En la semana decisiva para elegir presidente en Guatemala, la popular líder de izquierda Thelma Cabrera está llamando a los pueblos indígenas a votar nulo o en blanco. Para Cabrera, a quien le fue invalidada su aspiración presidencial por el Tribunal Supremo Electoral, ningún candidato los representa, y darles el voto sería ser cómplice “de la mafia y del pacto de corruptos”. Y aunque expertos en derecho electoral no dan crédito al voto nulo dado que requiere de más del 50 por ciento de los votos consignados para repetir las elecciones, valga decir que en Guatemala cerca de la mitad de la población es de origen maya.
Entrevistada por France 24, Cabrera dijo que las razones para sacarla de la carrera presidencial “son excusas, porque sabemos que en las instituciones del Estado corrompido están enquistadas las mafias como el crimen organizado”. Su partido MLP, el Movimiento por la Liberación de los Pueblos, suscribió cuanto amparo y apelación legal fuera posible. Pero no le alcanzó. La decisión del TSE de descartarla fue tajante, bajo el argumento de que su fórmula vicepresidencial mantenía un proceso legal en curso.
La exclusión de Thelma Cabrera enfureció primero y desmoronó después el ánimo de la izquierda guatemalteca, que conservaba la esperanza de tener la primera presidenta indígena. “Entonces de ahí no pasamos, de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Supremo Electoral; cooptaron también la Procuraduría de Derechos Humanos, la Corte de Constitucionalidad, todo aquí está cooptado”, le aseguró Thelma Cabrera a este medio.
Si Thelma Cabrera representa una amenaza para los actores corruptos, otro palo en la rueda habría sido el delfín político Roberto Arzú, hijo del expresidente Álvaro Arzú. Aunque todos los candidatos prometen combatir la corrupción, Arzú no se cansa de denunciar los escándalos que empañan al actual presidente Alejandro Giammattei.
PUBLICIDAD
Muchos vieron en la cancelación de su candidatura a la presidencia una posible injerencia del Ejecutivo. El TSE argumentó que Roberto Arzú incurrió en campaña anticipada y por tanto entraba al club de los desahuciados presidenciables.
El que definitivamente no pierde la fe es Carlos Pineda. Hasta el último minuto, el otrora candidato presidencial rasguña amparos jurídicos para ser reinscrito en los comicios del domingo 25 de junio. El empresario de aviones aún aspira a dar una sorpresa electoral en Guatemala. Se siente validado por la exposición que su imagen logró en las últimas semanas a razón de un discurso populista en el que emula a Donald Trump en Estados Unidos.
Un mes y medio atrás, despuntando mayo, Pineda acariciaba el cielo cuando una encuesta nacional lo catapultó de líder solitario en la carrera, sin sospechar que contados días después caería en picada, como le pasó a Ícaro en la mitología griega, esta vez a razón de que sus alas políticas las cortara el Tribunal Supremo Electoral.
En el papel, el pleno de magistrados arguyó que su partido, Prosperidad Ciudadana, incurrió en la irregularidad de proclamarlo como candidato a la presidencia durante una Asamblea General celebrada extemporáneamente y sin haber elegido debidamente a un comité ejecutivo. Desde entonces, Pineda no ha hecho más que vituperar en Tik Tok, la red social donde a la fecha ha acumulado más de 24 millones de ‘Me Gusta’, que en su contra se conjuró una censura política
El Tribunal Supremo Electoral desmiente que haya fraude electoral anticipado
El panorama de candidatos cancelados despertó la indignación internacional. La directora de Human Rights Watch para las Américas, Juanita Goebertus, aterrizó recientemente en el país centroamericano y expresó de espaldas al Palacio Nacional que “lo más grave que está enfrentado Guatemala en este momento es la exclusión de tres candidatos presidenciales (...) a través de una interpretación arbitraria de las leyes (...) con sanciones totalmente desproporcionadas, en casos que usualmente ameritarían máximo multas”.
Pero el Tribunal Supremo Electoral se defiende. Desde su sede en el centro histórico de Ciudad de Guatemala, el director del Instituto Electoral, José Moreno, le explicó a France 24 que las decisiones de excluir a un candidato presidencial residen en el fuero del pleno de magistrados. Un grupo que dirige la magistrada presidenta Irma Palencia, quien no se presentó a la entrevista que este medio le propuso.
Aunque José Moreno no respondió sobre las exclusiones de Thelma Cabrera, Roberto Arzú y Carlos Pineda, dijo que en Guatemala el día de las elecciones no hay de qué preocuparse. “Digamos que, si nosotros hacemos un ejercicio aritmético de cómo podría suceder un fraude electoral, es exageradamente complicado decir que lo puede haber porque el sistema está en el poder de los ciudadanos. El Tribunal no cuenta votos, no registra votos, todo está en manos de los ciudadanos quienes son los que hacen el conteo de las papeletas”, sentenció el funcionario.
Para ese día, el domingo 25 de junio, los 9,3 millones de guatemaltecos habilitados en territorio nacional y los 90 mil connacionales empadronados en Estados Unidos, contarán con más de 3800 centros de votación, y 24 mil mesas de sufragio. Las mesas abrirán desde las siete de la mañana y cerrarán a las seis de la tarde hora local. De acuerdo con la magistrada presidenta del TSE, Irma Palencia, tres horas después del cierre de las urnas se conocerán los primeros resultados oficiales, que apenas indicarán una tendencia de quiénes serán los candidatos, de los 22 inscritos, que pasarán a la segunda vuelta. Según Palencia, solo hasta cinco u ocho días después de los comicios se conocerán los resultados finales, es decir, entre el 30 de junio y el 3 de julio.
El incierto panorama de Alejandro Giammattei para consolidar su continuismo en las elecciones
Ninguno de los tres candidatos más opcionados a ser presidente de Guatemala, de acuerdo con las encuestas locales -Edmond Mulet, Zury Ríos y Sandra Torres-, pertenece a las filas del partido Vamos, la formación política de Alejandro Giammattei. Al contrario, los sondeos ponen muy por debajo a Manuel Conde, su fórmula presidencial con la que podría asegurar el continuismo que tanto necesita para salvaguardar su inmunidad política.
De acuerdo con el medio local de periodismo investigativo Plaza Pública, la estrategia de Giammattei está siendo la de sumar la mayor cantidad de alcaldes en su partido Vamos, a cambio de obras y cadenas de favores para conservar su poder político, que lo pueda librar más adelante de futuras investigaciones.
Y es que sobre Giammattei han llovido todo tipo de escándalos de corrupción desde hace cuatro años cuando fue elegido presidente. Entre los más mediáticos están la financiación irregular de su campaña o las denuncias de una millonaria compra irregular de vacunas Sputnik que terminaron expirando. También el presunto soborno millonario que recibió de empresarios rusos y kazajos, envuelto en una alfombra que habrían dejado frente a su casa, para otorgarles la administración de un puerto en el Caribe.
El fiscal anticorrupción, Juan Francisco Sandoval, quien abrió una investigación por este último caso, fue removido de su cargo sin previo aviso por la fiscal general Consuelo Porras en junio de 2021. A Porras la oposición la califica de ‘escudera del presidente’. Sandoval se vio obligado a huir del país y exiliarse desde entonces en Estados Unidos. Porras, entre tanto, lo reemplazó con Rafael Curruchiche, quien en los primeros días al frente, extinguió cualquier investigación que se adelantara contra Giammattei. Tanto Porras como Curruchiche están incluidos en la lista Engel de Estados Unidos como actores que minan la democracia y favorecen la corrupción.
Pero el denominado blindaje de Giammattei se acabaría cuando entregue la presidencia el próximo 14 de enero de 2024, momento en que podría enfrentar la pérdida de su inmunidad. Ya le pasó antes a tres presidentes del país, elegidos democráticamente, que terminaron pagando penas en cárceles tanto de Guatemala como de Estados Unidos, acusados de corrupción: Alfonso Portillo, Álvaro Colom y Otto Pérez Molina. De allí que para Giammattei estas elecciones sean cruciales, con el fin de no correr la misma suerte de sus antecesores.
Para vigilar que no se vaya a cometer un fraude electoral, que pudiera favorecer a los actores corruptos en Guatemala, una misión de observación tanto de la Unión Europea como de la Organización de Estados Americanos, OEA, dará seguimiento y supervisión en los días previos y posteriores a los comicios del domingo. Claro está que, a contadas horas de que se celebren, se desconoce cuán masiva o escasa pueda ser la participación de los guatemaltecos. Un pueblo que en su mayoría, menoscabado por la pobreza y la violencia, descree de las promesas que les hacen los políticos.