En menos de una semana, dos trágicas muertes y un tercer ataque a otro menor de edad fueron reportadas en Colombia a manos de perros asesinos, animales que no cumplen la ley. Siempre los mismos animales.
Alrededor de 15 mil víctimas se presentan cada año en Colombia, muchos de ellos no sobreviven para contarlo, y miles más entre felinos y caninos afectados por este flagelo. Los casos más recientes se presentaron en Soacha (Cundinamarca), Bucaramanga y Girón (Santander); el primero en un conjunto residencial donde se supone que la vigilancia privada está en obligación junto con la administración de exigir el cumplimiento de las leyes, so pena de llamar a las autoridades de Policía. En el otro caso, la sociedad entera llora por la muerte de un niño por la negligencia de un adulto, en otro municipio una familia en un hospital esperando que no haya secuelas para la niña víctima.
Sería un insensato si señalo la culpa en los perros por no ponerse ellos mismos el bozal, ajustarlo y mantenerlo mientras estén en la calle, o puede ser un problema endémico en la sociedad, porque justamente no sabemos usar ningún tipo de medida de protección, así sea para salvar nuestra vida o la de otros.
En la pandemia de la covid-19 el tapabocas quirúrgico (desechable) lo reusaban, y los que lo llevaban puesto no se cubrían la nariz o se lo bajaban en pleno bus para comer. En los municipios el casco de la moto es el irreglamentario, se lo ponen sin ajustar, lo llevan en el manubrio o miles ni siquiera tienen casco, algún policía "molesta", de resto salen sin nada.
Como la regulación de perros peligrosos no ha logrado su objetivo, dejaremos sobre la mesa algunas propuestas inexploradas hasta el momento en Colombia, pero que seguramente darán ideas para un serio debate: prohibir la reproducción de todo canino de raza potencialmente peligrosa, prohibición total de tenencia, adopción de este tipo de razas, endurecimiento de penas para poseedores irresponsables, extensión de multas y penas para administradores de propiedad horizontal, compañías de vigilancia e incluso para la policía de cuadrantes donde sucedan incidentes por falta de autoridad al momento de exigir el uso de los bozales, pérdida de derecho de propiedad a quien incumpla las medidas, botones de pánico conectados a las autoridades que activen alarmas cada vez que se identifique un animal que no tome las medidas mínimas para evitar más ataques y muertes.