Es común en la izquierda considerar a las encuestadoras como dignas de poco crédito, pues las ve más inclinadas a incidir en la voluntad de la población que a detectar con rigor científico su sentir respecto del asunto de que trata la encuesta.
Personalmente no tengo dudas al respecto, pero pregunto: ¿Hasta dónde puede llegar esa intención manipuladora? ¿Será que las encuestadoras pueden asumir tal actitud sin que las limite ninguna circunstancia? Pues creo que no. Creo que hay un límite, y que está justo en el punto a partir del cual pueden comenzar a resentirse en su credibilidad y prestigio.
Ese punto lo marca, a mi juicio, el margen de error de la encuesta correspondiente.
El margen de error no es otra cosa que el rango porcentual dentro del cual pueden moverse los resultados de una encuesta para que, al hacer la confrontación con los datos que arroje el evento objeto de estudio, se pueda deducir la calidad con que fue hecha la medición.
Una diferencia mayor al margen de error entre lo previsto y lo que en realidad suceda puede hacer que el prestigio de la encuestadora se lesione, razón por la cual estas empresas se cuidan tanto de que ello ocurra.
No hace mucho, una de estas empresas emitió un informe sobre los posibles resultados que se obtendrían si la elección del alcalde de Ibagué se realizara al día siguiente. Los resultados arrojaron un 6 % de favorabilidad para cada uno de los candidatos del Pacto Histórico y la Alianza Verde, distantes un 23 por ciento del candidato ganador y un 14 de quien obtuvo el segundo lugar.
Habiendo sido 4 % el margen de error de esta encuesta, resulta irracional decir, como lo han dicho algunos activistas de estas dos organizaciones políticas, que tal resultado fue el fruto de una manipulación. Esto a mi juicio es querer ocultar el sol con un dedo, ya que ninguna encuestadora puede poner su prestigio en riesgo exagerando en un 20 %, o así sea en un 14 %, la favorabilidad o desfavorabilidad de un candidato
Por supuesto que no todos andan en ese plan. A no pocos se les ha visto tratando de evitar que se siga desperdiciando la gran influencia que está acumulada en el Pacto Histórico, gracias a toda una vida de esfuerzos y sacrificios al servicio de los más humildes, como ha sido la vida de su fundador, el presidente Gustavo Petro, entre otros.
