El escándalo que rodea a Laura Sarabia, Jefe de Despacho del presidente Gustavo Petro, tiene ahora un protagonista insospechado: el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti. El nombre del diplomático es mencionado en un nuevo episodio en condición de un “chantajista” que estaría detrás de la publicación de la revista Semana que reveló que la joven mano derecha del jefe del Estado sometió a una prueba de polígrafo a su niñera, Marelbys del Carmen Meza Buelvas, tras acusarla de haber robado de su apartamento un maletín repleto de dólares.
Según una revelación hecha por el periodista Daniel Coronell en su sección habitual de W Radio, de fondo existe un enfrentamiento entre Sarabia y Benedetti. El embajador estaría irritado con Laura porque ella, a quien él considera cuota suya en la Casa de Nariño, no estaría cediendo a sus exigencias burocráticas.
Las claves de las disputas entre ambos se encuentran en mensajes de chat y conversaciones grabadas. En uno de esos mensajes el embajador Benedetti escribió: “Acabo de hablar con Vicky (…) después de lo que me dijiste sobre la Mari (…) Tenías razón: es posible que se pueda evitar esa circunstancia; ojalá entiendas el sentido de este mensaje”
El mensaje revelaría que fue Benedetti quien movió a la niñera -que también fue empleada suya- a hacer público el incidente de la prueba polígrafo practicada en enero pasado en una dependencia de la Presidencia de la República y hablar sobre la desaparición del dinero en un contexto que sugiere que Laura Saravia solía guardar grandes sumas en una caja fuerte empotrada en el apartamento en el que vive con su esposo y su bebé.
La historia tiene numerosos elementos inéditos. Entre ellos están que la niñera Meza Buelvas ya había sido sometida en una prueba de polígrafo cuando fue empleada de Benedetti y resultó sospechosa de la desaparición de una cartuchera en la que eran guardados cinco millones de pesos. También, que recientemente viajó a Venezuela en un vuelo charter dispuesto por Benedetti y que fue el propio embajador quien se la recomendó o la “infiltró” en el apartamento de Saravia.
El viaje de Venezuela, según la documentada versión periodística, fue pagado por Benedetti y el regreso de la niñera se dio el mismo día en que habló con la directora de la revista Semana para declarar que se había sentido secuestrada cuando fue trasladada por los servicios de seguridad de la Presidencia, primero a la Casa de Nariño y de allí a una dependencia próxima en la que tuvo que superar la prueba del polígrafo.
El vuelo el 14 de mayo se produjo a bordo de un avión ejecutivo Superking de la empresa SADI, operado por Strategic Business Aviation. Tras recoger a la niñera en Bogotá, la nave hizo escala en Barranquilla. Allí lo abordaron Armando José Guijarro Daza, un excurador urbano y protagonistas de escándalos en Barranquilla, y Carlos Alberto Dada Barguil, excuñado de Benedetti. El pasaporte de Marelbys Meza Buelvas presenta varios sellos que revelan varias salidas del país.
La señora Meza permaneció ocho días en Caracas y regresó a Bogotá. Benedetti le dijo a Coronell que los vuelos charter que suele usar para viajar de Venezuela a Colombia son pagados por amigos suyos.
Más allá de su condición de su presunta cleptomanía, la niñera podría ser testigo clave del movimiento de los dineros del propio Benedetti, el primer funcionario que decidió someterla a la “prueba d la verdad” tras la desaparición de los cinco millones.
De acuerdo con la misma versión, Marelbys Meza trabajo hasta julio de 2022 en el apartamento del edificio 8010, próximo a la zona rosa de Bogotá, en el que Armando Benedetti vivía con su entonces esposa Adelina Guerrero. La relación laboral se acabó a raíz de la pérdida de los cinco millones de pesos.
La niñera dijo en aquella ocasión que al cuarto en el que estaba la cartuchera con la plata perdida solo habían entrado “doña Adelina, el doctor Armando, el señor Carlos Dada (un amigo de la familia que estuvo casado con Ángela Benedetti, hermana del embajador) y dos empleadas del hotel”. Entonces, como ahora, negó haber robado el dinero.
En el informe del poligrafista Diego García se lee: “Marelbys del Carmen Meza Buelvas mostró reacciones fisiológicas indicativas de engaño y de mentira a las preguntas relevantes”.
Aun así, Benedetti recomendó a su empleada despedida para que se pusiera al servicio de Laura Sarabia y de su esposo, Andrés Fernando Parra Valverde. Parra, lo mismo que Laura Sarabia, también hizo parte de la Unidad de Trabajo Legislativo de Benedetti cuando éste era senador.
Benedetti niega, sin embargo, que haya procedido de mala fe y que haya intentado sobornar a Laura Sarabia.
Sin embargo, emitió a través de su Twitter un mensaje que ha sido interpretado como un recado cifrado para Sarabia: “Me llega esto: Hay quienes se inflan como un globo… por un apellido, un cargo o una cuenta en el banco y se olvidan de que vivimos en un mundo lleno de alfileres”.
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