En el 2012 no éramos nada. El ciclismo colombiano era sólo recuerdo. Pero Rigoberto Urán en las calles de Londres nos daba la gloria, medalla de plata en los Olímpicos. Un logro apenas soñado. Desde entonces se han conseguido un Tour –Egan- dos Giros –Egan y Nairo- una Vuelta, cuatro podios en el Tour –Tres Nairo, uno Rigo- cuatro subcampeonatos de Giro –Dos Rigo, uno Nairo, uno Chávez- tres Paris Niza –Betancourt, Sergio Luis, Egan-, un monumento, el Giro de Lombardía del 2016 que lo ganó Esteban y un sinnúmero de etapas y vueltas de una semana. Somos potencia mundial. Todas esas gestas tuvieron un narrador, Mario Sábato.
Colombia ha tenido una gran tradición de locutores extranjeros que narraron nuestras hazañas. El costarricense Carlos Arturo Rueda fue el primero. Luego vendría Julio Arrastia para contarnos en los años ochenta lo que hacían Parra y Lucho en carreteras europeas. Pero el climax vendría con Mario Sabato. En Colombia, como en Ecuador, lo adoptamos. Es un hombre que pertenece a una dinastía que, en el norte de Argentina, supo vivir por y del ciclismo. Su hijo Rodri incluso se está dedicando con éxito al análisis de lo que ellos llaman ”El deporte más lindo del mundo”.
Ahora, que la ola de nuestro ciclismo está retrocediendo, ya se ha mermado la pasión por este deporte –el que más gloria nos ha dado- en el país. Armaron un parche buenísimo con Laura “Picante” Lozano, Oscar Restrepo y Victor Hugo Peña. Ha sido tan bueno este equipo que crearon el mejor podcast de ciclismo que hay sobre la tierra, El Leñero. Lejos de la conveniencia y dependencia del cuestionadísimo Héctor Urrego, los de Sabato generan inquietudes, son críticos con la dirigencia, y exigen y advierten, como hizo hace poco Rigoberto Urán, que, con excepciones como la de Santiago Buitrago, no viene una generación de relevo a lo de Nairo.
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Mientras Win Sports languidece con ´Ciclismo entre grandes´conducido por Urrego y Carlos Julio Guzmán, chupan de las medias de Fedeciclismo, ´El Leñero´ aboga por la crítica
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En su último programa pusieron el dedo en la llaga y se preguntaban ¿Cuánto más vamos a tener que soportar a Carlos Mario Jaramillo como el seleccionador nacional? Mientras Win Sports languidece con Ciclismo entre grandes, conducido por Urrego y Carlos Julio Guzmán, chupan de las medias de Fedeciclismo, uno de los cánceres de nuestro deporte, El Leñero aboga por la crítica y las preguntas que pueden mover la aguja de nuestro ciclismo, quien vive ya de las glorias del pasado y que se encuentra en una crisis que se manifiesta en la intrascendencia de las competencias locales. Por eso se quedó sin patrocinio. Por eso pasó de ser un programa diario a uno semanal y está a punto de desaparecer.
En el espectacular programa del pasado lunes, en donde incluso tuvieron declaraciones de Johan Bruynell, el técnico de Lance Armstrong, sacaron la coca y pidieron donaciones para poder subsistir. Es indigno y preocupante que El Leñero no tenga apoyo oficial ni privado. Hay que hacer algo para salvar este programa.