Intentando comprender algo de esta recta final a la alcaldía de Medellín vale la pena hacer varias preguntas.
¿Por qué en Medellín no importan los escándalos de Quintero ni de Fico?
Creo que es la pregunta más importante y es la que voy a intentar desenredar con otras preguntas y un par de afirmaciones.
La gestión
Este punto es clave porque por más datos que pueda aportar en este artículo a ninguna de las partes enfrentadas les importará un pito.
Sin embargo, para no quedarme en la posición facilista simplemente, vamos a poner dos ejemplos que no están tan trillados y que expresan pésimos desempeños en planeación y por ende en la gestión de los recursos públicos.
El primero es el de la AV Oriental. Allí se habían construido unas famosas pirámides, feas por cierto, que costaron 970 millones de pesos en la alcaldía de Fajardo cuando ya iba de salida.
A estas se le hicieron muchas críticas porque se consideraron innecesarias desde algunos sectores, ya que lo que iban ocasionar era la supuesta degradación del lugar por roedores y más habitantes en situación calle que habitarían el sector.
El argumento del entonces todopoderoso de Medellín era que con las mismas se quería obligar a la gente a cruzar la AV Oriental solo por las cebras y con su habitual modelo pedagógico autoritario, el profe, lo hizo a las malas.
Pero eso no es lo importante, lo que les quiero contar es que estas fueron reemplazadas en el 2017 por un corredor verde en la Alcaldía de Fico y que este corredor verde costó inicialmente 8.000 millones y con una adición resultó costando en total 15.000 millones de pesos; después de 7 meses de haber hecho esta inversión, una parte de ese corredor verde se estaba demoliendo por lo que se calcula que fueron más de 1000 millones de pesos tirados a la basura.
Por otro lado, existe una investigación preliminar de la Procuraduría “por presunto detrimento patrimonial al contratar la chatarrización de 50.000 vehículos por un valor de $98 por kilogramo, cuando su valor comercial oscila entre $1.000 y $1.800 pesos”.
Ambas denuncias fueron hechas por militantes del partido Verde y lastimosamente ese #NuevoAire no dio sino para un mes de campaña a la Alcaldía. No aguantó el voltaje.
Con esto lo que quiero mostrar es que en dos casos claros, con cifras y con investigaciones en curso que nunca llegan a nada, tanto Fico como Quintero fueron malos administradores.
Relación con la calle.
Hasta los uribistas saben que Quintero no gobernó tan mal esta ciudad como para llegar a ser el alcalde más desprestigiado que ha tenido Medellín por lo menos en sus últimos 20 años.
Digamos que El Colombiano le ganó la batalla.
Pero aún y con esa imagen creada por los medios de Incomunicación, hubo otra situación que al parecer fue definitiva: no foguearse con la gente en la calle.
Fico, a propósito de sus despilfarros, lo recordamos hasta en helicóptero (costó 6.000 millones y semanal se gastaba 3 millones en combustible) posando de superhéroe. También iba a buscar los niños para que volvieran a estudiar y el más recordado momento de su popularidad fue haciendo una entrevista que se viralizó, al no poder parar de saludar gente en la calle, al punto que no podían avanzar en la entrevista.
A Quintero, la pandemia lo mató en ese sentido. Lo aisló y con todo lo sucedido no solo a nivel local sino nacional, nunca logró volverse a conectar. Pero en este punto, cabe recordar que por la vigilancia internacional que permitió Quintero en Medellín en contexto del paro nacional, esto aquí no fue una carnicería como sí lo fue Cali por órdenes del gobierno nacional.
A cada quién lo que corresponda.
Recordemos también que la FLIP denunció que Fico se había gastado más de 130.000 millones de pesos (más adiciones) en solo publicidad para su alcaldía, es decir, su cara.
Ni mencionar la cantidad de ruidos alrededor de la contratación de Telemedellín en la administración de Quintero y su politización un poco más visible, porque no fue que en las anteriores administraciones el canal de la alcaldía le haya tirado a la alcaldía precisamente.
En fin, Quintero como Fico son un par de narcisos. Recuerden de ahí para atrás quién gobernó Medellín y Antioquia los últimos 20 años y se darán cuenta si miento o no.
La Revancha
Con lo anotado y pensando en todos los ruidos y comentarios leídos o escuchados esta semana después de la renuncia de Quintero, afirmo con total contundencia: EN COLOMBIA SE EJERCE LA POLÍTICA DE LA VENGANZA.
Nadie podrá negar que para el 1 de enero 2020 se empezara a armar todo ese aparato llamado oposición en Medellín. Sin duda alguna feroz y antidemocrática.
Feroz, porque fue sistemática y mal intencionada con mentiras y constantes agresiones desde distintos sectores; muy pocos sectores fueron leales a la verdad. Antidemocrática, porque acababan de perder el poder en las urnas y al día siguiente ya lo estaban reclamando sin urnas.
Dicha oposición, desde sus primeros meses empezó a combatir a Quintero cuando la camisa todavía le hacía bombas.
Todo esto, porque les había ganado...
Sí, así de insustancial y de precaria es la política de la derecha en Colombia. Se creen eternos poseedores de la teta del Estado. Solo ellos pueden mamar y bien gordos que ya están en 200 años.
Pero bueno, lo que me interesa anotar es que Fico después de su doble derrota, pues perdió su continuidad en Medellín contra Quintero, cuando también ungió un mal candidato, por el cual cabe RECORDAR hizo campaña de frente hasta con el eslogan en sus vallas: “El de Fico”; y con la segunda derrota ante Petro a nivel nacional: vuelve a Medellín a cobrar revancha.
A sacarse la espinita de perder contra un hombre que él considera malo, como Petro, él siendo bueno como las gentes de bien que militan en la derecha y extrema derecha de este país de la belleza.
Conclusión, a Quintero ni a Fico le importa si usted o yo ganamos.
Les importa es no perder a ninguno de ellos, así como sabemos vamos a perder todos y todas.