Entre los invitados del presidente Gabriel Boric a los actos de conmemoración por los 50 años del golpe de Estado en Chile estaba un músico de rock, uno que nadie se esperaba: Tom Morello de Rage Against The Machine. Muchos medios de comunicación difundieron la noticia, pero sin entender cuál era la noticia en sí misma. ¿Cómo es que un musico estadounidense estaba causando más revuelo que los propios músicos chilenos o latinoamericanos presentes?
Lo que pasa es que Tom Morello no es cualquier músico de rock, sino uno de los guitarristas más influyentes de los últimos 30 años. Entre otras razones, por esa forma tan poderosa que tiene de tocar su instrumento. Su virtuosismo al momento de interpretar, sonido único y capacidad de hacer efectos que solo él puede sacar, le han dado una gran parte del reconocimiento que tiene ahora.
La otra parte se la ganó como activista, porque en su banda Rage Against The Machine todos lo eran. Al cantante Zach De La Rocha lo recordamos por simples y contundentes frases como “tendrá que comenzar en algún lado, tendrá que comenzar en alguna parte, ¿qué mejor momento que aquí, qué mejor momento que ahora?”.
Siempre acompañadas de declaraciones políticas en pro de la revolución y de defender a los oprimidos. Cuando Zach se retiró de la banda y los demás músicos encontraron en el fallecido Chris Cornell un nuevo aliado, para un proyecto que terminó llamándose Audioslave, organizaron un concierto gratuito en Cuba.
Recién con el paso de los años es que podemos entender lo poderosa que era la propuesta musical de Rage Against The Machine. En 1999 estaban firmados por Sony Music y eran una de las principales apuestas rock de la compañía. El ‘nu’ metal, el rap metal y todo sonido que se le pareciera estaba de moda y ellos –seguramente entendiendo– que su fama duraría poco en una industria tan manipulada por el dinero; tomaron la decisión más sabia posible, utilizar su fama como plataforma para hacer mucho ruido.
Bueno, no precisamente ruido. Ese fue el mismo año que se juntaron con el productor de cine Michael Moore para hacer el video de un temazo llamado “Sleep now in the fire” y convertir el cortometraje en una manifestación real afuera de la bolsa de valores de la ciudad de New York. Es cierto que una situación de estas, en la práctica, no logra mucho. La policía los sacó a las pocas horas y –en el lugar– fue como si nada hubiera pasado. Pero el mensaje sí tuvo la resonancia esperada, la canción fue uno de sus mayores éxitos (video incluido).
Con el paso de los años a Moore lo conocimos por hacer estupendos documentales que cuestionaron la venta de armas, el sistema de salud estadounidense y hasta el capitalismo en su esencia. Tom Morello se dedicó a “envejecer” (si es que esa palabra aplica) y a grabar con todo tipo de figuras. Cuando uno revisa su lista de colaboraciones en Spotify (Pussy Riot, Cypress Hill, Linkin’ Park, Babymetal, Slash, Serj Tankian de System Of A Down) queda claro. El guitarrista de Rage Against The Machine siempre participó en canciones de artistas que han tenido algo importante para decir.
Llevándolo al plano colombiano, también podemos recordar cuando en una premiación se presentó acompañando a Juanes y a Fher de Maná, para rendir homenaje a Santana.
Pero no nos desvíemos. Entonces, ¿dónde está la gran noticia de que Boric se haya reunido con un músico de rock de hace veinte años? Pues precisamente en ese lugar que Morello ocupa en la actualidad. No solo los artistas que ahora están de moda siguen llamándolo para grabar, sino que lo destacan como influencia. El último gran éxito de Måneskin –los italianos que salieron de La Voz y se convirtieron en la banda de rock actual más escuchada del mundo– lo tiene como invitado. Olivia Rodrigo, la estrella pop adolescente, declaró que Rage Against The Machine (una banda de rap metal, recordemos) fue una de las mayores influencias de su último album Guts.
En una de sus declaraciones de esta semana, donde exaltó al pueblo de Chile y repudió la participación de la CIA en el histórico golpe militar, Tom Morello recordó que durante su concierto en el país Gabriel Boric estaba en medio del público. Tal vez solo fue un gesto bonito del músico, quizás alguien le contó ese supuesto dato y él quiso comentarlo en agradecimiento por la invitación.
Pero si, al igual que muchos de nosotros, el Presidente de Chile colocaba a todo volumen ese contundente álbum llamado The battle of Los Angeles en su reproductor y si seguía a estos “guerrilleros” (una de sus canciones se llama precisamente “Guerrilla radio”) con tanto fervor; entonces entendíó que pedirle a Tom Morello su presencia es más que un simple capricho de fan. Es un acontecimiento mundial que nos ayuda a recordar que de qué lado tenemos que estar.
En lo personal, yo lo interpreto como un recordatorio de que siempre quiero estar del lado de quienes denuncian masacres, condenan dictaduras, hablan en favor de los desprotegidos e incomodan (o por lo menos, lo intentan). Nunca del lado de los que miran para otro lado, niegan la historia o bombardean niños desde helicópteros.
En palabras de Rage Against The Machine: “El silencio es el enemigo, ¡conoce a tu enemigo!”.
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