El encuentro de las dos responsables, Ursula von der Leyen y Giorgia Meloni, en esta isla bajo tensión tras el desembarco de miles de migrantes esta semana vuelve a poner sobre la mesa el reparto de responsabilidades en la Unión Europea (UE) ante la cuestión migratoria.
“La inmigración ilegal necesita una respuesta europea” declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, luego de llegar a Lampedusa en avión junto a Meloni. La alta funcionaria europea también hizo un llamado a los países del continente para que reciban a una parte de los migrantes que han llegado a Lampedusa.
Por su parte, la primera ministra italiana declaró que “el futuro de Europa depende de la capacidad de Europa de afrontar los grandes desafíos", como estos flujos migratorios sin control”.
Lampedusa, la isla más meridional de Italia, es un punto habitual de llegada de migrantes del norte de África. Pero esta semana, su centro de acogida, construido para menos de 400 personas, se vio saturado.
Entre el lunes y el miércoles, unas 8.500 personas, más que toda la población local, llegaron a bordo de 199 embarcaciones, según cifras de la agencia de migración de la ONU. Miles de migrantes fueron ya trasladados el viernes a Sicilia.
A falta de espacio en el centro de acogida de Lampedusa, cientos de personas tuvieron que dormir en el suelo, aunque al menos se beneficiaron de la generosidad de los habitantes, que les llevaron agua y comida. Según la Cruz Roja italiana, unos 1.500 migrantes continúan en el centro de acogida, desbordado por la afluencia.
"Están previstos traslados durante la jornada" hacia Sicilia y el continente, agregó. Los grandes barcos de las oenegés, como el "Geo Barrents" de Médicos Sin Fronteras (MSF) que socorrió a unos 500 migrantes en el marco de 11 operaciones, son dirigidos hacia grandes puertos italianos.
Pero decenas de pequeñas embarcaciones continúan la travesía de Mediterráneo, procedentes en su mayoría de Túnez en las últimas semanas, directamente a Lampedusa, donde el sistema de gestión de migrantes se encuentra el borde del colapso.
En total, más de 127.000 migrantes irregulares han llegado a las costas italianas desde el inicio del año, casi el doble en comparación con el mismo período de 2022.
Además de desencadenar tensiones entre los países europeos sobre la respuesta que dará la Unión Europea al flujo masivo de migrantes, la crisis en Lampedusa ha azuzado también el debate entre las distintas formaciones de extrema derecha italianas y europeas. Según las leyes del bloque, la gestión de los migrantes ilegales compete al país de llegada. Pero Italia reclama que no puede gestionar sola este problema y ha pedido el apoyo de sus socios. Alemania, por ejemplo, suspendió hasta nuevo aviso la recepción de migrantes procedentes de Italia.