El país de los cafres que Petro debe gobernar
Opinión

El país de los cafres que Petro debe gobernar

Nuestros cafres y nuestros bandidos no dejan de existir por dejarlos operar en las sombras como si no existieran. Es justo acabar con este ejercicio de hipocresía

Por:
agosto 07, 2023
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La situación que creó Nicolás Petro Burgos (NPB) invita al Pacto Histórico a ser creativo para convertir la tormenta desestabilizadora en un impulso renovador. El debate público se podría reenfocar a discutir sobre los dineros ocultos que nutren las campañas. En vez de girar al ritmo de las revelaciones de la fiscalía -parcializada y selectiva- la bancada de gobierno puede tomar la iniciativa y ofrecer un debate de control. Una buena investigación sobre las financiaciones ilegales -unas dejadas de lado, otras en el olvido- ayudaría a que partidos y aportantes se destapen. Sería un comienzo para discutir reglas que iluminen los dineros que transitan en la sombra para ganar poder ante el poder. Si ya hemos tenido exguerrilleros, exparas y exnarcos gobernando, podemos agregar excorruptos y empezar de nuevo.

Es casi imposible evitar las infiltraciones, pero al menos se las puede minimizar. Hacer visibles y por lo tanto legales los aportes hoy clandestinos, sería un acto de sinceridad que formaría país. Todo el mundo sabe, como dicen los expertos, que hay dos elementos esenciales para ganar una elección: el primero es el dinero. Del segundo nadie se acuerda. Por eso los mecanismos que se ensayan fracasan. Los topes; las financiación estatal; la reposición de votos; la dependencia de la autoridad electoral; el filtro por la lista Clinton…

La razón del fracaso es sencilla. Los grupos sociales incluye a  los ricos surgidos de negocios amañados, a los narcos y otras variedades que necesitan cercanía al poder. Unos para proteger sus entornos de mercado; otros para ganar concesiones; otros para promover normas, obras o reglas que valoricen propiedades y hagan rentables sus negocios; otros para asegurar que los organismos de control y la fiscalía los deje en paz. En fin, para ocultar trampas y tramas de negocios.

Los dineros de origen turbio en las campañas se aportan también para reconocimiento social. Un abrazo del presidente la noche del triunfo vale millones. El buen nombre de sus hijos le importó hasta a los piratas del Caribe. A Francis Drake la reina Isabel I lo recibía con honores en su palacio, aceptaba sus aportes a la corona sabiendo que provenían del botín de sus saqueos para los que tenía licencia. No trataban de ocultarlo. Nuestros piratas de la contratación en cambio, los pobres, están obligados a realizar sus aportes de manera clandestina, por la puerta de atrás. Por eso pueden deformar programas de gobierno, desestabilizarlos cuando les incumplen o los descubren, y forzar decisiones para su beneficio. Invertir en la bolsa de “futuros de poder” es de alta rentabilidad.


Entre las acciones que hicieron surgir a Petro como líder figuran sus debates de control. Los que hizo sobre el matrimonio ilegítimo entre estado, paramilitares y poder político son memorables


Entre las acciones que hicieron surgir a Petro como líder figuran sus debates de control. Los que hizo sobre el matrimonio ilegítimo entre estado, paramilitares y poder político son memorables. Señaló con sus investigaciones y las de ONG, la relación entre la clase política (que se fleta al mejor postor), paramilitares y estado. Exhibió cómo en las regiones solo se podía votar por los candidatos señalados por los señores de la muerte, una auténtica farsa democrática. Muchos colombianos lo intuían pero Petro ayudó a evidenciarlo con valor. Sus revelaciones fueron importantes para frenar el proyecto paramilitar. Forzaron a Uribe a legalizar a los paras en un generoso proceso de paz; a desterrar de su gobierno a ideólogos y asesinos que se acomodaron a su lado; y hasta a extraditar a los que querían contar verdades sobre ese matrimonio y las consecuencias que el país aún exorciza gracias a la Comisión de la Verdad y la JEP.

El Pacto Histórico tiene líderes para exponer las verdades sobre los dineros que hacen ganar las campañas. Exponer las realidades de la financiación electoral sería dar un paso adelante. Permitir que los ciudadanos conozcan quien y cuanto aportan. Cuando los millonarios de los dos mundos, el legal y el ilegal, logran los votos que definen la victoria los gobiernos quedan tan empeñados como embarrados. La ciudadanía tiene derecho a saber quiénes son, que buscan. Con esta información pública, se podrá neutralizar algunas arbitrariedades que aspiran a cometer gracias a su socio gobernante.

Tal vez somos un país con demasiados cafres como nos describió Echandía; o tal vez seamos una sociedad de bandidos irredimibles como lo afirmó Roosevelt para justificar la separación de Panamá. Nuestros cafres y nuestros bandidos no dejan de existir por dejarlos operar en las sombras como si no existieran. Es justo acabar con este ejercicio de hipocresía. De lo contrario seguiremos condenados a una inestabilidad permanente promovida por los que no se incorporan al poder por la puerta de atrás. Hay que seguir el ejemplo de la corona inglesa.

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