en el papel pues los hechos demuestran que las violaciones a los derechos de dichas comunidades continúan.
Hoy existe un proceso avanzado de negociación de la paz con la guerrilla de las FARC y diálogos exploratorios con la guerrilla del ELN; aun así se siguen presentando casos de violación de derechos humanos a comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas.
Cabe exponer las razones que dan las organizaciones para justificar las ocupaciones en el Cauca: las organizaciones esgrimen que debido al incumplimiento de las promesas que ha hecho el gobierno; se ven en la necesidad y obligación de exigir el cumplimiento de los acuerdos adquiridos mediante la toma pacifica de varias haciendas dedicadas al monocultivo de la caña. Terrenos que por ser fértiles están en manos de grandes empresas y terratenientes. Terrenos que pertenecían ancestralmente a las comunidades indígenas y fueron adquiridos por grandes terratenientes mediante amenazas de grupos paramilitares en la década del 90.
El Estado colombiano se comprometió con las comunidades a la reparación y la no repetición de los hechos ocurridos en las masacres contra el pueblo caucano y en especial con las comunidades indígenas que lo habitan. Pero las comunidades indígenas hoy a pesar de haber obtenido una parte del territorio (35% de lo prometido por el gobierno) tienen una queja real y es que parte de esos territorios se encuentran ubicados en parques nacionales, territorios sagrados para las comunidades indígenas o son zonas de protección natural, las reglamentaciones de Parques Nacionales no permiten el pastoreo, o la siembra, afectando con ello la agricultura o presentando casos en los cuales la tierra es infértil, esto conlleva a que las comunidades que habitan las áreas de influencia de los parques no pueden realizar actividades de tipo agrícola.
Según estudios realizados por la CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) en convenio con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) y con el INCODER (Instituto Colombiano de Desarrollo Rural): “Aproximadamente un 63% de los territorios indígenas del Cauca (unas 300.000 hectáreas) tienen carácter netamente conservacionista. De las cuales, 46.000 hectáreas están traslapadas con parques naturales nacionales y casi 6.000 hectáreas corresponden a sus zonas de amortiguación. Unas 83.000 hectáreas corresponden a páramos, sitios sagrados y zonas de importancia vital para la conservación del agua y la biodiversidad; el resto a zonas de vocación forestal protectora.”
En los últimos dos meses las comunidades indígenas del Cauca están realizando tomas pacificas en grandes haciendas dedicadas al monocultivo de la caña aduciendo que son tierras fértiles aptas para cultivar. La caña cultivada en estas haciendas se utiliza para la fabricación de biocombustibles lo que genera unas ganancias muy altas a las pocas familias productoras de caña y pocas ganancias para los trabajadores o corteros de caña entre ellos indígenas, campesinos y afrodescendientes, quienes no cuentan con ningún tipo de seguridad social.
Estas acciones han dado pie para la polémica en medios de comunicación y en redes sociales siendo el caso de la reconocida Senadora de la Republica Paloma Valencia quien pertenece al partido político Centro Democrático (liderado por el expresidente Alvaro Uribe Vélez), quien propone dividir el departamento del Cauca en dos: “Propongo un referendo o una consulta para que el departamento del Cauca se divida en dos. Un departamento indígena y otro para los mestizos” , olvidando con ello a las comunidades afrodescendientes del Cauca.