Soy escritor. En la FilBo de este año lancé mi primer libro: Desclasificado. Cuentos de deporte y literatura negra. Estoy terminando una maestría en Ciudad de México en Apreciación y Creación Literaria. Ando en busca de empleo. Digo todo esto porque tuve una epifanía anoche: me ofreceré a Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe, para que publique un libro que se titule “Así no es: cómo no administrar un equipo de fútbol".
En mi calidad de escritor fantasma, prometo no revelar nada del proceso y dejar su firma en el libro, así como él lo ha hecho en el club de mis dolores.
¿De que trataría el libro de Eduardo Méndez, presidente de Santa Fe?
Tenemos que ser justos: tiene el material para el libro. Ha sabido formar nóminas mediocres en varias temporadas y lograr emocionarnos con promesas absurdas, como proyectos a cargo del Conejín Cardetti y Harold Rivera, ¡dos veces! Trae jugadores de categoría y es experto en dejarlos ir. Como en las caricaturas: ¡Qué pasa por allá!, nos dice y cuando giramos ya no está José Enamorado en Bogotá. Es un genio del engaño.
Dicen que para los pagos y las deudas atrasadas es un maestro. Que se mantenga en las finanzas del equipo, lo merece. Lo que sucede es que el fútbol no es solo dinero. ¿De qué te sirve ser el club más rico si no puedes ganar un título? Un problema capitalista: creemos que todas las empresas deben funcionar igual. Un equipo de fútbol no es una fábrica; un medio de comunicación no es una fábrica. La finalidad no puede ser económica o no hablamos de fútbol, punto. Una sección de libro hablará del tema.
El fichaje de peso de esta temporada, Hugo Rodallega, ya dijo que en América habría obtenido cosas mejores. Tiene razón. Estuvo condenado a resolverle la vida a Harold “todavía no entiendo como fue técnico de Santa Fe otra vez” Rivera. Pero todo es cosa de Méndez: solo él se entiende. La prensa “especializada” lo defiende. Y los fanáticos somos los obligados a aguantarlo. Cuando quiere habla mal de nosotros; cuando le nace, nos aplaude. Un demagogo, perfecto para la política colombiana. Solo le faltan conexiones oscuras y… ¡Momento!
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Tal vez si lo convenzo de escribir un libro y venderlo, se dedique a ser emprendedor, a dar conferencias y viajar a eventos por todo el mundo; a esos que prometen traer a los gurús de tal tema. De los fracasos se aprende y él puede enseñarle al mundo cómo no proceder. Si necesita alguien para la gira, que contrate a Harold. Pase lo que pase, lo mantendrá a su lado. Y de hecho será Harold el encargado de tomar las decisiones incómodas del equipo… de la gira, me refiero. Así como cuando no volvió a convocar a Andrés Pérez luego del error en el clásico o a José Silva por lo mismo.
Un capítulo tiene que dedicarse a la contratación de técnicos. Yo lo empezaría con la narración de un viaje al exterior, la búsqueda del DT prometido que logre llevar a Santa Fe a un título. Sería toda una travesía, con discusiones telefónicas con Colombia, con noches de insomnio en hoteles lujosos, con momentos de flujo de conciencia en algún restaurante elegante del sur del continente. Al final, revelaría que la esperanza siempre estuvo cerca, en casa, en Colombia: cuando dijo que Harold era el técnico, en realidad pensaba en Hubert. No era Rivera, era Bodhert. No me den trago extranjero, que es caro y no sabe a bueno, pensará cuando lo anuncie en rueda de prensa. Se los aseguro, será un gran libro.
Eduardo Méndez: aquí estoy dispuesto para la tarea. Ojalá no me diga la frase aquella que ya le llegaron cientos de hojas de vida de escritores. Somos muchos los desocupados.