Los planes del embajador Armando Bendetti eran dejar la embajada en Caracas el 23 de junio, pero el canciller Álvaro Leyva le madrugó, le aceptó de una la anunciada renuncia, le nombró reemplazo y lo puso de regreso en Bogotá.
Benedetti había advertido que se encontraba en la capital, acompañado de sus hijos, donde seguramente prepararía sus declaraciones ante el Consejo Nacional Electoral y la Fiscalía, entidades que lo citaron para pedirle explicaciones sobre los $ 15.000 millones que dijo haber entrado a la campaña por la Costa Caribe.,
Sin embargo, después del agitado discurso del Presidente en la calle, en el que sin mencionar a Benedetti habló de la trasparencia de su Gobierno, mencionó la lucha contra la corrupción y la impunidad, las cosas parecieron cambiar para Benedetti.
Con un trino advirtió las amenazas que empiezan a rondarlo y anunció su salida del país que será hacia Europa en cuanto no tiene visa para Estados Unidos, que habría sido el destino más próximo. Las declaraciones las tendrá que rendir fuera del país y aún no se sabe qué tanto avanzará.
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