Algunos sectores poderosos del periodismo en Colombia, cuyos propietarios son aliados de los partidos políticos más corruptos del país, cada vez que se les cuestionan sus divulgaciones, se rasgan las vestiduras, señalando que, en Colombia no hay libertad de prensa, y acusan al gobierno nacional de estar obstruyendo este principio inalienable de la comunicación.
Pues, eso es falso. Como ciudadano, noto que no se ha cerrado un solo medio de comunicación, y estos siguen publicando todos los días sus noticias. Lo que sí observo, en estos mass media, es la falta de un buen periodismo.
No investigan a profundidad algunos hechos de corrupción abominables porque no les conviene, fabrican información malintencionada, llenan titulares con todo tipo de impudicias, promueven escándalos y venden información perniciosa, colocan los micrófonos a políticos vulgares que la mayoría de la sociedad saben que son delincuentes, y todo para que sigan en la palestra pública y de paso continúen en sus fechorías.
Ahora bien, estos medios tienen una postura Política clara y siguen esa línea a cabalidad, que no es más, sino, la de ejercer oposición al primer gobierno alternativo en la historia del país, y lo mejor sería que se declaren, cómo lo que son: medios opositores y de extrema derecha. Pero no se muestren ante la ciudadanía como éticos, portadores de la verdad, preocupados del bien común, demócratas, justos, asertivos, transparentes, con dolor de patria, dándose golpes de pecho y persignándose a todas horas.
En esa misma vía, es común ver presentadores(as) de noticieros televisivos y radiales, hablando en un tono circunspecto e indignado, a veces con un asomo de lágrimas (de cocodrilo) y conmovidos para hacer creíble sus verdades a medias y sus noticias venenosas, creyéndose de moral superior, para señalar, marginar y cancelar a los demás, sacando partido ello. Ese es el modo en que operan y viven. Todo, por ganarse un billete.
Y son esos medios poderosos los que claman por libertad de prensa, ¿Acaso el gobierno les está cuartando la libertad de expresión? ¿No publican su harta de mentiras todos los días? ¿Es que no se les puede cuestionar y criticar la información que publican? ¿Acaso los noticieros televisivos, diariamente, no utilizan un formato ramplón para confundir a la gente? O ¿es que están molestos porque no les están pagando pauta informativa?
Entonces, ¿Qué hacer frente a la demagogia informativa? Bueno, continuar quitándoles poder a esas feroces alcantarillas mediáticas, consultando otros medios alternativos, pues hay muchos, y seguirán apareciendo, entre ellos, algunos reportajes semanales en sus diferentes formatos: Me dicen Wally, Palabras Mayores, Colombiano Indignado, Beto Coral, Café Picante, F*cksNews, Tercer Canal, RTVC y muchos más. Debe haber mayores posibilidades de acceder a la información y un buen periodismo.
Por su parte, las nuevas generaciones, expertos en manejar redes sociales, deben servirse más de ellas para crear contenido satírico y crítico, elaborando caricaturas, chistes, videos, en general humor fino, como lo hizo en su momento, Jaime Garzón. Y el sistema educativo, seguir formando en pensamiento y lectura crítica, pues, es la única manera de desenmascarar la farsa y la trampa de esos medios de comunicación, y Colombia no termine sucumbiendo al estado de opinión.
Finalmente, me pregunto ¿será que los medios de comunicación poderosos, en sus profundas y peliagudas investigaciones, presionarán al fiscal Francisco Barbosa, la procuradora Margarita Cabello y a la justicia, para que juzguen y manden a la guandoca a los hijos de Álvaro Uribe, de Óscar Iván Zuluaga, el hermano de Uribe, la mamá de Duque, el esposo de Marta Lucía Ramírez, etc.?