No les pudo resultar mejor la estrategia a los productores de la gira de Fito Paez. Justo cuando lanzaron la gira con su concierto en Vélez Sarfield, Netflix lanzó El amor después del amor, la serie que cuenta los años más duros de Fito Páez hasta su consagración total en 1993. La serie ha sido Top 10 de Netflix en todo el continente y los fans del rosarino han comprobado su ternura, su genialidad, viendo el proceso creativo de uno de los artistas más interesantes en la historia de Latinoamérica.
Lo que no sabíamos es que detrás estaba la tragedia. Justo en el momento en el que estaba despegando Fito Páez sufrió una desgracia tremenda. Él nunca conoció a su mamá porque ella, Margarita, murió unos meses después de tenerlo. Su papá y sus tres tías lo cuidaron como un tesoro. Pero su papá murió en 1986 y sus tres tías fueron atacadas en un atraco en su casa en Rosario y las mataron de la peor forma. A una de ellas le propinaron veinte cuchilladas. A la otra le pusieron una almohada en la cara y le dispararon. Eran señoras que tenían más de sesenta años.
Ante el horror Fito empezó un proceso autodestructivo que estuvo a punto de matarlo. Abusó de la coca, las pastillas y el alcohol. Pero a todo eso se repuso. Su ordalía quedó plasmada en los ocho capítulos de El amor después del amor, ese regalo que Netflix nos está dando sobre su vida, una serie maravillosa, un monumento a la música de uno de los artistas más complejos del continente.
Faltan días no más para que aterrice un ovni, una nave nodriza, el acontecimiento más hermoso que tendremos este año. Y Netflix nos alcahuetea la obsesión. Porque ahí estaremos el 20 y 21 en el Movistar, gritando hasta llorar y constatando, después de ver todo lo que ha soportado Fito, que si, que El amor después del amor talvez se parece a un rayo del sol.