Carta abierta a candidatos de alcaldías

Carta abierta a candidatos de alcaldías

Sus edulcorados planteamientos, superficiales y dispuestos en una retórica difusa y altisonante ni interpretan ni atenderán los problemas señalados

Por: Edgar Velásquez Rivera
septiembre 27, 2023
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Carta abierta a candidatos de alcaldías

Señoras y señores: tal como está concebida y diseñada la elección popular de alcaldes que, en su momento se consideró un avance hacia la extensión y profundización de la democracia en el marco de un proceso de paz adelantado entre las FARC y el gobierno nacional presidido por Belisario Betancur, debe ser revisada al tenor de los contornos que ha adquirido esa figura.

Convertida en un ventisco espectáculo en el que afloran todas las miserias humanas de las que está hecha la índole de los colombianos, de todo tiene, menos de democrática. La abstención sigue creciendo y los más acuciantes problemas de los municipios no se solucionan. Es clara la privatización de la política en el orden local en el sentido de que las opciones de resultar elegido se reducen a quienes navegan en ríos de dinero.

Los municipios de Colombia tienen complejos problemas. En unos más que en otros la violencia, la corrupción, el clientelismo, la pobreza, el aislamiento, el desempleo, la insalubridad, el analfabetismo, el atraso estructural, la degradación de la condición humana, la inseguridad, el alcoholismo, la drogadicción, la ludopatía, el narcotráfico, la degradación ambiental, la morbilidad, las precarias vías, el nulo o deficiente servicio de gas domiciliario, pésimo y caro servicio de energía eléctrica, la poca e incipiente conectividad a internet, el amenazante crecimiento de las enfermedades mentales, la ruina del sector agropecuario y los conflictos por la tenencia de la tierra, son parte de esos problemas, a los cuales se suma su ejercicio político.

Es decir, ustedes no son la solución, son, por el contrario, parte del problema. Se trata de ambiciosos sujetos con careta de inocentes aspirantes a servidores públicos que, por medio de sofisticadas tretas, pretenden llegar al primer cargo de cada municipio. Sus propuestas reflejan su supina ignorancia de lo que van a administrar, pues no hay en las mismas, proyectos de envergadura que saquen a las localidades del secular ostracismo.

Sus edulcorados y viscosos planteamientos genéricos, superficiales, dispuestos en una retórica polisémica, difusa y altisonante ni interpretan ni atenderán los problemas atrás señalados. Les asiste a ustedes un perverso comportamiento como es el aprovecharse de la población más pobre para tronchar su voluntad y obligar su apoyo (¿de dónde provienen los recursos para tal vicio?)

Pero esa perversión, una vez en el poder, se manifiesta al gobernar a favor de unos y en castigo hacia otros. Se toman decisiones que favorecen a personas, no a la comunidad. Cuentan con consejos dominados por las dádivas y palaciegos acuerdos, también cuentan con el beneplácito de inoperantes y venales organismos de control. El erario y los municipios son manejados como si manejaran una tienda de barrio o vereda. Sus equipos de colaboradores son reclutados en las listas que les envían sus jefes o en circuito de los más serviles durante las campañas. Es evidente que ustedes son eslabones de un engranaje del que hacen parte mandatarios en ejercicio, exsenadores, exrepresentantes, contratistas y toda esa laya que han puesto a Colombia como uno de los países más atrasados, peligrosos e invivibles.    

Reventado el tejido social por la acción del terrorismo de Estado, por el huracán del neoliberalismo y de la galopante pobreza, las pocas organizaciones que perviven rápido aprendieron todos los vicios de la política tradicional y se convirtieron en diligentes propagandistas de los que mejor pagan, cazadores de votos, agitadores en pueblos y veredas, “gestores” de proyectos para sí y sus familias, en suma, cómplices del pantano en el que están los municipios. Ganarán las alcaldías los que más dinero exhiben, los más “audaces, vivos y patanes” aparte de inescrupulosos. Ante tan desolador panorama resulta notorio y evidente señores candidatos a las alcaldías que con ustedes (sean de derecha o de izquierda) sus municipios no tienen futuro (cada quien se ubica donde le corresponde).

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