El 24 de febrero, hace 17 meses, la guerra llegó a Ucrania. Vladimir Putin inició la “operación militar especial”, el ejército ruso cruzó la frontera que había tenido en la mira mientras se mantenía agazapado durante semanas. El tablero de la política mundial descolocó las fichas, y el de la economía hizo otro tanto entre sanciones y bloqueos e insumos inflados por el conflicto. Los empresarios colombianos que habían apostado a negocios con Moscú se encontraron con una nueva realidad: había otro escenario para las exportaciones.
Las sanciones de Occidente no las han afectado por ser alimentos o productos agrícolas, que están exentos. Carne, flores, café y banano han tenido, en cambio, que enfrentar dos grandes problemas: los pagos y la logística. El primero por la prohibición de la Unión Europea a los bancos rusos de acceder al Swift, el sistema de alta seguridad que permite realizar transacciones financieras en todo el mundo, el que usan 11.000 instituciones de 200 países para hacer los pagos y envía en promedio unos 42 millones de mensajes al día. Del Swift salió un grupo selecto de bancos rusos, incluso el Sbernank, el mayor del país. Una manera de aislar el Kremlin de la economía mundial.
Y después, la logística. La guerra le ha dado un fuerte golpe al transporte marítimo y terrestre. Recién empezaron las acciones bélicas, tres buques comerciales fueron bombardeados y las aseguradoras se niegan a dar cobertura a los que navegan por el Mar Negro. En ese instante la danesa Maersk, una de las principales navieras del mundo, suspendió temporalmente el transporte y otras muchas hicieron lo mismo.
Con mayor o menor fortuna los exportadores de Colombia han logrado acomodarse a las nuevas circunstancias. El comercio con Rusia es pequeño: exportaciones por USD 127,78 millones a diciembre del año pasado, el 0,2 % de lo que Colombia vendió. Las importaciones sumaron USD 396 millones, el 0, 5 % de lo que compró, según el Dane. Rusia sigue siendo la número 11 entre las economías del mundo.
Minerva Foods ha aumentado las exportaciones favorecido por el aumento de precio de la carne
Las exportaciones de carne han salido airosas, y en lugar de quedar rezagadas han mantenido en Rusia la curva ascendente que empezó en el 2020 con USD 29 millones y siguió en 2021 con USD 63,97 millones, y el año pasado con USD 86 millones. Más importante aún es que en los cinco primeros meses de este año se facturaron USD20 millones, uno más que hace un año, en medio de lo más fuerte del conflicto ucraniano. En estos resultados, que están en dólares, hay que tener en cuenta el notable aumento del precio internacional de la carne debido a la disminución de la oferta de ganado para sacrificio, especialmente en Estados Unidos.
El éxito es de Minerva Foods, la empresa brasileña que llegó a Colombia en el 2015 y en ocho años se convirtió en el mayor exportador de carne del país. Entre Red Cárnica, su frigorífico ubicado en Ciénaga de Oro, Córdoba – el primero que adquirieron–, y el Vijagual de Floridablanca los brasileños logran sacrificar 345.000 cabezas de ganado colombiano al año, y en Latinoamérica 26.180 en 25 mataderos y deshuesadoras en Brasil, Paraguay, Uruguay, Colombia y Argentina. El negocio está en manos de Fernando Galleti de Queiroz, hijo del fundador, y en las actuales circunstancias se cree que tiene a su favor una espectacular red de comercialización, músculo financiero y relaciones privilegiadas entre Rusia y Brasil, entre Lula y Putin.
No todo es un camino de rosas
Las flores, que son el segundo renglón de exportación a Rusia, han sentido los efectos de la guerra. Han tenido que hacer malabares logísticos para poder cumplir con sus despachos. Antes llegaban por avión a Ámsterdam y desde allí hacían un largo viaje por tierra hasta Moscú. Ahora algunas vuelan hasta Turquía y allí borden el mar Negro por carretera o lo atraviesan en barcos. Otra opción es llegar a Estambul por avión y de allí a Moscú de la misma manera.
"El mercado ruso para las flores, que llegó a ser muy importante, ha caido a tal punto que este año las exportaciones de enero a mayo han sdo casi la mitad de ese periodo de 2022. Los exportadores han hecho esfuerzos muy grandes en términos de logística, asumienfo el riesgo de los pagos y la imposición de varieddes de flores específicas", señala Augusto Solano, presidente de Asocolflores
Las flores no pesan mucho en las exportaciones colombianas, donde Estados Unidos es el principal supermercado y Japón es el gran comprador de claveles. El año pasado se vendieron a Rusia USD 15,72 millones frente a los USD 24,0 millones de antes de la guerra, y en los cinco primeros meses de este año la caída fue notaria al pasar de USD 9,3 millones a USD 4,2 al finalizar mayo. El mercado ruso que tenía una preferencia muy marcada por las rosas rojas de tallo largo, ha ido cambiando el gusto y hoy también busca otro tipo de flores.
Las flores han tenido que hacer malabares logísticos para podr llegar a Rusia
En la Dian se registran 34 empresas exportando a Rusia en los últimos 18 meses. Algunas de las que llegaron a ese mercado son Agrícola El Cactus tiene 35 ha de claves y rosas en la sabana de Bogotá y Boyacá, Flores de los Andes, que nació con la floricultura en 1972 y tiene 756 empleados; Geoflora no solo produce claveles, miniclaveles, anémonas y astromelias, sino que con otras dos empresas desarrolla nuevas variedades y tiene licencia para producir esquejes; Flores La Conejera se dedica al clavel lo mismo que Flores de Aposentos en sus 70 ha de invernaderos. Flores de Serrezuela nació en 1985, y tiene 54 ha bajo invernadero en la sabana donde produce claveles, miniclaveles y rosas; Alexandra Farms está especializada en rosas de jardín.
Café y banano de salida
El café, otro de los tradicionales, era el tercer renglón de exportación a Rusia, pero el valor de sus ventas ha tenido un descenso pronunciado. Si en el 2021 se exportaron 14,4 millones, según el Dane, en el 2022 la cifra se redujo a USD 10,7 millones. En los primeros cinco meses de este año el retiro de ese mercado quedó en evidencia porque de los USD 6 millones del año pasado no llegamos ni al millón en este. Si acaso USD 905.000. La Federación Nacional de Cafeteros detuvo el flujo de sus ventas por una razón reputacional y 21 empresas privadas que estaban despachando café verde en el 2021 a ese destino las pararon o disminuyeron.
El banano siguió la misma senda. Este año no se ha exportado banano a Rusia. En el 2022, de acuerdo con la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura), se exportaron 993.600 cajas de 20 kilos, el 0,92 % del total. Los bananeros que tienen certificación Rainforest y Fair Trade tuvieron que enfrentar el año pasado el exceso de agua entre las plantaciones por el cambio climático y un aumento de la temida sigatoka. La guerra de Ucrania subió los fertilizantes y los fletes, y cuando Ecuador, primer productor mundial, no pudo entregar su banano a Rusia se creó una sobreoferta que bajó los precios. Colombia mira hacia sus mercados tradicionales de la Unión Europea (67 %) y EE. UU. (17 %), dice el presidente de Augura, Emerson Aguirre.
Mientras tanto, Rusia que ha logrado capear el temporal de la economía con una contracción de solo 2,1 % el año pasado según el Banco Mundial, está buscando la forma de dar nuevas opciones en el crítico tema de los pagos. Ha ofrecido rublos y criptomonedas y se dice que algunos compradores han creado sociedades en Hong Kong, Estambul, Dubái y Ámsterdam para pagar desde allí a los exportadores. Además, Rusia ha intentado crear su propio sistema Swift llamado Spfs que por ahora solo lo usan 400 empresas (principalmente rusas) y 23 bancos, no funciona las 24 horas al día y el tamaño de los mensajes es limitado. No solo de misiles vive la guerra.
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