Desde hace al menos dos años se realiza en Medellín un evento consistente en que un grupo de personas deambula sin pantalones o sin falda por la ciudad (pero con ropa interior eso sí, para no causar mucha molestia transgrediendo normas morales), y por supuesto, con muchas cámaras, muchos adornos y muchos selfies que son subidos en tiempo real a las redes sociales, esto es, por supuesto, para que a nadie le quede duda alguna de que la están pasando muy bien (tan bien que se toman el tiempo de publicar dichas fotos) de que son muy irreverentes y, ni más faltaba por pura generosidad, para que el resto de la humanidad se entere de dónde están; porque para quienes no asistimos, ya sea por voluntad propia o causas externas, es de vital importancia saber que tú si lo hiciste.
Ciertamente, se trata de un evento bastante bien ambientado en el espíritu de estos tiempos que corren sobre nosotros: en el individualismo, en la exaltación del yo, en el egoísmo, en el consumismo, en el culto a lo superficial, a lo intrascendente, a la apariencia, a lo fútil, a lo insustancial y a la búsqueda de atención en últimas. Así salen estos rebeldes posmodernos, ósea rebeldes bien, gente light, nada de quedar mal con nadie, (rebeldes tipo RBD) y sus defensores a decir que están marchando por la libertad de expresión, y uno no sabe si además de todo son cómicos o si lo que es peor, son ingenuos y se creen semejante disparate.
Lo único que se celebra en este evento es, como dije, lo individual, porque es eso mismo y único lo que se exalta, todos bien arreglados, maquillados, porque hay que salir bien en las fotos. Ninguna consigna, mensaje, discernimiento o causa real sobre el problema de la libertad de expresión. Se trata de una “manifestación” que no cuestiona nada por cuanto se hace bajo los causes mismos que la sociedad (que hilarantemente alegan criticar) les impone. Berrean porque estamos en una sociedad profundamente conservadora, por eso, es según ellos “rebelde”, salir sin pantalones a la calle, pero ninguno entiende o quiere entender de dónde viene el carácter godo de los antioqueños y por eso no dirigen su “protesta” hacia lo que “deberían”, porque en realidad no interesa. Lo importante es buscar un poco de atención individual, lo importante es salir a que me vean. En su contexto, por poner algunos ejemplos contrarios a esto, puedo citar a activistas de FEMEN, que salen apaleadas y arrastras por desnudarse en el Vaticano, o las integrantes de cierto grupo musical (Pussy Riot) que pasaron años detenidas en Siberia por protestar en una iglesia; así como casos en Colombia de personas que fueron asesinadas en ejercicio de su libertad de expresión por sus ideas, por cuestionar poderes establecidos como Jaime Garzón, Jesús María Valle, entre otros muchos.
Mientras que algunos concurren públicamente para que les vean las piernas y tomarse selfies, no concurren del mismo modo contra la brutal represión policial que mientras usted lee esto está ejerciendo el ESMAD contra los indígenas en Cauca, porque eso no es light, no es chévere, eso es de mamertos o esos indígenas son guerrilleros y "hay que darles plomo". Mucho menos se movilizan a defender la libertad de expresión contra la desinformación de los medios al respecto, que dedican media hora a lo que pasa en el país vecino y sobre este tema no dicen nada. No me cabe la menor duda de que con el mismo ánimo los asistentes a “Sin Pantalones Medellín” asistirán a la marcha del Primero de Mayo, entendiendo que muchos periodistas e integrantes de medios alternativos, defensores de los derechos de los trabajadores han sido y siguen siendo asesinados, y estoy seguro de que asistirán porque sé que son gente libertaria, moderna, progresista, que se moviliza por la libertad de expresión.
Como entiendo que son personas con posturas serias, sé que no me saldrán con el rastrero argumento ad hominem, o algo más vergonzoso como: “y usted qué ha hecho por los indígenas” porque de hacerlo solo demostrarían mi idea, de que este tipo de eventos, como el tal Color Run, son la expresión de la miseria humana contemporánea y sus asistentes ejemplos de decadencia intelectual y moral. Por supuesto, estoy convencido también de que no vendrán tampoco con la postura de “cada quien verá lo que hace”, como si todo lo que ocurre en la sociedad no pudiera ser objeto de crítica (en aras de la libertad de expresión) o si el “cada quien verá lo que hace” no aplicara para quienes hacemos crítica.
Solo me he enterado dos veces de dicho evento y cuando ya ha pasado. Cuando me entero pienso que ojalá les hubiese caído un aguacero u ocurrido un terremoto, que los cogiera Sin Pantalones en la calle.
