En su momento se le dio palo a Estéreo Picnic. Esa lejura de ir hasta Briceño, los trancones, los problemas del barro, algunas cancelaciones. En fin. Cuando se quiere sacarle jugo al click basta con ver el vaso medio vacío. Pero la verdad es que Estereo Picnic ha cumplido. Lleva más de una década trayendo lo mejor de la música de todos los tiempos y hacer una lista de todo lo que ha podido ofrecernos resultaría obvio. No es fácil organizar festivales de música. Sólo unos pocos lo pueden hacer. Y eso quedó claro con el descalabro de Primavera Sound.
Primero una irresponsabilidad rotunda que esta gente salga con que, debido a la inestabilidad del país, el Festival no se podrá hacer en su totalidad. Eso es mentiras y es además manchar a los empresarios que se parten el lomo arriesgándose cada año para traer a lo más top. ¿Qué están buscando? ¿Una descertificación? En los años ochenta teníamos que ver, desconsolados, como Queen, U2 y Iron Maiden visitaban Chile, Argentina, Brasil y hasta Venezuela y a nosotros ni nos miraban porque estábamos en guerra. Los hongos de humo de las bombas de Pablo Escobar se alzaban tan alto que las veían desde los Estados Unidos y decidieron vetarnos hasta que a un grupo de empresarios les dio por perder plata trayendo a Guns N’ Roses en la famosa anécdota que Julio Correal, con su intensidad, está convirtiendo en un maldito paisaje.
Los hongos de humo de las bombas de Pablo Escobar se alzaban tan alto que las veían desde Estados Unidos y decidieron vetarnos hasta que a un grupo de empresarios les dio por perder plata trayendo a Guns N’ Roses
Entonces decir que es que en Colombia hay inestabilidad es pegarnos una puñalada trapera. ¿De verdad? Y cómo es eso de que la boletería se estaba vendiendo con normalidad. Las boletas se agotan en una semana o languidecen. Así funciona esto. Se sabe si un festival o un concierto es un éxito al mes, y Primavera Sound anunció esto hace varios meses y la boletería no iba bien, en parte porque muchos no estábamos de acuerdo, por supuesto, con que nos hicieran pagar una boleta para ver un show recortado de The Cure y tragarnos un poco de grupos que no queríamos ver.
Al final hicieron lo más sensato. Renunciar a la posibilidad del Simón Bolívar, en donde no se puede vender trago, al menos de manera legal y en donde no puede pasarse ninguna actividad después de las 12 de la noche y apeñuscarnos en el Movistar para ver a los Pet Shop Boys y a The Cure con su show de dos horas y media. Un desastre desde el princio.
No señores, no cualquiera tiene la capacidad de hacer un Estéereo Picnic.