La famosa película titulada 'El show de Truman' parece un chiste frente al mundo macondiano de Colombia.
La diferencia entre la película en mención y Colombia es que los engañados no es uno sino millones de personas. Y es que los colombianos parecen atrapados en una red de mentiras.
Se los voy a demostrar, si usted está en Bogotá y entra al hotel Estelar, se come un almuerzo, se compra un carro a crédito con el banco de Occidente, se compra el periódico el Tiempo o decide ver Citytv para enterarse de las noticias locales, todo realmente pertenece un mismo dueño (con el arroz incluido en el almuerzo).
Se asusta porque ese dueño sabe exactamente dónde tiene sus ahorros, qué compró y qué tanto tiempo lleva viviendo en la capital.
Decide entonces viajar a Barranquilla, se relaja, se toma una cerveza, asiste a una superfiesta en la noche, compra uno que otro souvenir con su tarjeta débito Itaú y enciende el canal RCN, resulta que todo pertenece a un dueño que le sigue el rastro de sus gastos porque hasta la silla donde descansó (incluyendo la fiesta) proviene de una empresa del mismo dueño.
Lo odia todo, desconfía de todo, quiere comprar productos diferentes, entonces se va para Cali, Medellín, Cartagena o cualquier otra ciudad, se compra El Espectador, escucha Blu Radio, va a cine, se ve noticias Caracol, se compra otra cerveza diferente, se compra algo en una tienda D1 (porque ha decidido no comprar nunca en supermercados) se hospeda en el hotel Decameron, hace compras con tarjetas del banco Santander, resulta que todo pertenece a un mismo dueño.
Así que todo el tiempo que un colombiano escuche o lea noticias, viaje, pague peajes, abra una cuenta de ahorro, se vuelva hincha de un equipo, o lo que quiera que haga, sepa que está siendo más vigilado que Jim Carrey en 'El show de Truman'.