Una vez escuché en clase cómo uno de mis profesores, emulando a Kalmanovitz, decía: “En Colombia no hay empresarios sino rentistas”. Que no hay “parque empresarial” sino maquilas que se lucran de la explotación del capital variable, es decir, de los empleados.
En efecto, el sistema capitalista, que es la relación socioeconómica de la acumulación del capital en sus diferentes características (social, relacional, financiero, cultural, intelectual, humano, etc.) es el sistema más perverso que ha engendrado la humanidad a través de la historia.
Porque en el sistema de la esclavitud, por lo menos uno era un bien sin derechos, pero necesario para la economía. En el feudalismo uno era ineludible para sostener la agricultura. Mientras que el capitalismo no. Cada vez somos más, cada vez hay más pobreza, cada vez hay menos distribución del ingreso, cada vez más se necesita menor capital humano, cada vez hay más contaminación, cada vez más hay destrucción de la flora y la fauna. Una de las explicaciones es la que dijo hace mucho tiempo Marx con su categoría de la plusvalía. En términos generales, el valor que se apropia el dueño del capital en detrimento del que lo trabaja.
Precisamente, los ladrones de cuello blanco son los “empresarios colombianos”. Que con prácticas de explotación como salarios de miseria se pavonean de ser competitivos a costa de retornos a la educación mezquinos. No falta el que habla de “clima laboral”, “ponerse la camiseta” o el mejor de todos el “pobretón” que habla de “nuestra empresa” o “nosotros”, cuando lo máximo que tiene que ofrecer es su fuerza de trabajo.
Ejemplo de ello es como los dueños del capital han coartado la reforma laboral del presente Gobierno que es un beneficio para nosotros los trabajadores. No para explotadores que se han beneficiado de las anteriores reformas que han precarizado el empleo aún más en Colombia.
Desde 1990 con la incursión del neoliberalismo en Colombia hemos perdido más del 25% de poder adquisitivo, las brechas entre ricos y pobres son exuberante. En Colombia, por ejemplo, solo el 0.01% gana 45.000.000 millones al mes, el 0,001 gana 450.000.000 millones al mes y el 0.0001 gana 1.500.000.000 al mes. La gran mayoría de los que trabajamos formalmente, es decir más de la mitad se gana el salario mínimo. Que, si fuéramos justos y como un meme que leí “si gano el salario mínimo, trabajo el mínimo”. Pero no faltan los “lambones”, los “lameculos” que se creen burgueses que engloba el lugar de trabajo y se creen dueño del capital que justifican la explotación. Meros “capataces”, simples “esclavo-domésticos” con ínfulas que pregonan amor a ser alienados, estupidizados. ¡Mediocres en todo el sentido de la palabra!
Ejemplos hay muchos. Universidades que se vanaglorian de discursos de responsabilidad social, de amor y ofrecen salarios de hambre a profesores con maestrías. Solo hay que ver lo que ver los salarios que ofrecen a los PhD que son necesarios para la competitividad, pero sí hablan de lo importante de sus congregaciones. Porque entre las más explotadoras son las Instituciones Educativas de Educación Superior-IES q son religiosas. O solo hay que ver lo que les pagan a los profesores de colegios privados no a los colegios internacionales.
Los bancos que son apoyados por el partido Conservador, Liberal y claramente los de Centro Democrático con las tasas de usura más elevadas del mundo. Mira las tasas de un crédito para hacer empresas o los de consumo que son más del 45%. ¡Son unos ladrones explotadores! Miren cuánto les pagan a sus empleados o ¿no han visto las pancartas que están en los establecimientos?
Otro ejemplo es la construcción. Cuando los “rusos” terminan el edificio los llenan de alcohol o la cantidad de empresas que facturan millones y en promedio sus trabajadores ganan el mínimo. En pocas palabras, hay que ser agradecidos porque te exploten y dar gracias a altos amigos imaginarios llamados dioses por sobrevivir. A pesar de que usted y yo somos los que trabajamos nos pagan una miseria. Sin olvidar, que la informalidad en Colombia es del 60%.