La aterrizada de Mario Fernández en Sucre, después de su periplo de ocho meses en Bogotá y de haber disfrutado de las mieles del poder en la Casa de Nariño no pudo ser más aparatosa. Tras el jalón de orejas del Presidente con advertencia incluida a sus ministros de no interactuar con el excongresista liberal, fue removido del cargo Jhony Buelvas, el director del ICBF en Sucre desde el gobierno de Duque.
La situación del sucreño estaba tan complicada que fue su propia prima Verónica Alcocer, la primera dama quien le hizo saber que debía hablar con el Presidente. Una conversación que puso a Fernández de regreso a Sincelejo, con aspiraciones a la gobernación. Por el momento se le ven recursos para buscar vincular dirigentes de base, pero no cuenta con organización. Empezará entonces por armar alianzas con todo tipo de políticas, como ya se dijo, lo hará con el recién liberado Ñoño Elías.
Pero el golpe más duro que acaba de recibir fue el retiro de Jhony Buelvas Vergara de la dirección de Sucre. La directora nacional Astrid Cáceres, una persona de toda la confianza del Presidente con quien trabajo en el Distrito cuando éste fue alcalde, y sin mayor relación con la primera dama, fue la encargada de actuar sin consideración.