De acuerdo con su concepción clásica, la aristocracia es el gobierno de los mejores; la democracia, el gobierno de origen popular; la autocracia es el gobierno en el que la voluntad de una persona es la ley…
A esta lista de sistemas gubernamentales hay que agregar el que ha desarrollado Gustavo Petro: la traquetocracia, que se podría definir como aquella forma de gobernar en la que impera el estilo mafioso.
Aquí tenemos antecedentes de gobiernos elegidos gracias el aporte de dineros que antes llamaban ‘calientes’. Pero la traquetocracia va más allá de eso. Para instaurar un régimen de ese tipo no basta con que la campaña sea filtrada por dineros procedentes de actividades ilícitas. Además, el comportamiento de quien encabeza ese gobierno tiene que obedecer a los códigos mafiosos.
El concepto de familia es fundamental en la mafia, la famosa ‘famiglia’, en la que no solo el capo de capos actúa sino que también participan en el negocio sus hijos y hermanos. Y cada vez es más claro que la ‘famiglia’ Petro jugó un papel fundamental, y muy turbio, en la elección del actual presidente.
En un hecho inédito en la historia de Colombia, el hijo consentido del presidente, Nicolás, está detenido, acusado de enriquecimiento ilícito. Se le señala de haber recibido fuertes sumas de dinero de varios delincuentes, entre ellos Salvador López Sierra, conocido como el Hombre Marlboro, por ser el rey del contrabando de cigarrillos.
Petro, además de afirmar que él no crio a Nicolasito, sostiene que esos dineros nunca ingresaron a su campaña y que el muchacho los invirtió en adquirir la mansión de sus sueños. Argumento que además de acordarme del proceso 8.000, es poco creíble porque nadie aporta una millonada a una campaña política sin cerciorarse que el candidato se entere.
Pero el ‘figlio’ negado no es el único miembro de la ‘famiglia’ que se involucró con los peores delincuentes para ayudarle a Petro a llegar a la Presidencia. En los últimos días Juan Fernando, ‘fratello’ del gobernante, se ufanó en una entrevista de haber aportado más de un millón de votos a la campaña petrista, gracias los encuentros que sostuvo en las cárceles con jefes paramilitares, con importante control sobre diversas regiones. El ‘gran hermano’ incluso llegó a afirmar que sin esos votos Gustavo no hubiera llegado a la presidencia.
Y cada vez es más claro que la ‘famiglia’ Petro jugó un papel fundamental, y muy turbio, en la elección del actual presidente.
¿Y total qué ganaban los jefes paramilitares dando ese apoyo? Fácil, la paz total, o sea el cese de la persecución por parte del Estado a sus actividades ilícitas. Está claro que Petro, como Vito Corleone, cumple sus compromisos.
El episodio de Laura Sarabia también parece sacado de la mente de Mario Puzo, el escritor que concibió la zaga de El Padrino. A esta ‘donna’ de apariencia frágil se le perdió un maletín lleno de dinero. ¿cúanto?, no es claro. Allegados a ella dicen que eran 7.000 dólares que ‘ahorro´’ (¿) de viáticos que le sobraron de algunos viajes oficiales. (Esa confesión de por sí es grave porque lo procedente cuando a un funcionario le sobran dólares de un periplo es que los devuelva). Pero Marelbys Mesa, la niñera de los hijos de Laura, acusada de hurtar el dinero afirma que uno de los policías que la obligó a someterse al polígrafo, le afirmó que la suma embolatada ascendía a $150 millones.
Lo cierto es que eso de someter a una humilde empleada a la ‘máquina de verdad’ para establecer si había robado o no a su patrona, es un procedimiento que parece extraído de una película de la ‘Cosa Nostra’. Y si faltaba algún elemento para darle a este turbio caso esa connotación, ahí está el extraño suicidio del Coronel Tapias, uno de los encargados de la seguridad del Palacio de Nariño, que terminó involucrado en el caso del polígrafo.
El truco con el cual Petro le quitó de encima la Fiscalía a Laura Sarabia, parece también ideado por Puzo: la nombró en un alto cargo, ni más ni menos que el que maneja la chequera del Estado, con lo cual la exjefa de gabinete adquirió fuero y la investigación en su contra pasó de la Fiscalía a la Corte Suprema de Justicia. ¡Mama mía!
Hijo preso, hermano que se reunió en las cárceles con temibles delincuentes, plata perdida, polígrafo, coronel muerto… ni a Mario Puzo se le hubiera ocurrido semejante argumento. Y apenas llevamos 13 meses de este gobierno, con lo cual faltan por escribir muchos capítulos.
A propósito, ¿Vito Corleone no sufría del síndrome de Asperger?