Señora Karen Abudinen, que los profesores rurales siguen esperando a ver a qué horas les van a poner internet en los colegios. ¿Qué les decimos? Es que ellos dicen que más de 70 mil millones de pesos fueron entregados a usted desde el gobierno y dicen que usted se los robó. Señora, defiéndase.
Porque, de verdad, la imagen que tienen todos los colombianos de usted no es nada buena. Dicen que usted está siendo además investigada por contratos irregulares cuando trabajaba en otra cosa con el Estado. Hablan y hablan mal de usted en todos lados. Hasta convirtieron en verbo su apellido, se conjuga en presente de la siguiente manera:
Yo abudineo
Tú abudineas
El/ella abudinea
Nosotros abudineamos
Vosotros abudineáis
Ellos abudinean
Y significa yo robo, tú robas, él roba, ella roba, nosotros robamos, vosotros robáis y ellos roban.
En conclusión, todos roban.
¿Le parece gracioso, Señora Karen? O le da más bien pena. Pena, ¿o rabia? Yo no sé por qué en Colombia no llevan presos a las personas que están todo el tiempo hablando mal de la gente de bien. Una señora estudiada y trabajadora como usted, no se merece que la estén tildando todo el tiempo de ladrona, de ratera, de sinvergüenza, de desgraciada. El Estado colombiano debe velar por sus derechos y proteger su buen nombre y su apellido.
Yo ya no sé qué decirles a los profesores rurales de la Guajira, reclaman y reclaman internet en los colegios. Les he dicho que esperen, que tengan paciencia, y es en ese momento cuando empiezan a hablar mal de usted. De verdad, doctora, hablan mal de usted. Todo mundo quiere verla presa, y que aparezca la platica.
Explíqueme, señora, ¿qué pasó con esa plata?