Las Brigadas de Ezzeldín al Qassam, brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), se han convertido desde los ataques sin precedentes ejecutados el 7 de octubre contra Israel, en el principal objetivo "a erradicar" por parte de Israel, que ha prometido acabar con el grupo islamista para garantizar que "no existe una amenaza militar" desde la Franja de Gaza.
Las brigadas fueron fundadas en 1991, en pleno proceso de negociaciones de los Acuerdos de Oslo --firmados dos años después y en la actualidad prácticamente vaciados de contenido--, como ala militar de Hamás, un grupo surgido en 1987 tras el estallido de la Primera Intifada con el objetivo de combatir a Israel, cuya existencia no reconoce.
Hamás fue creado por Ahmed Yasín y Abdulaziz al Rantisi, ambos muertos en sendos bombardeos de Israel en 2004, a partir de una organización caritativa establecida en Gaza por la organización islamista Hermanos Musulmanes --fundada en Egipto por Hasán al Banna en los años veinte del pasado siglo--, con la que rompió oficialmente sus lazos en 2017.
El grupo creció con los años hasta convertirse en la principal fuerza política y militar en los Territorios Palestinos Ocupados, manteniendo su apuesta por "la resistencia armada" frente a Israel, que lo considera como una organización terrorista. Así, las brigadas fueron creadas como ala militar para centralizar las operaciones de las diferentes milicias vinculadas al grupo y recibieron el nombre de un clérigo y miliciano nacido en la actual Siria que combatió contra el colonialismo británico y francés en Oriente Próximo.
Las Brigadas Ezzeldín al Qassam se encuentran encabezadas desde 2002 por Mohamed Deif, nacido en un campamento de refugiados en el sur de la Franja de Gaza y considerado el 'cerebro' de los ataques del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.400 muertos y más de 225 secuestrados, en el que supuso el mayor fracaso de seguridad de Israel en décadas y posiblemente desde su fundación en 1948.
Deif, un alias que significa 'El invitado' --se cree que su nombre es Mohamed Diab Ibrahim Masri--, fue ascendido al frente de las brigadas tras la muerte de Salá Shehade en un bombardeo israelí contra su vivienda y ha sido desde entonces la persona más buscada por Israel por su responsabilidad en la muerte de militares y civiles israelíes en cientos de ataques.
DEIF, 'EL INVITADO'
El hombre, que figura en la lista de terroristas globales especialmente designados de Estados Unidos, ha sobrevivido a varios intentos de asesinato durante las últimas décadas y habría perdido un ojo y parte de un brazo en estos ataques, mientras que su esposa y sus dos hijos --de tres años y siete meses, respectivamente-- murieron en un bombardeo de Israel en 2014.
De hecho, se llegó a informar de su muerte en un bombardeo en septiembre de 2002, si bien posteriormente las autoridades de Israel indicaron que había sobrevivido. Posteriormente, resultó herido de gravedad en otro ataque en 2006, mientras que Tel Aviv indicó que había sobrevivido igualmente al ataque en 2016 que mató a sus familiares.
La figura de Deif, quien logró escapar con vida a otros dos ataques aéreos durante la operación 'Guardián de los Muros' en 2021, sigue envuelta de secretismo. Deif ha publicado durante los últimos años pocos comunicados de voz, entre ellos el aireado el 7 de octubre, en el que afirmó que los ataques contra Israel eran una respuesta a las "profanaciones" por parte de las fuerzas israelíes y fieles judíos en la Explanada de las Mezquitas, así como por el aumento de la muerte de palestinos a manos del Ejército de Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Deif hizo así referencia al repunte de las visitas a la Explanada --conocida por los judíos como Monte del Templo--, incluidas las realizadas por el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, y el repunte de la violencia en Cisjordania, que había llevado a que 2023 registrara la cifra de palestinos muertos más alta en Cisjordania desde la Segunda Intifada, hace cerca de dos décadas.
"Hoy el pueblo recupera su revolución", dijo, al tiempo que pidió a los palestinos palestinos unirse a los ataques para "expulsar a los ocupantes y demoler los muros". Asimismo, pidió a grupos armados de los países de la región que "unan su resistencia con la de los palestinos" y "empiecen a avanzar ahora hacia Palestina".
LA CAPACIDAD MILITAR DE HAMÁS
Los ataques del 7 de octubre revelaron así un aumento de las capacidades militares de Hamás, que desplegó una combinación de ataques por tierra, mar y aire --incluido el lanzamiento de proyectiles y la infiltración de combatientes en parapente-- durante su asalto contra varias localidades cercanas a la frontera con Gaza y un festival de música en la zona, donde murieron más de 200 personas.
Las brigadas pasaron de una guerra de guerrillas en Gaza --en la que hubo tropas de Israel y colonos entre 1967 y el Plan de Desconexión de 2005-- a ampliar sus ataques a principios de la primera década del siglo XXI con ataques terroristas, incluidos atentados suicidas, hasta convertirse en la fuerza predominante en la Franja, algo materializado en 2007.
Ese año, Hamás se hizo con el control del enclave tras unos combates con Al Fatá derivados de las elecciones celebradas el año anterior, en las que el grupo islamista se hizo con la victoria. Sin embargo, Estados Unidos e Israel se negaron a reconocer los resultados --opción respaldada por la Autoridad Palestina-- y, si bien Hamás llegó a formar gobierno, la ofensiva israelí tras el secuestro de Gilad Shalit y las tensiones internas derivaron en los citados enfrentamientos.
La separación administrativa y territorial de los Territorios Ocupados Palestinos y el bloqueo impuesto por Israel contra la Franja --respaldado por Egipto-- llevó a Hamás a reforzar su control de la zona, fortificándola con una extensa red de túneles y dando importantes recursos a su brazo armado para gestionar su lucha contra las fuerzas de Israel.
Según los datos de la CIA, las brigadas están integradas por entre 20.000 y 25.000 personas, si bien no hay datos precisos sobre sus fuerzas, al igual que sobre su armamento, que incluye armas ligeras, misiles anticarro, drones y proyectiles de mortero que obtendría principalmente a través del contrabando a través de túneles que conectan el territorio con Egipto y la propia fabricación artesanal de estas armas.
Además, han extendido además sus lazos con el brazo armado de Yihad Islámica, las Brigadas de Al Quds, a raíz de un acuerdo en 2017 entre ambos grupos para formar una 'sala conjunta de operaciones' para coordinar sus actividades, posteriormente expandida y que contaría con el apoyo de Irán, que habría entregado fondos y experiencia en el desarrollo de armas y tácticas de combate, según la CIA.
De hecho, el grupo ha disparado durante las últimas semanas proyectiles que han llegado hasta los alrededores de Haifa, en el centro-norte de Israel, lo que demuestra una expansión del alcance de sus capacidades. Además, cuentan con su propia fuerza de seguridad interna --conocida como Al Majd y responsable de tareas de espionaje e información, si bien tiene un papel en la represión contra opositores y personas consideradas como 'colaboracionistas'--, así como con una fuerza marítima y una para operaciones especiales.
Por todo ello, El Ejército israelí ha declarado que su objetivo es acabar con el grupo. "Si no erradicamos a Hamás, este peligro durará y tendremos que hacerle frente de nuevo en el futuro", dijo el jueves Jonathan Conricus, portavoz del Ejército, sin que por ahora se hayan desvelado detalles sobre los planes de invasión o el futuro político del enclave en caso de que las fuerzas israelíes logren acabar con Hamás y, por extensión, con las Brigadas Ezzeldín al Qassam.