El 19 de junio de 2023, a las cinco de la tarde, frente a un televisor, el general Zapateiro, con el rostro desencajado, decidió ponerle fin a una vida militar de cuarenta años.
La razón fue la victoria de Gustavo Petro, un excombatiente del M-19 , que para el general resultaba intolerable como Presidente de Colombia. No podía perdonarle al país que escogiera a uno de los hombres que estuvo en la organización guerrillera que se tomó el Palacio de Justicia cuando era un cadete.
Estaba en su casa en Bogotá. El militar recordó lo que había peleado contra él mientras fue Senador cuando, desde un trino, denigró de los soldados fallecidos en combate, jamás le perdonó tampoco cuando afirmó que los Generales hacían pactos con el Clan del Golfo.
“Yo no puedo ser el Comandante de este señor”, dijo. Su visión es radical y lo afirmó en el que es su libro El hombre del deber cumplido, su testamento: “el que ha cometido pecados debe pagar por ello”. Llamó a su círculo más cercano y ellos lo aconsejaron pues podría ascender aún más dentro del Ejército y este acto era botar a la basura toda una carrera en las armas.
En la Feria del Libro en el lanzamiento del libro sobre su vida el pasado abril fue aun más claro en sus posiciones drástica. La directora de Semana Vicky Dávila lo entrevistó. Cuando le preguntó si la manera en la que iba a combatir al nuevo Gobierno sería Candidato presidencial, no sacó el cuerpo. No descartaría lanzarse para las elecciones de 2026. Tomarse la decisión de retirarse del Ejército sería el primer paso.
En los años ochenta, este cartagenero tenía 20 años y admiraba al General Jesús Armando Arias Cabrales, el Comandante del Ejército que tuvo la responsabilidad de retomar el Palacio de Justicia, una retoma sangrienta que terminó con la muerte de más de cien personas, algunos asesinados con tiro de gracia y un importante número de desaparecidos.
Zapateiro está convencido que el presidente Gustavo Petro, quien en ese momento era un joven de 22 años, que no tuvo que ver con las operaciones armadas del M-19, en su libro escribió que sí habría tenido alguna relación con la inteligencia que sirvió para tomarse el Palacio. En la Filbo, ante la pregunta de Vicky Dávila, el Comandante titubeó a la hora de esgrimir argumentos para justificar su afirmación.
Desde su juventud, aprendió a admirar al general Jesús Armando Arias Cabrales, de 86 años, quien está condenado a 35 años por los horrores que cometió ese día de noviembre de 1985 en la retoma y la desaparición de once personas entre los que se cuentan el magistrado Carlos Horacio Urán.
Una vez se retiró del Ejército, el general Eduardo Enrique Zapateiro se fue a su casa en Cartagena, su ciudad, y durante un año entero trabajó con la editorial Penguin Random House para sacar adelante su libro.
Más que unas memorias son las consignas de un hombre preocupado por el devenir de la Institución a la que le entregó la vida. Como era de esperarse, Zapateiro no menciona los episodios complicados, por no decir oscuros de su vida en la que se le señala de contratación indebida dentro de las Fuerzas Armadas.
Ese día de abril, Zapateiro estaba dolido porque entre el público no había un solo cadete. No podía dejar pasar que, según él, en las Escuelas de Cadetes, no les hubieran permitido asistir al lanzamiento de un libro que él había escrito para ellos. Lo que sí pasó es que un grupo de simpatizantes de Petro le gritó asesino y sus seguidores los interpelaron con dureza y los sacaron del recinto.
Desde abril, Eduardo Enrique Zapateiro ha logrado cuajar aún más sus ideas políticas. Ha tenido reuniones con el expresidente Iván Duque, a quien considera más que un exjefe, un amigo con quien comulga con muchas de sus propuestas, en varios lugares de Bogotá y ha liderado las marchas de la reserva contra Petro. La última que se vio fue el pasado 10 de mayo de 2023 cuando, contra todo pronóstico, un grupo de militares retirados llenó la Plaza de Bolívar.
Eduardo Enrique Zapateiro es crítico con la nueva cúpula del Ejército. No le perdona al actual comandante del Ejército, general Luis Mauricio Ospina Gutiérrez, que lo hayan metido en la investigación de la muerte de Jesús Santrich en Venezuela. Nada de lo que ha n hecho el Ministro de defensa y el Presidente Petro con las fuerzas militares lo convencen y aunque mantiene un discreto silencio, se sabe que es una piedra en el zapato frente al nuevo rumbo que este gobierno quiere darle a los uniformados de Colombia.