David Hurst es probablemente el productor más importante del mundo en coproducciones de cine hispanoamericano. Desde su productora “Dublin films” con base en Burdeos, Francia, tiene antenas en otros lugares como Medellín, Colombia.
Es un habitual en los festivales de cine, donde en ocasiones lleva hasta 7 proyectos, como en la pasada edición del festival de Cinelatino Toulouse. David tiene en su portafolios películas como “Diógenes” de Perú, “Anhell69” o “La roya” de Colombia, “Pornomelancolia” de Argentina, y más proyectos en otros países como México.
Con este sorprendente currículo, no es de extrañar que le hayan hecho presidente del jurado Horizontes Latinos del festival internacional de cine de San Sebastián en su edición 71, entre los que se encuentra la actriz y directora chilena Manuela Martelli.
David Hurst declara a este periodista que estar en el festival como jurado “es una experiencia muy interesante, muy agradable, es extraño porque desde hace años participo en el festival como miembro de la industria…por primera vez me encuentro en el otro lado y con la responsabilidad muy importante de ver una selección de 12 películas que representan la creación del año en América Latina”.
El cine de Hispanoamérica es diverso por la cantidad de países que lo componen, pero en ocasiones se tiende a empaquetar las películas de esta región diciendo que es cine latino, sobre la singularidad de este cine, el productor francés apunta que: “ la manera de acercarse al cine y hacer cine en Europa, en Francia, tiene una manera de hacerlo demasiando institucionalizada. Yo encuentro una manera más libre de hacer cine, hay más personas en América Latina que toman más riesgos, en todo: en temáticas, en formas, de manera de contar.” Añade que “quizás hay una urgencia en América Latina de hacer cine que es más fuerte que en Europa, y esa urgencia da…energía y una manera de estar atento a los vínculos afectivos”
David Hurst comenzó a producir películas del continente americano gracias a que fue invitado en 2016 por el BAM y por Proimágenes Colombia, “ahora es casi de mi corazón, tengo una relación hoy muy fuerte, muy profunda con Colombia, con directores y productores de Colombia, también con instituciones y festivales. Es un país donde, me parece, que hay una articulación muy buena entre un deseo de creación e instituciones que acompañan este deseo, como Proimágenes, pero también hay departamentos como Antioquía, o también ciudades que tienen fondos especiales.”
Comparando la situación de la producción con Argentina, Hurst señala que “En Argentina, en este momento, hay una preocupación enorme con lo que espero no va a pasar en las próximas elecciones, pero en Colombia, estoy notando que hay una evolución positiva cada año, aunque también hay preocupaciones sobre, por ejemplo, con las plataformas que toman su espacio y mucho dinero. También una preocupación en Colombia es la proporción de películas nacionales que se ven en las salas. Hace unos años era el 10% de cuota nacional, ahora es el 3%, hay esta preocupación de dar espacio a la difusión y la distribución a las películas nacionales en estos países.”
La región de Nueva Aquitania es donde están situadas las oficinas centrales de Dublin Films, respecto a las ayudas a la coproducción internacional que hay por parte de esta región, David señala que “ en nuestra región tenemos esta historia desde hace 10 años, donde es posible para un productor regional hacer una coproducción aunque no haya rodaje en el territorio de la región. Pero tenemos que gastar el dinero que nos da la región en cosas de la región, entonces mandamos técnicos en los rodajes en América Latina”, aunque señala que sobre todo “los directores vienen a Burdeos o a Rochefort, u otros lugares de la región, para hacer una parte importante de la postproducción…aprovechando que hay muchos estudios de posproducción en la región.”
Volviendo la mirada a los inicios de David Hurst es sorprendente lo que ha conseguido desde que empezó siendo conductor en una producción de cine de Estados Unidos, que se rodó en Dordoña con Drew Barrymore y Anjelica Huston (Ever After: A Cinderella Story, de 1998), nos relata que “de chofer pasé a asistente de localizaciones, después jefe de localizaciones, etc, hasta que me aburrí un poco de esta manera de estar en el cine, solo desde el momento del rodaje.” Continúa señalando que “decidí comprometerme mucho más haciendo producción de autor para estar atento en una película desde la escritura hasta la distribución.” Reconoce que “es un acto político, es una manera de intentar participar en la lucha contra la globalización, contra la uniformización, y defender miradas singulares e historias emocionantes.”