A los 73 años falleció anoche en Medellín, Nicanor Restrepo Santamaría, uno de los grandes líderes empresariales de Antioquia y del país. Cerebro del Sindicato Antioqueño, el conglomerado de empresas de esa región con mayor representación en la economía colombiana, fue el gran artífice de su éxito. Conocido como uno de los “cacaos”, empresariales de fines del siglo pasado, destacado por la revista Forbes (1993), Nicanor Restrepo será también recordado como un gran luchador por la paz y el hombre que encarnó muchas de las virtudes de su tierra en la sencillez, la austeridad, y un especial don de gentes.
Su vida estuvo marcada por la empresa y la academia. En la primera como presidente de Suramericana, de las juntas directivas de Nutresa, Inversura, Argos, Bancolombia y Smurfit Kappa Cartón de Colombia. Y miembro activo de las de Sofasa, Éxito, Conconcreto, Carvajal y Solla. En la segunda, como presidente que fue del Consejo Superior de la Universidad Eafit , miembro de la Sala de Dirección General de la Escuela de Ingeniería de Antioquia y profesor honorario de esa universidad.
Estudiante eterno, no tuvo el menor reparo, después de despedirse con honores de la actividad empresarial, de ir a estudiar sociología a París, a sus 60 años, como cualquier universitario con mochila en un pequeño apartamento. París fue el destino inequívoco como el gran amante que fue de la literatura francesa y de la poesía, que recitaba de memoria.
Siendo gobernador durante el mandato de Belisario Betancur, fue el gestor del cambio de nombre de Museo Zea a Museo de Antioquia impulsando la donación de varias de las obras del maestro Fernando Botero, convirtiéndolo en uno de los grandes atractivos de la ciudad.
Su otra gran pasión fue la búsqueda de la paz. Acompañó a Andrés Pastrana en el proceso del Caguán y pocos dudan que su personalidad fue clave en el éxito de la fase inicial de las negociaciones. El presidente Juan Manuel Santos no vaciló en llamarlo para su proyecto de paz. Por ella no le importó estar en contravía de muchos de sus colegas y paisanos más afines con la postura uribista.
Ayer, la enfermedad pulmonar que lo acosó en su últimos días le impidió ver si su sueño, por fin, se podía hacer realidad.