Las elecciones generales del 23 de julio en España, en las que se elige la configuración del Congreso de los Diputados y del Senado, que elegirá a su vez al próximo presidente o presidenta del Gobierno, prometen ser decisivas con un oficialismo centroizquierdista que pierde terreno frente a la suma de la derecha del Partido Popular (PP) y a la extrema derecha de Vox.
Estos comicios generales fueron convocados por el presidente Sánchez después de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y las formaciones de izquierda tuvieran un mal resultado en las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, en un intento por revertir la situación este 23 de julio. En esa llamada a las urnas, los socialistas obtuvieron el 28,12 % de los sufragios y fueron reemplazados por el PP de Alberto Núñez Feijóo como la primera opción de los españoles con el 31,53 %.
Los populares, como se conoce a los miembros del PP, les arrebataron a los socialistas casi todas las alcaldías de las principales ciudades del país, entre las que están Sevilla, Murcia, Valladolid, Castellón, Palma y Valencia. En Madrid, Cádiz, Granada y Málaga ganaron, además, con mayorías absolutas.
Pero el escenario se vuelve aún más complejo para el Gobierno socialista si el PP concreta una alianza con el partido de extrema derecha Vox, que a pesar de no haber superado el 10% de los votos, su aumento fue de casi cuatro puntos porcentuales en comparación con las elecciones autonómicas y municipales de 2019.
Una alianza de ambos partidos conservadores podría representar una mayoría absoluta en el Congreso con la mitad más uno, es decir 176 escaños, según el promedio de sondeos. Esta mayoría absoluta conllevaría la elección segura de un presidente de derechas en España.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, emite su voto en un colegio electoral durante las elecciones autonómicas y municipales, en Madrid, España, el 28 de mayo de 2023. © Reuters/Juan Medina
Sin embargo, el panorama no parece ser tan desalentador para el Gobierno,según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)que ha publicado un barómetro sobre el 23 de julio.
El CIS vaticina que el PP ganará las elecciones generales obteniendo entre 122 y 140 escaños, mientras que los socialistas solo se quedarán con entre 115 y 135. Pero esta ventaja de los populares en el número de escaños no será suficiente para alcanzar la mayoría absoluta con Vox (21-29 escaños). Además, según el CIS, Sumar se situará en tercer lugar (43 a 50 diputados), lo que mantendría las opciones de gobierno para el bloque progresista.
Sin embargo, este centro de estudios estadísticos estatal ha sido cuestionado en varias ocasiones por la derecha española, debido a que lo acusan de "parcial" e "inexacto". Otras encuestas realizadas por medios privados, sin embargo,parecen dar la ventaja a la suma de la derecha y la extrema derecha sobre las opciones progresistas.
Con este panorama, estos son los cuatro candidatos con más opciones para la presidencia del Gobierno español:
Pedro Sánchez, el presidente de las crisis
La reputación de Pedro Sánchez como un tomador de riesgos le precede, pero las elecciones nacionales anticipadas que convocó para este mes representan la mayor apuesta política del presidente español hasta el momento. El movimiento audaz, realizado a finales de mayo después de que su partido obtuviera malos resultados en las votaciones locales, tomó por sorpresa a los principales miembros del PSOE, según las fuentes cercanas a la Moncloa.
La posición del PSOE en las encuestas de opinión ha mejorado desde entonces, pero cuando comenzó la campaña electoral, la mayoría de las encuestas aún mostraban que la coalición gobernante de izquierda iba por detrás de los partidos de derecha.
"Pedro Sánchez es un jugador, y esta es una apuesta con el único objetivo posible de minimizar las eventuales pérdidas, como ceder ante la derecha a finales de año", comenta el politólogo Pablo Simón de la Universidad Carlos III.
Una apuesta que no es la primera que Sánchez toma como presidente del Gobierno español.
Pandemia de Covid-19
Cuando llevaba poco más de un año en el poder, Sánchez tuvo que lidiar con la emergencia sanitaria causada por la pandemia de Covid-19 y la mayor parte de su mandato ha estado marcado por la gestión de esa crisis.
España entró en la pandemia con algunas de las tasas de mortalidad por Covid-19 más altas del mundo, pero luego mostró una recuperación cuando el Gobierno aplicó duras restricciones, abrió más hospitales y contrató personal médico adicional.
Un equipo de protección empuja una camilla con un paciente durante el brote de coronavirus en Madrid, España, el 10 de agosto de 2020. © Juan Medina / Reuters
La economía sintió la crisis con una caída récord en 2020, pero tuvo un sólido repunte entre 2021 y 2022 gracias principalmente a miles de millones en fondos de rescate de la Unión Europea (UE), de los cuales España es uno de los principales destinatarios. Después de alcanzar un máximo de casi el 11 % hace un año, la inflación se desaceleró por debajo del 2 % en junio, uno de los niveles más bajos de Europa.
Sánchez suele destacar frente a sus contradictores que España es uno de los pocos países europeos que ha controlado la inflación por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo para 2023.
Guerra en Ucrania e inflación
En febrero de 2022, mes de la invasión de Rusia a Ucrania, la inflación alcanzó el 7,6% después de llevar ya un año de aumento por el alto precio de la energía y las materias primas, como consecuencia de la crisis de suministros.
La guerra en Ucrania hizo flaquear aún más la economía española, que en julio de 2022 llegó a su peor momento desde la crisis del petróleo de los años 80. Los principales afectados fueron los ciudadanos de a pie con la reducción del poder adquisitivo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), saluda al jefe del Estado ucraniano, Volodímir Zelensk (d), este sábado en Kiev (Ucrania), día en que España estrena presidencia europea. Moncloa / EFE - Borja Puig de la Bellacasa / Moncloa
Desde entonces, la inflación ha iniciado una senda de bajada, dándole un respiro a las familias, en parte gracias al abaratamiento de la energía, pero sobre todo a los paquetes de medidas de alivio lanzados por el Gobierno.
Cataluña y el pasado franquista durante el mandato socialista de Madrid
Obligado a abordar las consecuencias de un intento fallido de independencia de Cataluña en 2017, el Gobierno de Sánchez trató de apaciguar a los separatistas para obtener su apoyo en el parlamento. La oposición lo calificó de "traidor" después de que indultara a los líderes independentistas encarcelados por este intento de independencia y degradó el delito de secesión.
El presidente de España, Pedro Sánchez, se reunió con su homólogo de Cataluña, Quim Torra, para avanzar hacia la mesa de diálogo, en Barcelona, Cataluña, el 6 de febrero de 2020. © Albert Gea / Reuters
Apasionadamente europeísta e integracionista, habiendo estudiado política económica en Bruselas y trabajado en el Parlamento Europeo y las Naciones Unidas, Sánchez también buscó abordar otro legado nacional polarizador.
El Gobierno exhumó a Franco de su mausoleo y promovió la búsqueda y exhumación de fosas comunes de víctimas de la guerra civil que precedió a la dictadura franquista de 1939-1975. También eliminó los símbolos de esta era de las calles españolas.
Bajo el liderazgo de Sánchez, el PSOE, al que se unió cuando tenía 21 años, ha corrido la suerte de muchos de sus pares de izquierda en toda Europa, donde las identidades políticas tradicionales han sido socavadas por líderes populistas de todo el espectro político, en particular el ultraderechista, cuya encarnación española es Vox.
Un programa basado en la gestión y enfocado en los jóvenes
El programa con el que concurre el PSOE a las elecciones generales se nutre de la gestión durante de la última legislatura. Pedro Sánchez pone el foco en políticas socialdemócratas que refuercen el estado del bienestar español y el papel del Estado a la hora de ofrecer servicios públicos básicos, como la salud y la educación.
En este esfuerzo, los socialistas han centrado su campaña en captar el voto joven gracias a propuestas concretas que faciliten su acceso a la universidad y a plazas de formación profesional. Este colectivo es, históricamente, uno de los peor parados a la hora de obtener trabajo y de pagar alquileres en España, siendo los españoles unos de los últimos en poder emanciparse del hogar de sus padres en Europa. Por ello, entre sus propuestas más destacadas está la compra de vivienda pública para promocionarla entre jóvenes con necesidades que quieran optar a ellas.
Otro de sus puntos fuertes es la defensa de derechos básicos obtenidos durante gobiernos socialistas, como la actual ley del aborto, protección del colectivo LGBTIQ+ o la ley de eutanasia. El feminismo es una de las banderas que defiende con más vehemencia el PSOE frente a la extrema derecha, al igual que seguir una agenda económica moderna que vaya de la mano con las políticas verdes que se exigen desde Bruselas.
Alberto Núñez Feijóo, ¿caballo de troya de la extrema derecha?
Las encuestas de opinión apuntan al PP de Feijóo como el ganador de la mayoría de los escaños en las elecciones, por delante del PSOE de Pedro Sánchez, aunque la brecha entre los dos partidos se está reduciendo.
Según una encuesta de seguimiento de GAD3 para ABC, el PP va camino de ganar 152 escaños frente a los 109 de los socialistas. Eso dejaría a Feijóo en la necesidad de formar una coalición con el anti-inmigración y antifeminista partido Vox para lograr una mayoría de 176 escaños en el parlamento. Esto sería algo histórico, ya que sería la primera vez que un partido de extrema derecha desempeñaría un papel en el Gobierno desde el regreso de España a la democracia en 1978.
Sin embargo, Alberto Núñez Feijóo, el líder del opositor y del conservador Partido Popular, ha hecho un llamado constante a los votantes de derecha para que se decanten por una única opción: los ‘populares’.
Feijóo a pesar de su ideología conservadora, se ha comprometido a abordar los desafíos climáticos que enfrenta el país y agregó que los políticos deben dejar de lado las "frivolidades" y abordar temas como el suministro de agua en medio de sequías cada vez más frecuentes y un éxodo de las zonas rurales de España. Un discurso cada vez más ambientalista que dista de la negación del cambio climático de Vox.
Salud, economía y nacionalismo español: las tres claves de Feijóo
El plan de gobierno de quien podría ser el sucesor de Sánchez promete implantar 24 medidas centradas en mejorar la atención primaria, que mostró las "carencias" del sistema sanitario público durante la pandemia, según Feijóo. Los ‘populares’ quieren aprobar una nueva ley general de Sanidad, dotar de más medios a la investigación científica y abordar de manera integral la salud mental, entre otras iniciativas.
Pero una de sus promesas electorales que ha generado revuelo es modificar la actual ley de aborto, y de esta forma delegar la decisión de interrumpir el embarazo a los padres de las mujeres menores de edad.
Otra de las propuestas que toca fibras en España es Cataluña. Feijóo al respecto tiene una óptica centralista de la gobernanza y ha lanzado frases contra la soberanía catalana como esta: “Lamento la marcha de 8.000 empresas de Cataluña por la obsesión por desplegar la narrativa identitaria”.
Feijóo busca que el PP vuelva a ser un partido útil, necesario y decisivo en Cataluña y culpa a Sánchez de pactar con partidos independentistas que exigen la realización de un referéndum en Cataluña. La unidad de España y el rechazo frontal contra las posiciones independentistas de algunas formaciones políticas en territorios como Cataluña y País Vasco son algunas de las líneas rojas históricas de la derecha española.
En cuanto a la economía, el presidente del Partido Popular señala que su programa económico se basa en “la seguridad jurídica, la creación de empleo y la captación de inversión como elementos clave”. Además, defiende “recuperar los cimientos básicos de la credibilidad como país y la estabilidad en la gobernanza” al acusar al Gobierno de Sánchez de implementar “políticas empobrecedoras como nunca a las familias españolas”.
Abascal, la oposición a todas las luchas progresistas
‘Antimusulmán’, ‘antifeminista’, ‘antihomosexuales’, así se define Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha Vox, y quien es sin duda alguna el candidato a la presidencia del Gobierno español más cuestionado en la opinión pública, porque promete devolver a España décadas atrás de progreso social.
En su plan de gobierno, Abascal propone derogar las leyes de violencia de género, aprobada en 2004 por unanimidad; así como la ley del aborto, de cambio climático, la ley trans, vivienda, eutanasia, la ley de memoria democrática, y la reforma laboral.
Sus ideas tajantes causan miedo en ciertos sectores de la población y de la política. En la marcha del orgullo de la comunidad sexualmente diversa en España de este año, se vieron pancartas en contra de Abascal, a quien asocian con el fascismo.
El miedo que genera el líder de Vox podría ser la principal causa de unión de una izquierda fracturada. Sin embargo, hay una parte de la sociedad española que cansada de la migración irregular y de las constantes crisis del Gobierno está dispuesta a votar por la extrema derecha.
Abascal es tal vez el candidato que más apela al voto latino en España. Su intención de denunciar a los gobiernos autoritarios asociados a la izquierda en América Latina, como es el caso de Venezuela, atrae a buena parte de los casi 1.500.000 de latinos residentes en España.
Abascal, un antiguo miembro del Partido Popular, formó Vox en el año 2013 debido al descontento entre los sectores más conservadores del PP hacia el Gobierno del expresidente Mariano Rajoy, quien no tumbó la ley del aborto e implementó varias medidas liberales durante su mandato. Durante los últimos años ha conseguido incrementar su presencia parlamentaria y ha logrado entrar a algunos gobiernos regionales gracias a una exitosa campaña mediática de desinformación y odio.
Además de sus discursos contra la migración ilegal, han calado en buena parte de la población española sus críticas hacia el independentismo y aquellos partidos a los que califica de "enemigos de España". Entre sus intenciones están las de ilegalizar varios partidos catalanes y vascos, como Esquerra Republicana de Catalunya, Junts per Catalunya o Bildu.
Se prevé que Vox obtenga 31 escaños superando a Sumar, la plataforma de izquierda liderada por Yolanda Díaz y una potencial aliada del PSOE, que se quedaría con 28 escaños, según la encuestadora GAD3.
Yolanda Díaz, ¿la sucesora para liderar una izquierda fracturada?
Tras el retiro de la carrera política de Pablo Iglesias, quien fundó y dirigió Podemos, el auge del movimiento Sumar, liderado por Yolanda Díaz, engulló a los sectores de izquierda: un sinsabor difícil de superar para algunos. Díaz de 51 años, exmiembro del Partido Comunista y actual vicepresidenta segunda del Gobierno de España así como ministra de Trabajo y Economía Social, es un rostro amable del progresismo español, según el CIS. Su imagen es la menos desfavorable del Gobierno.
Yolanda Díaz © FRANCE 24 / Francia Milena Cuesta
Díaz, ejemplo de conciliación y estrategia política
Casi desconocida hace tres años, Yolanda Díaz saltó a la fama en enero de 2020 al convertirse en ministra de Trabajo, antes de que el fundador de Podemos, Pablo Iglesias, le confiara las riendas de este partido de izquierda 18 meses después, cuando decidió dejar la política después de un amargo revés electoral.
La popularidad de esta política, con orígenes en Ferrol, una población industrial de la región norteña de Galicia, se basa en la exitosa reforma laboral que ha llevado a cabo durante su periodo como ministra de Trabajo, elogiada por sindicatos, sectores de izquierda, el PSOE e incluso por Núñez Feijóo, quien reconoció que no estaba entre sus intenciones derogarla.
Díaz ha sabido moverse con agilidad entre las centrales obreras y la patronal de empresarios, presionando a estos últimos de forma vehemente a la hora de intentar llegar a acuerdos. Su reforma laboral ha permitido que en España se hayan logrado una cantidad de contratos indefinidos récord, dejando atrás la precariedad laboral y las temporalidades en muchos trabajadores.
Además, tuvo un papel más que destacado durante la pandemia gracias a los ERTES, un modelo que mandaba temporalmente a casa a muchos trabajadores por los confinamientos sin que las empresas estuvieran obligadas a despedirlos, ya que su salario era pagado por el Estado en esas semanas. Esto evitó una crisis profunda con millones de pérdidas de empleo.
Díaz ha mantenido durante estos años una posición independiente en el Gobierno entre el PSOE de Sánchez y Podemos, liderado por Ione Belarra e Irene Montero, algo que la ha valido para articular una nueva coalición, llamada Sumar que ha absorbido al crisol de partidos de izquierda de España, incluido Podemos. A diferencia de los líderes de Podemos, rápidos en atacar a los socialistas, Díaz no ha dejado en los últimos meses de mostrar su buen entendimiento con Sánchez.
La política debe consistir en "llegar y luego poder llegar a acuerdos que cambien la vida de las personas", no en "hacer ruido y desordenar", insiste la ministra, en una crítica a la estrategia de Podemos.
Los puntos básicos del programa de Sumar giran en torno a la defensa de lo público, reforzar el papel del Estado, mejorar las condiciones de la clase trabajadora y colectivos como las mujeres o el LGBTIQ+ y apostar por las políticas verdes.
Díaz es la principal artífice de que el salario mínimo haya subido en España hasta los 1.050 euros mensuales y pretende que ese aumento siga produciéndose durante los próximos cuatro años. Además, un punto fundamental de su programa es la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, la creación de medio millón de empleos y las ayudas a los más jóvenes para entrar al mercado laboral.
Además, Sumar pretende que la etapa escolar de los 0 a los 3 años -que en España no es obligatoria- comience a ser gratuita para las familias. Una apuesta que se une al refuerzo de la educación pública sobre modelos concertados o privados en todas las etapas. Además, entre sus promesas también se encuentra el progresivo avance hacia una educación universitaria totalmente gratuita o con costos mucho más asequibles que los actuales, algo que interpela directamente al voto joven.
Al igual que el resto de las formaciones de izquierda, Sumar defiende la plurinacionalidad de España, la descentralización del Estado, la ley trans, el feminismo y su lucha contra la violencia machista y las políticas verdes de Estado, asegurando que los vuelos internos entre ciudades españolas deberían ser suprimidos siempre que exista una opción factible de viaje en tren de alta velocidad.
Otra de sus principales defensas es la necesidad de las familias españolas de tener un ingreso mínimo vital básico que complemente los salarios en los hogares más humildes y que el estado pueda garantizar una prestación de 200 euros mensuales por hijo a estas familias hasta que cumplan los 18 años.
Las opciones de Yolanda Díaz para ganar las elecciones son escasas, sin embargo, es fundamental que su formación de izquierdas obtenga un buen resultado para que, junto al PSOE de Pedro Sánchez, se pueda reeditar una coalición de Gobierno progresista en España.