En 1989, el Atlético Nacional se convirtió en el primer equipo colombiano en ser campeón de la Copa Libertadores. Ni siquiera el América, insuflado por los recursos de los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela pudo lograr el anhelado objetivo. En ese momento, el equipo verde de Antioquia estaba patrocinado por SAM, segunda aerolínea del país detrás de Avianca, entonces de propiedad del Grupo Santo Domingo. Desde 1988 hasta 1996, las empresas de Don Julio Mario se lucían en el pecho del Atlético Nacional. Cervezas como Costeña y Pilsen estaban en un conjunto que se caracterizaba por tener sólo jugadores nacidos en Colombia. Era el equipo de los puros criollos.
En 1996 se desató lo que se conocería como la guerra de las cervezas. Ese año, en un aviso publicado en el periódico El Tiempo y preocupada por la jugada del grupo Ardila Lülle de lanzar al mercado la cerveza Leona, Bavaria anunció en medios que ellos eran la marca preferida por los colombianos. Los Ardila a su vez ripostaron con el mensaje de que la nueva marca de cerveza ya tenía el 8,1 % del mercado nacional y a pesar de llevar sólo un año, alcanzaba el 43 % del mercado en la capital. Una información que el grupo Santo Domingo desestimó.
Ardila necesitaba pegar duro, tomó una decisión radical y su organización empresarial se convirtió en el primer grupo económico que se atrevía a comprar un equipo de fútbol. Lo hizo el 17 de junio de 1996, le ganó esa mano a Bavaria, que a través de su presidente Augusto López Valencia y por deseo de su jefe Julio Mario Santo Domingo, quería quedarse con el equipo más popular de Antioquia. La iniciativa la tomó Antonio José, uno de los hijos de Ardila Lülle. De él fue la idea de posicionar a Leona en la camiseta del equipo del que había comprado el 75 % de las acciones por 16 mil millones de pesos en ese entonces.
El Club Atlético Nacional fue fundado en 1947. Sus primeros 15 años no fueron buenos. Todo cambió cuando en 1960 lo compró Hernán Botero, un controvertido dirigente que pasó a la historia como el primer colombiano extraditado a los Estados Unidos acusado de narcotráfico. Poco antes de su extradición, Botero vendió el Club.
Desde entonces, siempre se sospechó que el equipo había sido comprado por Pablo Escobar y la acusación pública la hizo el entonces ministro de Justicia, Rodrigo Lara, poco antes de ser asesinado. La ratificó John Jairo Velásquez Vásquez, conocido como Popeye, en 2016. Nunca se comprobó nada. Además, Escobar siempre fue hincha del Deportivo Independiente Medellín, eterno rival deportivo de Nacional.
Cuando el equipo pasó a manos de los Ardila, apenas había ganado seis títulos. Millonarios, con 12 estrellas, era el más ganador del fútbol colombiano. Los primeros años ya en manos de los Ardila no fueron los mejores. Sin embargo, el cuento ha cambiado.
En los últimos 27 años, Nacional ha logrado 11 títulos más y se ha convertido en el más laureado y con más seguidores del país. Se estima que la hinchada verdolaga puede llegar a 10 millones de colombianos. Un mercado al que los Ardila han sabido sacarle plata.
Todo se potenció después de 2010 cuando Ardila nombró como presidente del Club a José Julián de la Cuesta, apostó a los procesos y a la inversión para crecer. Nacional contrató al técnico Juan Carlos Osorio, quien sentaría las bases para que luego Reinaldo Rueda lo convirtiera en el equipo más fuerte del continente en 2016 al lograr la segunda Copa Libertadores para la hinchada más grande del país.
A los logros alcanzados con patadas se sumó la inversión. Según el portal la Silla Vacía, Nacional pasó de tener un patrimonio de 17 mil millones de pesos en 2011 a 50 mil millones de pesos justo después de ganar la Libertadores. En ese momento, hicieron negocios extraordinarios con la compra y venta de pases de los jugadores.
A Miguel Borja, por ejemplo, lo compraron al Cortuluá por 1 millón de dólares en 2015. Lo vendieron en 2017 por 9 millones de dólares, después de que se convirtió no solo en goleador de la Libertadores sino que fue premiado como el mejor jugador de América, distinción que sólo han obtenido para el país Carlos “El Pibe” Valderrama, dos veces y Teófilo Gutiérrez. La venta de la entonces joven promesa, Marlos Moreno al Manchester City, le dejó a los Ardila una ganancia de 5,5 millones de dólares.
Después de 2017, con la partida de José Julián de la Cuesta y el desfile de técnicos que no han sabido validar un proceso, a Nacional parece que le llegó la época de las vacas flacas. La hinchada ha señalado a la gerente deportiva, Carolina Ardila, como la principal responsable. En 2022, Antonio José Ardila, después de renunciar a la Embajada de Colombia en Londres, asumió directamente la conducción del equipo. La ruptura con la barra brava de Nacional, Los del Sur, a la que le aportaban cerca de 1.500 millones de pesos en boletería (¿mensuales, anuales?), es sólo el comienzo de una nueva etapa para un equipo que ha ganado estrellas para la hinchada y dinero para la Organización Ardila Lülle.
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