Toda su vida se la ha dedicado a la leche. A los 20 años César Mauricio Miranda ya trabajaba en la planta procesadora de Alpina. Ahí aprendió todo lo que necesitaba saber para dedicarse a un oficio que también es una pasión. Ordeñar vacas en Cota, trescientas en total y con la leche que logra sacarle se la vende a sus 160 clientes. Cuando empezó apenas tenía 10 personas comprándole, hoy se acerca a los dos centenares.
Se ha tenido que sobreponerse a la tecnología y a la mala prensa. En los años ochenta habían cerca de 2.000 lecheros en Bogotá, personas que llevaban en sus camionetas y repartían el alimento. Pero paulatinamente el oficio se fue acabando. Se dejaron circular rumores donde afirmaban que esta leche estaba llena de microbios. Las grandes marcas arrancaron la ofensiva y hoy en día César Mauricio es uno de los pocos lecheros auténticos que quedan en la capital.
La leche más barata de Bogotá
Su día empieza a las cinco a la mañana y termina a las dos de la tarde. Reparte hasta 8 cantinas y vende a 3.600 pesos el litro. En un supermercado la misma cantidad puede costar hasta 5.600. Sus clientes están entre el barrio El Prado, Jardín Norte, Usaquén, Toberín y Suba.
Lo encontramos en el fragor de la ciudad: