Diego Molano, exministro de Defensa y candidato a la Alcaldía Mayor de Bogotá, inscribió su candidatura para participar de la contienda electoral y llegar al Palacio Liévano por los próximos cuatro años. Hoy, lo entrevistamos para conocer su visión de ciudad y los detales de su más reciente libro.
Las 2 Orillas: Diego, empecemos esta entrevista hablando sobre su candidatura, pues a comienzos de este mes inscribió su nombre ante los entes de control y presentó cerca de 117.407 firmas. ¿Por qué elegir este momento para aspirar a la Alcaldía?
D.M: Toda la vida me ha gustado servir a Bogotá y me he preparado para ello. Creo en el poder transformador que tienen las ciudades y las nuevas realidades del siglo XXI para cambiar entornos, servir mejor a la ciudadanía y vivir mejor.
Estamos en un país que se urbanizó casi el 70% de la población y la mejora en la calidad de vida se da en las ciudades.
Yo me he preparado, he estudiado temas urbanos desde que fui profesor en la Universidad del Rosario. Yo estaba en esa institución y en el año 1994, el rector me dijo ‘dirige una unidad que se llama: la unidad de Bogotá’, porque en Bogotá se prepara a la gente que va a gobernar el país. Luego de eso se creó la unidad, una cátedra y, luego, pase a dirigir tesis de la ciudad y dije: me encantaría trabajar para esta ciudad. He tenido una carrera pública donde he adquirido experiencia en lo administrativo y en lo relativo al tema social. Debido al caos que tiene la ciudad, consideré que es el momento oportuno para lanzarme y defender el futuro de Bogotá, especialmente, con la situación de inseguridad que viven miles de personas.
Las 2 Orillas: Diego, hay muchos candidatos que en este momento están contemplando las elecciones locales como un trampolín hacía la presidencia. ¿Está usted interesado en ese fin último?
D.M: Mi sueño es ser alcalde de la ciudad y creo que uno de los problemas más grandes que tenemos es justamente ese. Mire, Bogotá tiene la particularidad de ser capital y casi nadie piensa en ella. Los senadores y los representantes que son elegidos por Bogotá hablan de temas nacionales, pero nada de lo local. Pregúntele, por ejemplo, al señor Bolívar cuántos proyectos de ley impulsó por Bogotá. Ahora, al ser capital, muchos burgomaestres solo llegan para hacer campaña, si no pregúntele a Petro o a Claudia. Amo está ciudad y me he formado para servirle a ella. Hace poco leí dos frases que resumen mi respuesta y son las siguientes: los alcaldes son los rigen el mundo y es mejor ser alcalde que presidente. La mejor forma de transformar la política y la vida de los ciudadanos es por medio de este sueño que tengo de ser alcalde.
Las 2 Orillas: Su candidatura cuenta con el apoyo del Movimiento de Salvación Nacional, un partido fundado por Álvaro Gómez Hurtado. ¿Cuál es el mayor recuerdo que tiene de esa figura?
D.M: Yo creo que Colombia necesita un concepto de derecha más popular y necesitamos ir más allá de un partido. Por eso, es necesario reconstruir Bogotá con diferentes sectores, movimientos y visiones. Uno de ellos es Salvación Nacional, que aceptó co-avalarnos. Álvaro Gómez fue el primer folleto político que yo tuve en la vida, estaba en la Universidad del Rosario y me acuerdo que él decía cosas muy sencillas, como: la ley no se negocia, la justicia debe ser efectiva, no debe de haber trabas al desarrollo y hay que proteger la ecología. Inclusive, su pensamiento, sigue vigente y para ello es necesario construir una nueva derecha.
| También le puede interesar: Los candidatos a la alcaldía de Bogotá 2023 que empiezan a sonar
Las 2 Orillas: Álvaro Gómez Hurtado consideraba que a finales del siglo XX el país había llegado a una situación muy difícil donde, paradójicamente, “nuestro sistema de justicia parece estarse pasando al bando de los criminales”
D.M: Justamente uno de los principios del Acuerdo sobre lo fundamental es que la ley no se negocia y estamos en un momento donde el gobierno lo está negociando, le dije a los delincuentes ‘les pagamos por no delinquir’, cuando debería de no haber impunidad, estamos en Estado de Derecho. Nosotros queremos proponerle a Bogotá una mejora en la seguridad, pero que ésta sea efectiva, que cuente con una megacárcel donde podamos poner a todos los delincuentes, no vamos a salir adelante.
Como Ministro de Defensa impulsé una ley de seguridad ciudadana que tenía tres elementos fundamentales para combatir la situación que hoy tenemos: 1. los reincidentes se tienen que quedar en la cárcel, 2. garantizar que las pequeñas causas tengan una sanción y 3. desincentivar los intereses de las bandas criminales para delinquir.
Las 2 Orillas: En sus redes sociales ha estado bastante activo comentando diferentes formas de combatir el pequeño robo. ¿Cómo empezar?
D.M: Primero entendiendo que en Colombia se normalizó que vivamos mal. Entonces, lo que a mí más me ha afectado son las frases de las personas que han resultado afectadas, que dicen: me robaron, pero menos mal no me mataron. Eso no puede ser, ahora hay que agradecerle a los delincuentes. Me indigna escuchar historias de trabajadores que le han robado un teléfono de alta gama, luego de mediana gama y posteriormente, tiene que conformarse con el más sencillo, por miedo a que se los roben o los encañonen. Y, ¿Sabe qué es lo peor de todo? Que a nadie le importa. La gente lo normaliza y no es normal.
El robo de celulares es un tema de fondo porque, aunque le roben un dispositivo móvil, detrás de ello hay una banda que le extrae dinero de la cuenta, extorsionan a sus parientes, le piden todo tipo de cosas por Rappi y nadie dice nada. ¿Eso es normal? Eso no puede ser, 50.000 celulares se robaron el año pasado. Con todos esos ladrones podríamos llenar el Estadio Nemesio Camacho El Campín, viendo esa realidad creamos una política específica que pueda atender estos problemas, creando un número especializado, un seguro y mecanismos de defensa que compliquen el ciberdelito. Mire, para terminar este tema, hay cerca de 10.000 celulares recuperados que están en estaciones de policía y nadie ha pasado por ellos.
Las 2 Orillas: La capital del país presenta un reto muy grande en este tema de robo, ya que han aumentado la percepción de inseguridad a causa de nuevos grupos delincuenciales. Si llega a ser alcalde, ¿Cómo establecería un plan de trabajo conjunto con el presidente? Porque, realmente él es el jefe de la policía…
D.M: Yo soy profundamente respetuoso de la Constitución Política de 1991 y en ella se establece que debe de llevar a cabo una colaboración armónica entre poderes, no importa la ideología; debe de prevalecer el interés de los ciudadanos. Como director del ICBF, trabajé con Lucho Garzón perfectamente, como ministro de Defensa trabajé con Claudia López, con el alcalde de Medellín, entre otros. Por supuesto, defenderé el mejor interés de los bogotanos y liderar con cero caprichos. Tenemos un punto en común con algunos líderes de la oposición y es el fortalecimiento de la policía. En materia de seguridad se necesita mejor pie de fuerza y su articulación. Yo propongo una policía cívica, donde vinculemos a los reservistas y podamos también avanzar, poco a poco, en una mega cárcel.
La Ley de Seguridad Ciudadana que nosotros impulsamos permite construir una mega cárcel con la participación de empresas de seguridad privadas, pero también buscamos impulsar la economía popular y me convertiré en el primero en llevarlo a cabo. Debemos de trabajar de forma conjunta con los vendedores ambulantes, los recicladores y los bicitaxistas; a quiénes por cierto les agradezco porque yo llegué el día de mi inscripción en uno de sus vehículos.
Las 2 Orillas: Diego hay otro tipo de ideas que promueven el uso de drones y el fortalecimiento del pie de fuerza, uno de ellos es Rodrigo Lara ¿Estaría de acuerdo en ahondar esfuerzos en el componente tecnológico?
D.M: Yo creo que en seguridad hay buenas ideas, una cosa es experiencia y conocimiento. Claro que se necesita tecnología, pero uno no puede pretender acabar con las 220 bandas criminales que tenemos en la ciudad a punta de que hablen inglés los jóvenes o de que tengamos un globo aerostático en la ciudad. Tenemos que tener carácter.
Las 2 Orillas: Actualmente, Latinoamérica está viendo viendo con buenos ojos o malos ojos la política de seguridad que ha instaurado Nayib Bukele en El Salvador. ¿Qué opinión le merece la merca cárcel? ¿Es una necesidad?
D.M: Definitivamente, el problema de seguridad es el pie de fuerza, pero el más grave es la impunidad, de cada 100 personas que capturamos, quedan 85 personas libres y de vuelta en la delincuencia. Necesitamos una mega cárcel porque tenemos las estaciones de policía atiborradas con delincuentes que cometieron un delito, pero que no los han llevado a la cárcel y, de ser el caso, siguen operando desde allí. La mega cárcel no como concepto, pero sí por la impunidad que está representando.
Entonces, tenemos reincidentes en las calles y los jefes de las bandas operando. Antes, el 70% de los homicidios se debía a riñas de convivencia, hoy el 50% es por sicariato, son 220 bandas, tenemos que capturarlos y llevarlos a la cárcel.
Las 2 Orillas: ¿Cómo manejaría ese contexto con personas que provienen de otros países?
D.M: Mire, ese tema es muy importante. A los venezolanos todo el apoyo, pero hay un puñado de ellos que son criminales y que creen que no les aplica la ley colombiana. Nosotros tenemos que capturarlos, llevarlos a esa mega cárcel y luego deportarlos. Con la construcción de ese espacio logramos todo lo que le he comentado y otra cosa muy importante: dejamos que la policía esté en las estaciones cuidando delincuentes y pase a estar en la calle.
Las 2 Orillas: ¿Cuánto tiempo se podría demorar la construcción de esa mega cárcel?
D.M: Mire que en El Salvador les tomó menos de un año y nosotros no podemos quedarnos atrás, la Ley de Seguridad incluimos que las empresas de seguridad sean un pilar fundamental en esta meta, mientras tanto hay que tener soluciones temporales: como unos sitios que puedan cumplir por un periodo breve de tiempo esa función.
Las 2 Orillas: Teniendo en cuenta esa explicación, ¿dónde quedarían las estrategias de seguridad para desarticular a las bandas que tienen casas de pique?
D.M: Una de las propuestas es crear un escuadrón de desmantelamiento de grupos criminales que va a estar ligado a la Secretaría de Seguridad, la Fiscalía General de la Nación y la policía. Tenemos más de 200 bandas en la capital con características muy diferentes, pero hay cinco grandes bandas: El Tren de Aragua, Los Maracuchos, Los Camilos, Los Paisas y Los Cyber.
Las 2 Orillas: Candidato, Bogotá tiene dos temas que parecen no dar tregua para los ciudadanos: la seguridad y la movilidad. ¿Cuáles son sus dos apuestas en estos temas?
D.M: El 60% de los bogotanos dicen que el problema es la seguridad en sus barrios y el otro tema que usted comenta se encuentra por debajo del 30%. En el caso de movilidad, nos cansamos de vivir con miedo y el estrés permanente de que no puede estar seguro, así viaje en carro propio, bus, Transmilenio o bicicleta. Necesitamos soluciones efectivas. El pico y placa es una mediocridad, nos acostumbramos a cambiar los horarios y los números.
Tenemos que terminar el metro elevado de inmediato, las alimentadoras de Transmilenio (68, Caracas y Avenida Cali), la avenida séptima y la autopista. La prioridad debe ser ejecutar las obras y no aceptar los caprichos del presidente Petro de interrumpir una obra que está contratada, no podemos continuar con la ideologización de las obras, pensando que si el metro elevado es de Peñalosa y que el subterráneo es de Petro. No, el metro es de los bogotanos y merecen que se ejecuten las obras.
Las 2 Orillas: En ese sentido, hay una suerte de noción sobre la continuidad de lo que adelanta la Alcaldía como tal. ¿Qué obras, proyectos e iniciativas de la administración actual continuaría?
D.M: Voy a continuar con todas las obras, aunque la verdad no veo que sean nuevas. La única que está planteando es el corredor verde y tengo un problema con ella, porque yo sí creo que es un error urbanístico, especialmente del tramo de la 33 a la 32, que elimina el carril occidental para los carros particulares. Otro tema que no comparto es el Transmilenio por la carrera séptima, hay unas demandas en este momento y esperaremos a ver qué pasa con ellas.
Las 2 Orillas: Diego, usted quiere crear la primera universidad pública digital. ¿De qué se trata?
D.M: Hoy Bogotá tiene una ciudad educada, pero tenemos dos grandes falencias en la primera infancia (de 0 a 5 años). Apenas tenemos una cobertura del 60% y en la educación de una sociedad, cualquier que sea, la primera infancia es la mejor inversión, queremos lograr el 100% de cobertura. No puede ser que varios niños tengan que viajar dos horas para un jardín que queda en otra localidad, tenemos que garantizar un jardín público o vamos a garantizar que los jardines privados se puedan vincular de alguna manera.
De hecho, el premio nobel de economía James Heckman logró demostrar que la mejor inversión en educación en una sociedad es la primera infancia. Si usted logra mejorar el desarrollo psico-afectivo, social, complementarlo con buena alimentación y estimulación temprana está demostrado que esos niños van a tener un mejor desempeño, resultados escolares, formación y, por consiguiente, un mejor salario. Yo quiero que Bogotá sea ejemplo en primera infancia, pero un segundo factor a abordar es democratizar el acceso a la educación superior desde el distrito. Después de la pandemia, una buena alternativa es la formación a distancia. Sí logramos una universidad digital e impulsar diferentes conocimientos va a dar buenos resultados. Un ejemplo de ello es el bilingüismo a partir de cursos cortos de 1 año, porque los jóvenes no quieren carreras de 4 años y el mercado lo demanda. En vez de llevar a cabo más infraestructura, podemos adelantar este proyecto público que tendría como aliado a las grandes universidades del país.
Las 2 Orillas: ¿Cómo se elegirían las instituciones para llevar a cabo modelos mixtos de formación?
D.M: Yo quisiera aprovechar al máximo las infraestructuras que hoy existen, tenemos 353 colegios y lograr que ellos tengan una formación mixta en las noches (de 5:00 p.m. a 7:00 p.m.) va a elevar el nivel de formación de los estudiantes. Más aún si incluimos la formación digital.
Las 2 Orillas: En ese orden de ideas, ¿la construcción de una ciudad inteligente sería un pilar sobre él cual trabajar si llega a la Alcaldía?
D.M: Hoy, la seguridad tiene que tener tres componentes: pie de fuerza, autoridades y tecnología. Pero ojo, tiene que ser ágil y práctica, en Bogotá tenemos 2500 cámaras de la policía y otras 2500 cámaras de la Secretaría de Seguridad. Pero, éstas no están conectadas. Ahí hay una primera tarea. Ahora, deberíamos tener 16.000 de ellas pero solo logramos 5000. De ellas, no todas cuentan con reconocimiento facial. Es muy complicado tener un policía en cada territorio, pero ese trabajo de vigilancia lo podemos hacer con el apoyo de éstos instrumentos artificiales.
Mire, se compraron 200 cámaras para el tema de multas, pero ellas no funcionan para la vigilancia.
Las 2 Orillas: Hablando de seguridad y tecnología. ¿Qué propuesta tiene usted para reducir el número de ciberataques que se presentan en la capital?
D.M: Parte de la incorporación de los 5000 miembros de los reservistas va a estar ligado a atender este aspecto. Tan solo este año, los ciberdelitos se incrementaron un 26% y lo que más aqueja a las personas en los barrios es el robo de sus ingresos por medio de plataformas electrónicas. O, uno peor, el ciber gota a gota, que se basa en el préstamo de un monto de dinero y luego se los roban y los amenazan. ¿Sabe qué pasa con ese ciudadano? Se indigna porque nadie responde. Tengo un alumno con una posición diferente a la mía y dice: si me soluciona este problema, votó por usted. Sin duda, es un tema muy serio al cual no muchas personas le tienen una respuesta.
Las 2 Orillas: ¿Qué retos tiene la policía en ese aspecto? ¿Si están organizados para responder al clamor de la ciudadanía frente al cibercrimen?
D.M: Supongamos que a usted le roban el celular y aunque usted logre activar la ubicación de su celular, la policía no puede operar si no llega a estar dentro de su cuadrante. Tenemos que entender que el mundo cambió y que los criminales deben de ser capturados.
Las 2 Orillas: Este año, la alcaldesa Claudia López propuso la creación de una policía local. Según su mirada, ¿podría resolver los problemas que comentamos con anterioridad?
D.M: No, porque en Colombia ya tuvimos ese experimento a comienzos del siglo pasado cuando pasó el bogotazo y la policía local de ese entonces obedecía a un partido político. A mi me preocupa mucho que tengamos una policía que tenga un componente político. Yo creo, por el contrario, que hay que fortalecer la policía nacional. ¿Cómo? Existe en la ley una posibilidad de crear una policía cívica si se logra un acuerdo con el Concejo de Bogotá. Esa solución la podría pagar el distrito y podría incorporar: jóvenes, mujeres y reservistas de la fuerza pública. Con el compromiso de que no se los pueden llevar de la ciudad.
Las 2 Orillas: ¿Qué alcance podrían llegar a tener?
D.M: Son policías más ligados a temas de convivencia y protección de espacios públicos, con capacidad de disuasión y de apoyo a temas críticos. ¿Cómo es posible que tengamos 4 millones de ciudadanos que se mueven por Transmilenio y solo 500 policías? No puede ser posible, nosotros nos quedamos con el concepto de uniformado de barrio y no vemos los problemas más grandes, necesitamos una policía dedicada exclusivamente para Transmilenio y los buses de SITP; ahí no hay CAI, cuadrantes ni nada. Por eso, queremos tener más pie de fuerza y 51 CAI móviles que protejan los puntos más críticos porque los ladrones se movilizan constantemente.
Las 2 Orillas: ¿De qué se trata la propuesta de tiempo libre?
D.M: Bogotá es una ciudad maravillosa y usted tiene un montón de proyectos que se llevan a cabo día a día y semana a semana. Tenemos que conectar los pequeños proyectos de barrio con las clases populares y la clase media con esta serie de servicios por medio de una tarjeta, que garantiza la inscripción a esos servicios que pueden ser deportivos, de entretenimiento, cultura y demás.
Las 2 Orillas: Diego, cambiando un poco de tema usted ha ocupado varios cargos en su trayectoria pública. ¿Hasta el momento cuál considera que es su principal virtud en el qué hacer público?
D.M: Creo que tengo la experiencia para generar resultados. Por ejemplo, en temas de pobreza, ayudamos a que 1 millón y medio salieran de esa condición. A su vez, hemos ejecutado, en promedio, 31 millones de pesos entre todas las entidades que he manejado anualmente. Tengo la experiencia y el carácter de enfrentar amenazas. Además de elaborar programas sociales que apoyen comunidades, como Cero a Siempre, y logren transformar la vida de cientos de personas.
Las 2 Orillas: ¿Cree que la pasada movilización en contra del Presidente Gustavo Petro le ayudó a que su candidatura ganará adeptos? ¿Cómo leyó ese momento?
D.M.: Yo participé y convoqué la movilización porque creo que hacer política no es solo conseguir votos, es canalizar y representar unas insatisfacciones ciudadanas frente al gobierno de forma pacífica. La responsabilidad de un líder político es esa.
Las 2 Orillas: ¿Teniendo eso en cuenta, usted estaría dispuesto a sentarse con grupos violentos o que no comparten esa visión pacífica de las movilizaciones?
D.M.: Yo hice parte de la Sétima Papeleta, la marcha contra las Farc, el NO, entre otras, que se han llevado a cabo de forma pacífica. Cuando la manifestación pasa a un acto violento que afecto los derechos del otro, se desvirtúa su sentido.
Las 2 Orillas: En ese orden de ideas, ¿qué opina de las movilizaciones que se han llevado a cabo en Francia?
D.M.: Unos grupos de izquierda radical utilizan un método para generar inestabilidad. Pasó en Chile, Ecuador, Colombia y yo estoy seguro de que es lo que está pasando en Francia. En algunos países hay descontento social y unas condiciones económicas muy fuertes, frente a eso muchas personas se movilizan. Sin embargo, el problema viene cuando grupos radicales exacerban esas emociones para llevar a cabo acciones violentas. Hay unos que se infiltran, como la Primera línea, para generar violencia:destruyen un CAI, mandan bombas incendiarias, generan bloqueos y afectan las instituciones. Aquí, el ELN financió y organizó la preparación de la primera línea para destruir, no solo lo digo yo en el libro, sino que lo ratifica una sentencia judicial de la participación de las disidencias. Hay, además, operaciones de influencia operacional desde rusia y otros países en la región.
Las 2 Orillas: ¿Usted aboga por una humanización de la policía?
D.M.: Sí, hay que aplicar la Ley del patrullero que busca la profesionalización del mismo porque garantiza que todos los que estén en vigilancia cuenten con una certificación de competencia: en derechos humanos, procedimientos policiales, uso de la fuerza, entre otros. De no hacerlo, sale de la policía. Yo me acuerdo de que cuando Antanas Mockus fue alcalde, él hizo pasar a todos los policías por las universidades y eso haré yo como alcalde. Y, la complementaré con la Ley de Régimen Disciplinario, que es mucho más exigente con la policía. Yo voy a ser todo el apoyo para la institución, pero quién manche el honor del uniforme tiene que ser sometido a los códigos disciplinarios.
| También le puede interesar: El elegido sin libreta militar
Las 2 Orillas: Diego hablemos sobre su infancia, que estuvo marcada por la crianza de su madre. ¿Ella le inculcó el amor hacía lo público?
D.M: Más que mi mamá fue mi papá, él fue militar y él murió cuando yo era muy jóven; tenía, aproximadamente, 11 años. Cuando estaba en vida fuimos a varias bases militares en Villavicencio, Chaparral y Bogotá. Me acuerdo mucho del amor por el deporte y de levantarse temprano, tipo 4:00 a.m., con frases que utilizaba el ejército; me acuerdo de ‘a levantarse que nos atacan’.
Mi mamá, por el contrario, me inculcó la responsabilidad. Representa a esas mujeres guerreras que lograron anteponerse a cualquier situación, en este caso con un emprendimiento de confección.
Las 2 Orillas: Su familia es oriunda de Boyacá, ¿cómo llegaron a la capital del país?
D.M: Así es, mi abuelo llegó a la capital cuando tenía 11 años. Se puso a trabajar en la Plaza España, era ayudante de una tienda de granos y luego montó su propio negocio. Así sacó adelante 11 hijos; una de ellas fue Estela, mi mamá. Pero sí, mi familia es la representación de millones de familias que llegaron a Bogotá en búsqueda de mejores oportunidades. Mi abuelo era de Firavitoba, mi papá de Santa Rosa de Viterbo y la familia de mi mamá de Tibasosa. Entonces, boyacenses todos.
Las 2 Orillas: Usted estudió en el colegio Oficial Patria y allí presentó servicio militar en los grados 9no, 10mo y 11. ¿Cómo recuerda esa época?
D.M: El colegio para mí fue maravilloso, es un colegio para oficiales y suboficiales. Para mí fue muy importante por dos razones: es un grupo de personas que tienen un fuerte sentido de amor por su patria y porque me hizo pensar en una carrera militar. Estuve a punto de hacerlo, pero en una campaña un capitán me sacó la leche y dije: no me voy a dedicar a esto. Aunque siempre tuve un gran respeto por las fuerzas militares, dije que iba a estudiar administración de empresas.
Las 2 Orillas: Por aquellos años usted hizo parte de AIESEC y logró viajar por fuera del país, específicamente a Bruselas. ¿Qué tan importante fue esta experiencia en su vida? ¿Desde esa época logró ver algo en ese país que le gustará traer a Colombia?
D.M: A mí AIESEC me cambió la vida, es una organización internacional que promueve el liderazgo y que busca un entendimiento cultural entre las naciones. Yo hice una carrera ahí desde muy joven y llegué a ser vicepresidente mundial de esa organización en Bruselas. Yo conocí una cantidad de países y de ser líder internacional a los 21 años. Me encantó esa experiencia porque teníamos un equipo muy variado de personas, algunas de Kenia, otras de Sudáfrica, Hong Kong, Estados Unidos, entre otros. Lo que más me marcó fue un congreso al que fui en representación de los estudiantes de la tierra en Río de Janeiro, imagínese, allí estaban jefes de Estado, representantes de diferentes organizaciones y de diferentes países. Una vez llegué, nos organizaron en equipos de trabajo y comenzamos a abordar problemáticas del mundo: sobrepoblación, calentamiento, cambio climático y demás. Tenga en cuenta que en esa época no había Power Point ni nada, pero todo el mundo estaba exponiendo sus ideas con una idea clave que me marcó la vida: hay que trabajar desde lo local. Ese día dije: si uno quiere cambiar al mundo, debe empezar por su barrio, su entorno y su ciudad.
Las 2 Orillas: En aquel entonces, ¿se encontró con Martín Rivera o Juan Daniel Oviedo?
D.M: Me los encontré acá y ambos fueron estudiantes míos en la Universidad del Rosario. Yo no me acuerdo bien si fue en Cátedra Bogotá o en Gestión pública que Oviedo fue estudiante mío. En esa misma institución, después de que yo llegué de hacer mi maestría en Columbia (becado por el Rosario) y cuando volví, llegué a la Facultad de Ciencias Políticas y le dije al decano Eduardo Barajas que debíamos de formar a los futuros líderes de las ciudades. Le propuse una maestría en Gestión urbana y me dijo ‘no, hagamos una carrera’. Yo escribí el primer pensum de una carrera que, hasta el día de hoy, se llama Gestión y Desarrollos Urbanos y fue ahí que conocí a Martín, en las primeras clases que dí, él estuvo presente en el salón.
Las 2 Orillas: Entendiendo su formación, ¿Considero un sueño cumplido el haber asumido las riendas del Ministerio de Defensa?
D.M: Ser ministro de Defensa fue un gran honor por varias razones. Una, por la confianza del presidente Iván Duque. Dos, por la coyuntura (era reemplazar a un gran amigo como Carlos Holmes Trujillo) y tres, porque representaba salir de una época tan singular como la pandemia por covid-19. En ese contexto, a los veinte días comenzaron los bloqueos y supe, de inmediato, que iba a ser un gran desafío.
Las 2 Orillas: Por aquella época, usted tuvo la noción de ser padre o fue algo que había pensado con anterioridad…
D.M: Toda la vida quise tener una familia, para mí ese tema es fundamental y bueno, usted sabe que tengo una familia numerosa, mi abuelo tuvo 11 hijos. Nosotros nos reunimos en navidad y tuve, haga de cuenta, 80 primos desde muy joven. Pero mire cómo es la vida, cuando estuve en AIESEC conocí a la que es hoy en día mi esposa y mi círculo de amigos más cercano.
Las 2 Orillas: ¿Usted fue el primo estudioso?
D.M: Sí, estudioso y deportista; con mis primos la pasamos de arriba para abajo.
Las 2 Orillas: ¿Cuál es el deporte que más le gusta?
D.M: Correr y hacer la Media maratón es sensacional. Yo trabajé en el Acueducto de Bogotá, visité el sendero de la Aguadora y nos inventamos una campaña que se llamó ‘Tómese el agua de la llave’, que buscó entre otras cosas financiar la Media maratón. Desde ahí, hago la competencia con recurrencia y, bueno, terminar es lo más importante.
Las 2 Orillas: ¿Qué significan Sofía y Juan Felipe?
D.M: Son mi todo, mi inspiración, la luz de mis ojos. Tener un hijo a uno le cambia la realidad. Hoy, Sofía tiene 23 años y Juan Felipe 20, ambos son la fuente de la energía y, en mi caso, fueron muy importantes en la época del paro y los bloqueos. Ellos tenían muy buenas reflexiones sobre el país y los jóvenes. Aunque cada uno es un mundo diferente, no les gusta mucho la política. Sin embargo, nos apoyamos en todos los sueños que tenemos.
Las 2 Orillas: Diego, para ir cerrando esta entrevista me gustaría abordar unos temas de su libro ‘Bajo amenaza’ y quiero empezar por una persona que lo recomendó: Agustín Laje, un reconocido politólogo de derecha. ¿Cómo lo conoció?
D.M: Hace varios años le vengo haciendo seguimiento a Agustín Laje desde que publicó su primer libro, cuando empezó a hablar sobre la izquierda moderna. Después me leí la Revolución cultural y Generación idiota. Puedo decir que le hago seguimiento, veo sus videos y estudio algunas de sus ideas. Por ejemplo, en Revolución cultural comenta la idea de crear partidos de nueva derecha y hace una defensa muy marcada de la familia. El caso es que él vino al país a hacer una charla sobre este último tema y lo conocí, le presenté el libro y nos conocimos. Le presenté mi visión sobre las movilizaciones y sobre los diferentes golpes que dieron, tanto suaves como duros, y quedamos de hacer un live para conversar al respecto.
Las 2 Orillas: En su libro usted menciona una frase de Winston Churchill que dice “la democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás”, ¿Qué reflexión le merece a propósito de la democracia colombiana y los diferentes momentos que ha tenido que atravesar?
D.M: Yo creo que los colombianos debemos de valorar la democracia en el país, más allá de todo, el país ha avanzado en la garantía de derechos, en la protección de la vida y en el fortalecimiento institucional. Mire, pasamos a finales de los 80’s a ser considerados como un Estado fallido, a un Estado que ha logrado dar bienestar a diferentes actores a partir de la Constitución de 1991. El problema hoy es que la democracia está bajo amenaza.
Las 2 Orillas: En el libro usted habla de populismo y quisiera preguntarle sobre ello. ¿Cómo combatir ese mal que aqueja, en tiempo electoral, a varias opciones políticas?
D.M: La nueva derecha debe de ser popular, pero no debemos de permitir que el populismo esté en la órbita de la política. O, de lo contrario, pasará lo que prometió este gobierno y vea usted cómo vamos.
Las 2 Orillas: Para finalizar, ¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Qué lo motivó a compartir ese texto?
D.M: Después de que se llevó a cabo el Estallido social y las movilizaciones, me senté en el ministerio y comencé a escribir. El libro en sí lo tuve listo a comienzos de abril del año pasado, pero preferí esperar hasta este momento; luego de perder las elecciones y de ver un poco el panorama del gobierno de Petro. Creo que uno como funcionario público debe de escribir sus memorias o, de lo contrario, lo escribe la historia. En Estados Unidos muchos secretarios de defensa tienen esa práctica y se le conoce como ‘duty’.
Preguntas rápidas:
- ¿Cuál es su música preferida?
D.M: Rock en español.
- ¿Cuál es su plan favorito en la ciudad?
D.M: Ir al Parque Simón Bolívar a elevar cometa con mis hijos o ir al Parque Entrenubes.
- ¿Cuántas horas duerme?
D.M: Cinco.
- ¿Placer culposo?
D.M: Comida.
- ¿Hincha de qué equipo?
D.M: Santa Fe, pero me gustó mucho lo que hizo Millonarios este año.
- ¿Plan favorito en familia?
D.M: Comer,
- ¿Cuáles son sus tres restaurantes favoritos?
D.M: La contadina (La Calera), Paisa Wings y Deraíz.
- ¿Cómo quiere ser recordado?
D.M: Como un alcalde que recuperó la tranquilidad de las familias bogotanas.