Ahora resulta que el representante de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, le pide a gritos la dimisión al secretario general Antonio Guterrez, porque en su obtuso pensamiento, el salvajismo y la barbarie es un derecho inalienable del sionismo.
Empero, la verdad es que hacía falta que por fin alguien hablara fuerte en contra del genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino. Pero qué fue lo que dijo Guterrez que tanto indignó al judío. Veamos.
En un tono bastante inusual, vale la pena aclararlo, el Secretario General señaló ante el Consejo de Seguridad lo siguiente: “Es importante reconocer también que los ataques de Hamás no ocurrieron de la nada. El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación asfixiante”, [ . . . ] los palestinos “han visto sus tierras constantemente devoradas por los asentamientos y plagadas de violencia. Su economía fue asfixiada.
Su gente fue desplazada y sus hogares demolidos. Sus esperanzas de una solución política a su difícil situación se han ido desvaneciendo”. Claro que para matizar la píldora, condenó la acción de Hamás en los siguientes términos: "Los agravios del pueblo palestino no pueden justificar los horribles ataques de Hamás". (BBC News Mundo, miércoles 24 de octubre de 2023).
Visto en contexto, mucha falta estaba haciendo un pronunciamiento enérgico como este y no porque Israel lo vaya a tomar en consideración, pues para efectos prácticos, Netanyahu hace con las resoluciones de Naciones Unidas, lo mismo que decía Rodolfo Hernández que hacía él con las leyes colombianas, sino porque a este organismo precisamente Israel, lo ha convertido más de una vez en rey de burlas.
En efecto, desde 1947 Israel ha incumplido 26 resoluciones, todas ellas relacionadas con la tierra y los palestinos. Israel es el único país que no ha presentado los límites de su territorio y no lo hace porque con cada nueva agresión se va apropiando abusivamente, es decir robando, territorios que son de los palestinos y que los judíos llaman de manera eufemística ‘territorios ocupados’.
Algunas de las resoluciones incumplidas tienen que ver con Jerusalén que de hecho está entrando en la categoría de ocupación al trasladar allí algunos de los ministerios y oficinas de gobierno.
Pero ahora que el Secretario General se pronuncia, entonces Israel le pide al Secretario que se vaya y es el momento de empezar a cerrar filas en torno a este organismo toda vez que es una instancia construída con mucho esfuerzo y justamente una de sus funciones es llamar al orden al matón del barrio, ya que pocos gobiernos se atreven a hacerlo. Gustavo Petro se pronunció y el embajador iraelí le respondió como todo un patán.
Se requiere respaldar al Secretario General y rescatar lo que queda de ese cascarón creado en 1945, con una Europa todavía humeando, tras la devastación de la II Guerra Mundial. Conviene recordar que ante la catástrofe, se reunieron representantes de 50 naciones para crear una organización cuyo objetivo principal era evitar a toda costa una confrontación como la que acababa de vivir el mundo en aquel año.
Pero la ONU no ha podido evitar las guerras lo que indica que ya va siendo hora de que alguien ejerza un liderazgo desde la dirección de la organización, para volver a los postulados que le dieron origen, porque esta proliferación de guerras localizadas como la de Ucrania, Palestina, Siria, Iraq, para nombrar solo las más recientes son una muestra de que la comunidad de naciones ha sido incapaz de solucionar los conflictos por medios no violentos y si en este caso Israel se siente envalentonado asumiendo su eterno papel de víctima a la que todo el mundo le sale a deber y se refugia en ese concepto para seguir jugando el papel de matón, es el momento de que alguien le recuerde que para poder hablar con la propiedad y la arrogancia que suele hacerlo debe primero cumplir los deberes antes de exigir derechos, que bien vistos, son bastante discutibles.