Se cumple un año del inicio de un gobierno que dividió en dos, la historia de Colombia.
No ha sido fácil para el presidente Petro, ese antes y después, al que como un gigante, se ha enfrentado para hacerse cargo del Estado fallido, corrupto y excluyente que recibió.
Ese antes, que representó la corrupción en todas las instancias del Estado, en su máxima expresión, la concentración de poder y riquezas entre ellas, la expropiación de extensos territorios, cuyos privilegiados siempre han sido los mismos, y las mismas familias, que creyeron que Colombia era -la finca- que le habían escriturado a perpetuidad.
«Los mismos» que hoy, se han convertido en ¡la piedra en el zapato!, para que los derechos arrebatados a una gran mayoría de la población, le sean devueltos y/o reconocidos, en las reformas presentadas.
«Esos mismos» que, ¡como náufragos! se aferran a los restos de la embarcación, que los llenó de toda clase de privilegios y derechos arrebatados, a esa Colombia profunda, privilegios que, aún ostentan y, se niegan en un desespero brutal a devolver -porque no les pertenece-
Ese -selecto grupo- que con "cantos de sirena" propagados por los "vendedores de humo" que representan lo más vil del periodismo y, que también fueron "afectados" en sus "privilegios" que desde los gobiernos anteriores recibían, por llamar -bueno a lo malo- y que hoy, por ausencia de esos, se han desbordado en mentiras, calumnias y, engaños.
El Buen Gobierno es clave para la implementación de las políticas que mejoren la calidad de vida, en una sociedad.
Que un administración concentre esfuerzos en fortalecerse internamente, aumenta la legitimidad del gobierno y la confianza de los ciudadanos en el Estado.
!Un año! del gobierno del Presidente Gustavo Petro, en donde todos los pronósticos de la oposición, han resultado fallidos, tan fallidos, como el Estado que recibió.
No ha habido expropiación, los niveles de desempleo han bajado a un dígito, la económica crece, el peso colombiano, desde enero, ha acumulado casi el 22 % de recuperación, lo cual lo define como la moneda con mejor desempeño entre las principales divisas en el mundo; a la corrupción, día a día, se le cae la careta ; los pronósticos de "la negra bola de cristal" que advertían un desastre, les ha fallado
estrepitosamente a la oposición.
A nivel mundial, nuestro presidente ha sido recibido y reconocido como el gran Estadista y como el Demócrata que es. El apoyo a sus propuestas han encontrado tremendo eco.
A pesar de todos los tropiezos, que también se han presentado al interior del gobierno, este, sigue implementando, medidas para fortalecerse y seguir consolidando unas instituciones más fuertes, maduras y legítimas.
Mientras tenemos una «oposición dañina» este Gobierno nos da tranquilidad social en tiempos difíciles.
¡Dios siga guardando y fortaleciendo al presidente de todos los colombianos!