Hace parte de esa generación de brillantes ciclistas colombianos que emprendieron una empresa utópica que, en su momento, incluso a oídos de muchos pudo sonar hasta poco cuerda: conquistar el viejo continente a punta de pedal. Y que hoy, con el paso del tiempo, se puede afirmar que, en efecto, lo lograron.
Abelardo Rondón Vásquez nació en Zapatoca, Departamento de Santander, pertenece a la quizá mejor generación de ciclistas colombianos, esa que abrió caminos en las grandes carreras del mundo junto a Lucho Herrera, Fabio Parra, Edgar “Condorito” Corredor y tantos otros nombres que siguen siendo inolvidables.
Hizo parte de tres importantes equipos en el ciclismo profesional, comenzó con Café de Colombia entre cuyos compañeros se encontraban, los ya referidos Lucho Herrera y Fabio Parra, además de José Patrocinio Jiménez y el desaparecido Alfonso Flórez Ortiz. “Yo pienso que en ese equipo estamos la generación más grande en la historia del ciclismo colombiano, pues es uno de los equipos más representativos del país”, dice Rendón.
El generalísimo, como le decían al santandereano, pasa luego al equipo Reynolds de España en el cual acompañó a Pedro Delgado y Miguel Induraín, pedalistas estelares a nivel mundial, y donde se consolidó como uno de los gregarios más importantes del pedal.
“En ese entonces el líder del equipo era Pedro Delgado y Miguel Induraín apenas estaba empezando a destacarse en el ciclismo, fue una experiencia muy bonita; creo que el hecho de ser el compañero de un ganador del Tour de Francia en el 88 es representativo para mí y, lego, en el 91 ganamos el primer tour con Miguel Induraín”.
En Italia estuvo al lado de Gianni Bugno, campeón mundial y máximo rival de Induraín en ese tiempo; con Laurent Fignon, ganador de tres toures de Francia y Marco Giovannetti, campeón de la vuelta a España.
Ya retirado del ciclismo Abelardo Rondón trabaja en el transporte, tiene una empresa en la ciudad de Barranquilla, aunque no pierde el contacto con el mundo del pedal. “De vez en cuando organizo eventos de ciclismo en Mountain Bike o de ruta, el año pasado tuve la posibilidad de asesorar la liga de ciclismo del Magdalena para hacer su primera vuelta”.
Bajo su perspectiva, el ciclismo colombiano atraviesa por una transición, lamenta mucho el accidente de Egan Bernal. “Esperemos que vuelva por su nivel, pero yo lo veo muy difícil, en verdad”. Dice que hay esperanzas en Santiago Buitrago y Daniel Felipe Martínez, pero para una gran vuelta lo ve demasiado complejo.
Piensa que mientras la Federación Colombiana de Ciclismo no empiece a cambiar el sistema de entrenamiento, a programas carreras para los jóvenes, va a ser complicado que se vuelvan a destacar los nuestros. “Talento tenemos, eso no se pierde de la noche a la mañana, pero nosotros nos quedamos en un proceso de hace 30 años, nos quedamos muy atrás y hay que trabajar desde la base”.
“En Europa un muchacho de 18 o 19 años ya está bastante preparado y se encuentra a nivel de la gente que está corriendo el Tour, el ciclismo ahora es de los jóvenes”, agrega.
Abelardo Rondón es parte de las páginas de gloria del ciclismo nacional, considerado el mejor gregario del mundo, no es un deportista cuyas gestas se pueden ignorar. Su legado es grande en un deporte de altísima exigencia y disciplina que, en varias ocasiones, ha conmovido a los habitantes del país.