Hace unos días, militares de Venezuela destruyeron 86 "estructuras clandestinas" utilizadas "para ejercer la minería ilegal", ubicadas dentro del Parque Nacional Yapacana, en el estado Amazonas. Una acción que fue aplaudida por la ONG SOS Orinoco a pesar de que esta zona sea solo un pequeño punto de una extensa área en el sur del país que sufre el mismo problema.
"Estas minas están en auge"
“El desalojo de más de 11.000 mineros en Yapacana es un hecho, pero eso no es suficiente, porque en Yapacana está demostrado que puede haber cerca de 20.000 mineros. Entonces todavía quedan muchos mineros. Los testigos en el terreno dicen que han sacado a los jefes guerrilleros que están encontrando en las minas y que ahora los que están controlando las minas son los propios militares. Y que todavía hay minas importantes como la mina El Cacique, que es como el centro operativo de Yapacana que no se ha desalojado”, explica a RFI Cristina Burelli, directora de la ONG.
Por otro lado, recalca, “este operativo en Yapacana lo aplaudimos, pero tiene que haber operativos en toda la zona sur del Orinoco, en las cabeceras del río Orinoco, en el Parque Nacional Canaima, en La Paragua, en el Caura, en el Cerro Duida, el Parque Nacional Duida... Todo el sur está lleno de minas ilegales y estas minas están en auge. Están creciendo. Entonces, hacer un operativo en una esquina del Yapacana es insuficiente”.
La consecuencia de la minería ilegal y el Arco Minero no únicamente se limita a la tala de árboles y destrucción de sabanas, sino también se traduce en la contaminación del agua y los ríos por la presencia del mercurio que se usa para amalgamar el oro.
Suministro de combustible
Según Cristina Burelli, este desalojo masivo no será suficiente para acabar con esta práctica prohibida, ya que Maduro sigue permitiendo el suministro de combustible a todos los operarios que explotan las 23 minas ilegales contabilizadas en el Parque Yapacana.
“Si Maduro realmente quiere acabar con la minería ilegal, lo que tiene que hacer es dar la orden a la CVM, la Corporación Venezolana Minera, de detener el suministro de combustible a todas las minas del sur de Venezuela. Entonces, no podemos hablar de un solo lugar que es Yapacana y decir que con eso es un ejemplo que se está acabando con la minería ilegal en Venezuela, no”, enfatiza.
La minería ilegal en Venezuela está acabando no solo con uno de los recursos naturales y energéticos del país, sino también con los parques nacionales, monumentos naturales, reservas de biosferas y territorios indígenas de un aérea que abarca el 12% del territorio de esta nación.
La ONG SOS Orinoco, crítica con el gobierno, indicó que para agosto de 2023 unas 23 minas ilegales afectaban 3.316 hectáreas del parque Yapacana.