Hace algunos días leía atentamente una noticia sobre un estudio realizado a través de una encuesta de la Universidad del Rosario junto con la empresa estadística Cifras y Conceptos en donde esta arrojaba que el 37% de los jóvenes en Colombia se consideraban ideológicamente más afín a lo que se considera como la derecha política, evidenciando un aumento de más de 14% de esta con respecto a mayo de este año, mientras el 19% se consideraba ideológicamente de izquierda. En definitiva los jóvenes en Colombia según este estudio son más de derecha, que de izquierda.
Muchos se estarán preguntando frente a lo expuesto anteriormente, ¿y que de malo tiene ser de derecha? O ¿qué problema o dificultad nace de esta información? Pues yo contestaría que malo no tiene nada, más bien le hace bien al país que la gente exprese sus opiniones y gustos políticos como considere, claro, siempre y cuando tenga argumentos de peso para afiliarse y exponer sus gustos ideológicos, y así no ser un idiota útil o lo que yo también llamaría como la generación idiota, claro está que sobre todo creería que los que más razones deberían dar de su posición son precisamente los que se consideran de derecha, porque es realmente para mi difícil de creer como una persona, sobre todo joven se considera de esta posición sabiendo la historia y el que hacer de esta ideología, una que sin ir tan atrás o tan lejos lo único que ha hecho es vituperar los derechos de la mayoría de personas, considerando y haciendo creer que el capital está por encima de la humanidad. Pero bueno esto daría para otro artículo, y pues de una u otra forma el fin de este no es hablar precisamente de las posiciones o espectro político.
Una de las preocupaciones que si verdaderamente me ha quedado y dejado, y que de una u otra forma si dan peso o razón para cuestionarnos como sociedad, ha sido algunos hechos inéditos e inauditos que sucedieron en las pasadas elecciones locales que se realizaron en Colombia, y que infortunadamente hoy más que nunca nos deberían alertar de la poca consciencia y educación democrática ciudadana, una que nos está convirtiendo en una, esa sí, generación idiota, por que cómo se le puede llamar más, cuando el pasado domingo se eligió de concejal de Cali a Andrés Escobar un hombre bien conocido por disparar sin ningún pudor contra los manifestantes del paro nacional de hace dos años. Como se le puede llamar más que generación idiota, a una sociedad que eligió de alcalde de Arauca a un hombre que dice textualmente ‘’Darles plomo a los marihuaneros’’ Como se le puede llamar más a una sociedad que premio y eligió nuevamente de alcalde en Barranquilla, a pesar de la dudosa hoja de vida de su familia y sus negocios, de los llamados ‘’Clan Char’’ Alejandro Char. Y cómo se le puede llamar más que generación idiota a aquella sociedad que eligió de alcalde de Medellín nuevamente, al muy cuestionado por los presuntos nexos con la llamada ‘’Oficina de Envigado’’ Federico Gutiérrez.
Realmente lo más preocupante no es en definitiva que la gente tenga posiciones ideológicas opuestas, más bien todo lo contrario le hace muy bien a la democracia y al debate con ideas, pero lo que para nada tiene alguna presentación es que el fanatismo gangrene el cerebro como decía Voltaire, y ciegue por completo la consciencia y razón humana, esa donde prima la lucidez, esa que muy bien Saramago nos mostraba, en donde la ética, la moral, lo correcto y lo justo sobresalga más allá de sus posiciones y gustos. Una donde no habría que discutir, ya que los hechos y argumentos pesan y valen más que cualquier cosa. Sin embargo al parecer a los colombianos se nos sigue olvidando o simplemente obviando que les estamos dejando al país y a cargo a las personas incorrectas, a esas que nos están convirtiendo en idiotas útiles, y que sin más preámbulo o decoro nos llevan a ser cada vez más en la generación idiota. ¿Usted fue uno de los idiotas?