Con tal jovialidad y talento, Frank Ramírez supo ganarse el corazón de los espectadores; la primera vez que lo hizo conmigo fue con la Estrategia del Caracol, una actuación implacable donde personifico un joven estudiante de derecho con todos los sueño de convertirse en un gran abogado en pro de su vecindario (como me inspiró).
Tenía buen ojo para elegir sus trabajos, le apostaba a lo mejor, de las pocas telenovelas colombianas que valieron la pena ver, él fue actor y de los principales.
Pecados Capitales, donde el “viejo culi chupao caga seco pipi loco” del tío Evaristo, creó un juego de convivencia, con el fin de lograr una unión familiar, utilizando como pretexto su fortuna, y escondiéndose en el papel de un jardinero para ver de primera mano, como iba el juego que había construido. Y qué decir de La saga, negocio de Familia, en ella interpretó a Pedro Manrique Zárate, una telenovela no convencional que deja de lado la trama grotesca de “maría la del barrio” y se centra en mostrarnos tras el avance histórico un hermoso drama que nos generó un suspiro latiente al denotar las cadenas de familia que en definitiva no pueden romperse.
Vaya sorpresa la mía, al verlo personificando en la copia colombiana de una de mis series americanas favoritas “Breaking Bad”, en Colombia “metástasis” a Hector Salamanca, un anciano en silla de ruedas que no se puede valer por sí mismo y se comunica con una campana pegada a su silla de ruedas. Y ahí estaba Frank Ramírez, sin esperar menos de él, haciendo lo que mejor sabía hacer, encantar, convencer, abrumar…
El recorrido del séptimo arte y de la buena televisión es largo, y cuando en él se nos van talentos que hicieron de ello, algo inolvidable, de cierta forma me pone muy triste. Frank Ramírez, nos brindó unas cuantas lágrimas, unos cuantos temores, pero sobretodo mil sonrisas, es una gran pérdida para el cine y la televisión colombiana y espero que nuestro arte siga avanzando y deje de lado las historias de putas, narcos y droga, porque Frank Ramírez nos demostró que no se necesita de eso para llegar a hacer algo hermoso, solo se necesita talento ganas y mucho amor.
Adiós Frank Ramírez.
