Muchos de los llamados mártires de la patria tuvieron hijos y por lo tanto se supone no sólo se convertirían en sus herederos económicos sino desde luego políticos.
Pero, ¿qué tan reales e importantes han sido esos legados? Parece como si en todos hubiera intervenido un demonio poderoso y sin sentido que les metió un no sé qué en sus maneras de pensar.
Cuando un padre, un verdadero líder popular, admirado en todas partes del país e internacionalmente comienza a crecer y crecer y eres un niño nadie puede negar debe ser algo muy significativo en su parte sicológica y familiar, pero que desafortunadamente, da un giro de 180 cuando las balas metálicas y calientes del fuego que salen de las armas criminales acaban con la vida de ese hombre que impartía justicia, escribía e investigaba en el periódico, aspiraba a ser presidente de la República.
La historia de Colombia desde hace muchos años ha estado teñida por el rojo que orgulloso se exhibe en la bandera tricolor. Desde las balas que cegaron las vidas de los caudillos el general Rafael Uribe Uribe en 1919 y Jorge Eliecer Gaitán en 1948 hasta que sin saber cuándo pasen al olvido.
Luis Carlos Galán un líder nato, y quien admiraba estos liberales que habían caído por el odio de los enemigos de un país que busca la luz, pero siempre vive en la oscuridad. Por ello, a pesar de ser un hombre liberal de pura cepa se atrevió a fundar el Nuevo Liberalismo, porque entendió que ese viejo liberalismo no era una verdadera alternativa para ayudar a crear una nueva Colombia.
Detrás de ese personaje que sonaba como el más seguro vencedor en las elecciones de 1990, baleado cuando subía a la tarima para dar un discurso en Soacha, a las afueras de Bogotá, había un complot para acabar con su vida. La historia cuenta que todo fue organizado por Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha e incluso el también político liberal Alberto Santofinio Botero. Después se supo que el DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) dirigido por el general Maza Márquez fue fundamental para acabar con la vida del líder.
Con todo esto, con sus comienzos donde participó en marchas para protestar contra la muerte de Jorge Eliecer Gaitán y el talante y poder que mostraba decir que alguno de sus hijos haya heredado ese mismo carácter y liderazgo es hablar de imposibles.
A pesar de haber participado en política, tanto Carlos Fernando (Concejal de Bogotá, Senador y presidente de Cambio Radical en dos periodos) como su hermano Juan Manuel (Senador entre 2006 a 2014) siempre han demostrado que son personas que no tienen el talante de su progenitor. No le dan ni a los tobillos. Han estado ligados a personajes de doble moral como Sergio Fajardo, Enrique Peñalosa y Claudia López con quienes su padre nunca hubiera hecho ningún tipo de unión política, máxime si se tiene en cuenta que el líder asesinado alguna vez declaró que se consideraba un liberal de centro izquierda. Muchos lo niegan, pero es indiscutible que su pensamiento y sus discursos tenían mucho de ese lado.
Tanto Rodrigo Lara Sánchez, fórmula vicepresidencial de Fico Gutiérrez (por el uribismo), como su medio hermano Rodrigo Lara Restrepo, quien también fue presidente de Cambio Radical, partido del que retiró en 2022,⁹ declarándose independiente, han demostrado que crean alianzas con partidos, grupos y personas con las que sus padres nunca se hubieran involucrado.
Los herederos de sangre, quienes se ufanan en afirmar que admiran a sus padres y siguen los lineamientos, han tenido disputas por el poder y la fama; luego supuestamente firmaron la paz en el 2021, pero luego Juan Manuel Galán y Rodrigo Lara en 2022 tuvieron serios enfrentamientos y Lara se retiró del Nuevo Liberalismo lanzando fuertes acusaciones contra Galán.
Los mártires inmolados, desde sus tumbas deben estar sorprendidos y apenados porque sus hijos hacen alianzas con los partidos cuestionables, incluso con aquellos que de una u otra forma hicieron parte de los complots para asesinarlos, es decir, de los enemigos de sus padres. En estos casos los medios como Semala y similares no hacen sensacionalismo con la genética como lo hicieron con Petro y su hijo Nicolás.
En el caso de Carlos Fernando Galán estar en reuniones, tomaditas de fotos con personajes como Martha Lucía Ramírez, el exalcalde Enrique Peñalosa (apellido relacionado con las rocas y los bolardos) y la ineficiente alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Galán piensa que de esa manera cuenta con los seguidores de estos personajes y desde luego así aumentan los votos para ganar. Sus tesis y programas no tienen contundencia y se ven como simples promesas de alguien que no tiene verdadero compromiso social comparados con los de Gustavo Bolívar, el candidato del Pacto Histórico y a quien los medios de comunicación atacan permanentemente e intentan restarle la importancia, porque saben que es el más fuerte y más capacitado para dirigir los destinos de la capital.
Ni los Galán, ni los Lara demuestran la verraquera y preparación intelectual (a pesar de tener estudios y títulos en el exterior) y el discurso de sus padres. Se les ve como políticos de oficio que quieren ocupar posiciones importantes y nada más.
Son otros que supuestamente, al revivir el Nuevo liberalismo pretendían renovar los ideales y compromisos de sus padres, pero ni siquiera pudieron mantener el diálogo entre ellos. Luis Carlos Galán y Lara Bonilla, sus cofundadores. No saben lo que es el diálogo y la convergencia para mantener la estabilidad política y social y hasta jurídica. Juan Manuel Galán, como presidente del partido se muestra como una persona prepotente y cuentan que dice que se hace lo que él ordena porque es el máximo dirigente. Esto ha ocasionado que algunos de los reconocidos integrantes del partido se hayan retirado debido a estos enfrentamientos y exceso de autoridad.
Se demuestra que no hay una verdadera herencia política ni intelectual de padres a hijos, ya sean legales o no, reconocidos o no, criados con sus padres o no. En el Nuevo liberalismo o en el partido al cual emigren no les alcanzará para convertirse en verdaderos líderes políticos y menos para alcanzar en lo más mínimo el talante, los conocimientos y las perspectivas políticas y sociales de sus padres.
La admiración que dicen sentir por ellos debería ser verdadera. Es una falta de respeto con los mártires que dieron sus vidas para que Colombia fuera un país diferente. La brillantez y el temple que los llevó a convertirse en víctimas de los narcos y las mafias políticas ahora se ve opacada.
Hacer lo que hacen los políticos que han tenido a Colombia sumida en el ostracismo no les da ni a los Galán ni a los Lara la herencia política de los verdaderos líderes sociales, para a futuro llegar a ser presidenciables por dignidad, orgullo y compatibilidad con el pueblo colombiano.
Paulo José Lara Restrepo, otro de los hijos de Rodrigo Lara Bonilla y quien no participa en política, salió en defensa de su hermano cuando lo criticaron por adherirse a Fico Gutiérrez en las elecciones de 2022 y en un twitt (X) dijo algo muy cierto: “Un partido se vuelve importante según la necesidad presente del país. No hay pensamientos de derecha o de izquierda malos, el ser humano es que los vicia”. Pero agregó esto argumentando que su padre había sido ministro de un presidente conservador y ahí la cagó, porque una cosa es ser parte del gabinete y trabajar unidos y otra compartir (adhiriéndose) los ideales de un personaje tan controvertido como Fico.
En este trabajo no incluyo a Claudio Mario Galán Pachón ni a Luis Alfonso Galán Corredor por no encontrar mucha información sobre ellos. El segundo ha tratado de aparecer en política, pero como fue un hijo no del matrimonio que todos conocen, parece no le dan la importancia que sí tienen los otros al estar en la nueva rosca de esta nueva política que nada se parece al Nuevo liberalismo de Luis Carlos Galán.
Jorge Lara, el hijo menor del exministro Lara Bonilla, falleció el año pasado en Francia donde estaba dedicado a medios audiovisuales y nunca tuvo interés en la política. Paz en su tumba. ¿Será que los políticos del mal camino tienen inmunidad y por lo tanto no se enferman ni mueren?
@plumacandente