Preocupante la propuesta presidencial de estimular con un millón de pesos a jóvenes vinculados a bandas criminales, como el caso Buenaventura, donde esgrimen armas de largo alcance, desafiando a otros grupos en las mismas condiciones de ofensiva criminal; expresando: "Serán miles de jóvenes a los cuales les vamos a pagar por no matar, por no participar de violencia..."
Por qué no perseguir, mejor, a quienes instrumentando a estos muchachos dotándolos de estas tétricas armas, que se reduce a un solo propósito: el dominio del monopolio micro-tráfico, que es el verdadero fin perseguido por los "narcos" posicionados desde tiempos pretéritos en nuestro país ?
Sería muy importante que el presidente pusiera su mirada en personas que le prestan un servicio a nuestra patria, arriesgando sus vidas para darnos seguridad, como son los soldados vinculados al servicio militar, recibiendo una bonificación mensual de $348.000 y que sí merecen mejorar su remuneración.
La expresión "ser pillo paga" lanzada por el personero de Buenaventura, refiriéndose a los incentivos que el Gobierno ofreció a bandas criminales, en el Consejo de gobierno realizado hace poco, para implementar medidas que reduzcan el acentuado mal, azote de este importante puerto, es un indico de alarma, que denota un desplome hacia el fatalismo en el que nos está llevando el jefe del ejecutivo nacional.
Concomitantemente se han originado otros grupos, con funciones similares y remunerados unos, apostándole a la cuasimitológica “paz total”, como los “Gestores de paz”, quienes harán parte del programa Gestores para la vida del Sistema Nacional de Convivencia, con remuneración de un millón ($1.000.000) de pesos mensual, iniciando con la escogencia de 100.000, a oneroso costo del presupuesto nacional; otros denominados “Gestores de Convivencia” encargados de acompañar y de servir de intermediarios entre las autoridades y las personas que participan en eventos de asistencia masiva, como conciertos o marchas, con el fin de prevenir cualquier tipo de alteración que impida ejercer los derechos al esparcimiento o a la protesta, con un salario promedio de 1 a 4 SMMKV; y otros a quienes se les ha acomodado el nombre de “Voceros de Paz”, para hacerlos a la medida de quienes se autodenominan “primera línea” , personas que se encuentran privadas de la libertad e investigados por delitos como: Concierto para delinquir, tenencia de objetos y sustancias peligrosas, lanzamiento de objetos y sustancias peligrosas, violencia contra servidor público, invasión de bien inmueble, perturbación en servicio de transporte público colectivo u oficial, obstrucción de vías públicas que afectan el orden público, y algunos hasta por homicidio, debido a hechos en la protesta social, que el Presidente de la República, Gustavo Petro al firmar la resolución expresó que “son miembros de organizaciones sociales y humanitarias, quienes acompañarán la misión de desescalar la conflictividad social en el país, promover la reconciliación entre los colombianos y la convivencia pacífica en el marco de la Paz Total”. Logrando la excarcelación de siete de ellos.
Es posible llamar a una asociación de este espectro como “organización social y humanitaria”, o ingeniar grupos de personas jóvenes, con algún nominativo, para pagar una deuda electoral y de respaldo a su aspiración presidencial, subastando el presupuesto de todos los colombianos, en desestímulo a la juventud que se encuentra al margen de la violencia, que estudia y trabaja honradamente, que no opta el ocio o por delinquir para hacer daño o, remunerarse criminalmente, en lugar de crear alternativas de trabajo en fomento a la industria, en modalidades de apoyo al emprendimiento como se está haciendo con los reinsertados del acuerdo en la Habana, etc.
Eso de decir que se le paga a un ser humano para que no mate, tiene una profunda connotación reflexiva y un examen a la personalidad de quien lo propone, porque no es propio de un ser racional invitar a una persona que está iniciando de vida a ofrecerle dinero para que en el inmediato futuro no elimine a su semejante, no importando el motivo que sea, o simplemente deje de delinquir. Y es más desconcertante ver avalando a un señor que se las precia de civilizado, defensor del derecho internacional y derechos humanos, como el ministro del interior.