Ahora, en lo que se ve en nuestro país es que están gobernando las bancadas de partido, tomando determinaciones antes de las decisiones del Congreso e impidiendo o minando la libertad con la que cada uno podría desenvolverse. Como ciudadana del común, me enfurece que esto suceda así de frente.
Con el lema de: "Yo gobierno mi gente y hacen lo que yo digo o tendrán fuertes sanciones” el Congreso pierde toda su capacidad de decisión porque ya le decidieron, y la conciencia queda obnubilada ante la amenaza, que ni siquiera es velada, sino como afrenta.
Así de 'limpio' se juega en Colombia. Una bancada gobernada por personas que fueron dejando caer al país en toda clase de caos y hoy se presentan como las redentoras, pero no del pueblo sino de sus propios intereses. Y se pavonean en los medios de comunicación y no les da vergüenza. Un Congreso maniatado y una conciencia vilipendiada.
Hay que decidir. Y para decidir por el bien común, se necesita primero la CONCIENCIA.
No más bancadas. Congresistas: sacúdanse de esos yugos, no importa qué sanciones haya. Ya de por sí, seguir acatando a las bancadas en estos momentos de profundos cambios, será sancionado con LA DESESPERANZA ETERNA del pueblo que los eligió.