En las tragedias anunciadas el último en reconocer lo que va a pasar es la víctima. El pueblo entero sabía que iban a matar a Santiago Nasar. Sin embargo fue al encuentro con sus asesinos. Si todos sabían la venganza que le iban a cobrar los hermanos Vicario ¿por qué no pudo cambiar su destino? Eso le puede pasar a los empresarios. Todos saben lo que Petro piensa del capitalismo y del sector privado. Sus anuncios en campaña fueron claros. Lo que dijo y lo que hace como presidente confirma su visión. Sin embargo gremios y empresarios esperan un cambio en el guion oficial, como si al releer la Crónica de una muerte anunciada cambiara el desenlace sin que el Nóbel hiciera los ajustes para evitar la tragedia.
Todo el mundo quisiera encontrar un modelo económico que funcione mejor. Pero como en sus primeros cinco mil años de historia moderna el dúo capitalismo-democracia es el menos malo, hay que tener cuidado al cambiar o ajustar sus piezas de no alterar sus mecanismos de funcionamiento. Es fácil destruir riquezas y difícil crearla sobre ruinas y cenizas. Si se debilita al sector productivo considerando que produce y distribuye mal la riqueza que genera, el modelo sustituto debe ser mejor. De lo contrario se corre el riesgo de aumentar la pobreza al disminuir la inversión, el empleo y la producción de bienes y servicios para la población que más los necesita. La tragedia de Santiago Nasar puede evitarse.
Los conocimientos, experiencias, formación en talentos así como el capital invertido en lo construido pueden aprovecharse para una transición, pues no se trata de una revolución convocada para destruir el orden preexistente. El gobierno tiene una fórmula económica en la que cree y la democracia tiene los instrumentos para procesarla. Los expertos, reguladores y legisladores la deben estudiar y evaluar en una sana discusión. Llegar a un modelo alterno a partir de una disrupción creativa de valor, es el camino para evitar una tragedia económica que empobrezca más a los ciudadanos que quiere reivindicar el Pacto Histórico.
García Márquez hizo salir esa mañana a Santiago Nasar por el portón principal de su casona. Era la salida que nunca usaba y la que los hermanos Vicario vigilaban. Escoger este camino subrayaba la tranquilidad derivada de la inocencia de Santiago Nasar, o de su ignorancia frente a amenaza, o era una insensatez que pensaba compensar con un gesto de valor. Los Vicario a su vez querían encontrar la excusa perfecta para evitar el crimen y salvar su honor. El maestro con nobel de literatura aumentó la tensión a tal punto, que el desenlace anunciado desde el título no pierde vigencia ni interés. Además deja lecciones filosóficas clásicas: es mejor una relación gana-gana, a una en la que todos pierden.
Muchos empresarios piensan y actúan como Santiago Nasar. Creen que son inocentes. O que ser inocentes los salva de la muerte anunciada. Cobrarles a ellos la venganza por la pobreza, la desigualdad y la corrupción que deja el neoliberalismo es absurdo, imposible e injusto. Por eso también piensan que pueden salir por el portón principal. El gobierno a su vez piensa como los Vicario. Los tiene vigilados y cree que deben ser castigados pues el libre mercado es un espacio de ganadores y perdedores donde el pueblo siempre pierde y los empresarios siempre ganan. El honor lo recupera el pueblo con una rápida redistribución de la riqueza.
Las cifras pálidas del semestre confirman que el sector productivo se frenó. Nasar, caminando hacia su destino vio cerradas casi todas las puertas de las casas de la plaza. Cuando se dio cuenta que los Vicario venían hacia él con sus cuchillos de matar cerdos recién afilados, corrió hacia la única puerta que permanecía abierta. El refugio evitaría el desenlace, tal vez permitiría aclarar el malentendido, o resolverlo de otra manera. Pero la puerta se cerró justo a tiempo para que Nasar quedara a merced de los Vicario. Sus asesinos quedaron condenados a cumplir la sentencia aunque quisieron evitarla.
Si se puede llegar a un cese al fuego con las bandas violentas y delincuenciales ¿por qué es imposible dialogar con un sector que mueve sin armas el 80 % de la economía?
Algunos ya afilan los cuchillos para filetear al empresariado, las puertas para encontrar soluciones que eviten el desmoronamiento del sector privado y la destrucción de capital y valor están todavía abiertas. Los gremios pueden convocar al gobierno a estudiar la forma de transformar la economía. Si se puede llegar a un cese al fuego con las bandas violentas y delincuenciales ¿por qué es imposible dialogar con un sector que mueve sin armas el 80 % de la economía? La incertidumbre, la inestabilidad y la pérdida de la confianza que lleva a los Nasares y a los Vicarios a tener que destruirse, se debe evitar.
Corregir el modelo es necesario. Existen todas las cifras, estudios e investigaciones técnicas y sociales que confirman como el neoliberalismo hizo crecer la economía como nunca. Al igual que existen todos los estudios para demostrar como el neoliberalismo aumentó la pobreza, la concentración de la riqueza, la desesperanza humana y la explotación insostenible de los recursos naturales. Nunca la humanidad había logrado un desarrollo productivo y tecnológico tan grande, desproporcionado, desigual y destructivo.
Los desarrollos tecnológicos actuales son un ejemplo de lo que se debe corregir en el modelo. Son avances que se produjeron gracias a inversiones de los estados para el desarrollo colectivo. No se desarrolló la internet para que unos pocos emprendedores se apropiaran de las tecnologías derivadas y menos para que el beneficio de la inversión pública quedara en unas pocas manos que controlan conocimientos que deben ser públicos. Sustraen utilidades cobrando peajes para que el talento ajeno circule entre todos. El atraso en las regulaciones permite que unos niñatos jueguen con llegar a Marte, o compren redes sociales para imponer su bizarra visión de la libertad. Las sociedades reclaman otro modelo generador de valor y no uno usurpador de riqueza. La destrucción de empleos y sueños que generó el neoliberalismo y las aperturas comerciales que favorecieron más al norte que al sur, requieren ajustes.
La economía popular del petrismo inspirada en Mariana Mazucatto y otros autores, necesita una presentación en sociedad y una estructuración local. Realizar estudios que confirmen su viabilidad, usar cifras ciertas para proyectar resultados posibles. Iniciar un diálogo a partir de conocer lo que quiere hacer el gobierno es necesario para dar un salto social y económico hacia adelante, no hacia atrás. Aun no se conocen experiencias exitosas de la economía popular porque apenas está en desarrollo. Buscar soluciones de transición bajo una convivencia con los empresarios puede llevar a un modelo incluyente. Enfrentar los malentendidos, los prejuicios, las contradicciones empresas-gobierno requiere puertas abiertas.
La empresa privada sabe producir riqueza pero necesita reglas claras, estables, confiables. Las fórmulas que pretenden una transformación subiendo impuestos a los que más producen y ganan para convertirlos en subsidios insostenibles suelen fracasar. Si no hay motivación para invertir y producir el aparato productivo se frena y el recaudo fiscal para distribuir disminuirá. Correr a la vez dos grandes riesgos es innecesario. Uno, el riesgo de acorralar al sector productivo para que abandone su función. Otro, el riesgo de que la economía popular fracase. Sería la perfecta suma cero.
Debilitar el sector productivo sin tener una economía popular en funcionamiento sería fatal
Debilitar el sector productivo sin tener una economía popular en funcionamiento sería fatal. El gobierno tiene gente inteligente y preparada para establecer una agenda, una metodología y un cronograma que estudie el tema y tome las medidas que eviten la tragedia Nasar-Vicario. Si el Comisionado de Paz pudo convocar a las bandas a dialogar para su transición a la vida civilizada, el gobierno puede nombrar un comisionado para la transición hacia un modelo productivo más igualitario antes de continuar con la ofensiva para debilitar al sector privado.
