Se conocieron algunas confesiones del general Sánchez sobre niños indígenas rescatados: lo que hasta ahora no se sabía.
Luego de la increíble historia de búsqueda y rescate de los niños indígenas en la selva del Guaviare, experiencia que acaparó la atención de toda Colombia y parte del mundo en espera de buenas noticias (que finalmente llegaron), el general de las Fuerzas Especiales, Pedro Sánchez, hizo algunas confesiones en una reciente entrevista; habló de datos y situaciones que se desconocían.
En primer lugar, se sabe que los cuatro menores sobrevivieron al accidente de la avioneta (en la que viajaban con los adultos) porque iban en la parte trasera.
Sobre las condiciones en las que se perdieron durante 40 días, Sánchez describió el entorno como una selva hermosa pero hostil: “Árboles muy altos, vegetación muy densa con animales peligrosos como tigres, jaguares, serpientes venenosas, plantas venenosas, mosquitos que transmiten enfermedades que te pueden matar. No se ve algunas veces el sol, no alcanza a llegar. Llueve 16 horas al día algunas veces. Un lugar que perfectamente se lo puedo tragar a uno en cualquier descuido”.
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Al respecto de Lesly, la hermana mayor de los cuatro niños, Sánchez afirmó que el papel de ella fue el de autoridad y liderazgo creativo y que esto se demostró no solo con los refugios que armó para sus tres hermanos menores, sino que en el caso de la comida, cuando esta se acabó, masticaba frutos y los ponía en el biberón para el menor de ellos… y que del helicóptero estrellado había sacado la fariña [una especie de harina sacada de la yuca], ropa, el toldillo y el botiquín de primeros auxilios que usaron durante sus días en la selva.
Ante la pregunta de cuántos días más hubieran podido soportar los cuatro menores perdidos en la selva, la respuesta del general es clara: “El niño de 5 años, Tien, por ahí unos tres días más. Estaba muy débil. La bebé, una semana tal vez”.
Por suerte, la tragedia que comenzó en aquel fatídico 1 de mayo tuvo final feliz el viernes 9 de junio, cuando fueron hallados débiles entre la maleza del Caquetá y el Guaviare.
Eso sí, el general dejó abierto el misterio de por qué se dice que los niños se callaban cuando las fuerzas de búsqueda pasaban cerca de ellos. Algo que confirma Sánchez al afirmar que en alguna ocasión estuvieron a 40 metros y que Lesly logró escuchar a soldados, indígenas y parlantes, pero por alguna razón no salió al encuentro...
Esto es algo que se sabrá algún día, cuando los protagonistas decidan contar en su propia voz lo que sucedió en una aventura de 40 días perdidos en la espesa selva del territorio colombiano y que, gracias al trabajo conjunto entre indígenas y militares, tuvo un final que todos querían, pero pocos esperaban.