En Colombia se ha desatado en los medios de comunicación desde hace 20 días una proliferación de artículos o entrevistas -que para hablar en esa jerga- “se han hecho tendencia” sobre la Inteligencia Artificial (IA). Es como si la hubieran inventado con el ChatGPT 3, que si bien solo tiene cinco meses de haber sido lanzada, es solo una modalidad de chatbot, de intentar hablar y simular como seres humanos. Lo que no es claro para la mayoría de la población es que otras etapas anteriores de aplicación de la IA vienen siendo utilizados hace varios años por EPS, bancos, aplicaciones comerciales, etc. Y no nos ha traído sino desconfianza, malestar y perjuicio.
Como todo nos llega tarde, la aplicación de la IA en Colombia actualmente es una versión burda, bruta y tosca de las necesidades de ganancias del capital financiero y comercial, la vanguardia del neoliberalismo; para acabar con múltiples empleos en contra del ciudadano común.
Rappi por ejemplo, es un algoritmo desarrollado para algo obvio, hay restaurantes y comercios que no tienen servicio de domicilio y “se lo facilitamos”, esa es la inteligencia artificial al servicio de las ganancias. El negocio de una App supuestamente moderna de tecnología digital pero con instrumentos feudales: la sobreexplotación de migrantes y desempleados sin garantías laborales, morrales sucios y copadores, bicicletas con motores contaminantes, deterioro urbano (Cra 7ª con calles 28, 29, 30, Bogotá) y la apoteosis del icopor, es decir; inteligencia digital mas miseria social y ambiental, eso es Rappi.
O las múltiples Apps de Claro, que son aplicaciones mañosas y abarcadoras que pretenden controlar y someter al usuario a sus sistemas de cobro y pagos, por fuera de sus “flamantes servicios” … etc. Etc.
Todas las preguntas estúpidas o absurdas y no necesarias que te hacen desde las aplicaciones actuales, significan que solo existe la IA de ellos -los que la implementan- y no necesariamente satisfacen las necesidades o requerimientos de los usuarios o clientes.
La IA de Sanitas me atropella y deshumaniza
Vivo en Bogotá y todos los sucesos de salud los he tenido con Colsanitas y Sanitas en esta ciudad. Un médico me dió una orden para un cultivo y cuando tramito la “autorización” -no olviden esta palabra abracadabra- me asignaron el Laboratorio clínico Sanitas Roosevelt de Cali. Yo que no conozco a Cali alcancé a soñar precipitadamente que me enviarían con todo pago, pero la realidad me dio una bofetada y me centró en este mundo.
Le pregunto el porqué de esa ciudad y me dice que así salió y así está programada, esa es la eficiente IA. Y empieza otro calvario. Nadie explica, nadie entiende, nadie da soluciones. Al centro de IA no se le puede preguntar porque es imposible hablar con él, es virtual y fue quien la definió. Y todos los funcionarios reales o virtuales obedecen a la IA (el sistema) y no saben qué hacer. Tres semanas estuve buscando una solución para mi estrambótico traslado a Cali, pero para eso somos esclavos de Sanitas, debemos perder todo el tiempo del mundo haciendo trámites.
Hace unas semanas me enviaron a realizar un examen a Soacha. Reclamé e indagando -pues decidí no usar mas el 375 9000- me dice la chica presencial que esos centros tienen el mismo NIT de Sanitas y por eso aparece la orden allá. Le digo que es absurdo que un examen que hacen en 5 minutos, yo tenga que malgastar 6 horas mínimo para ir y volver hasta otra ciudad periférica.
Esa es la IA de Sanitas, un sistema inadecuado, bruto y brutal, que no relaciona nada, sino que expide autorizaciones mecánicamente a la topa tolondra, cuando se corre la suerte de que la autoricen.
La salud en Colombia es un privilegio
que se paga con creces
Estuve afiliado a Colsanitas más de tres décadas. Haciendo un cálculo prorrata con la última cuota que pagué, les descargué mas de 150 millones de pesos y me negó dos veces una pinche cirugía de tabique para la cual, después de 2 cirugías con mala atención en Sanitas, decidí contratar un abogado para que me redactara un derecho de petición y una tutela que defendiera mis derechos. No sobra advertir que nunca sustentaron la negación de la cirugía, simplemente: “Limitación contractual”, Firmado Yesenia Bolaños, nivel 4. Son autistas, hablan para ellos. Les gané la tutela y tuvieron que ceder a mi tercera cirugía. Esa es una entre millones del pan diario que masticamos los usuarios.
En los últimos ocho años no fui mas de 6 veces a Colsanitas porque el nivel de pagos que además generan los vales (cuota moderadora, que querrá decir), lo desangran aún mas: la cita mas exámenes y nueva cita, más medicamentos o procesos y otras derivaciones.
Como se duplicó el costo de la mensualidad en Colsanitas resolví cancelar esa opción de salud, que en realidad es el gran negociazo de la multinacional española, Keralty. Y asumí continuar con templanza el aprendizaje de los caminos que hay que recorrer para obtener cualquier atención de salud en la EPS Sanitas, también de Keralty.
Debería existir una universidad o un Sena que nos enseñara como gestionar las AUTORIZACIONES y los procesos de Sanitas. Desde ya propondría que se llamara la Universidad del Fastidio para aprender a moverse por los laberintos y tramitomanía de la inteligencia artificial de esa entidad.
La base de los problemas
Los problemas con Sanitas o las EPS que describo pueden parecer una nimiedad frente a los “paseos de la muerte”, la negación de procedimientos, los obstáculos permanentes para acceder a cirugías y medicamentos, la búsqueda descarada y obsesiva del dinero público desfalcando a la salud, etc; pero al ser masivos y cotidianos, todos los usuarios de las EPS los padecemos: las AUTORIZACIONES.
Las de Sanitas son la humillación mas grande pues desconfía de sus médicos y de nosotros y nos impone la tortura de llamar a pedir autorizaciones a un teléfono esquivo que te hace oír diez grabaciones estúpidas y después, quedas en las manos de la inteligencia artificial -IA- para darte opciones que no son necesariamente las de uno y después del milagro de que el call center conteste, te digan que debes llamar a otro teléfono, porque él no puede resolver esa solicitud !!!
La búsqueda de una autorización para un medicamento o un procedimiento tiene un costo mental inconmensurable, pues podemos pasar semanas buscándola, a ciegas, tocando puertas o llamando al fastidioso y aciago 375 9000.
El sistema de autorizaciones de Sanitas tiene varias opciones, cualquiera mas ignominiosa: 1- radicarlo en la web de Sanitas (dos días si te contestan) u otros medios digitales, 2- llamar al 375 9000 y 3- ir personalmente a hacer filas y esperar una hora o mas.
1-La opción de tramitar una autorización por Sanitas virtual tiene un nuevo obstáculo: la exigencia de un código de 6 dígitos como cualquier Falabella, para recibir un código de verificación que no siempre llega y debes volver a intentar el ingreso a la sucursal virtual. Una vez en la sucursal aportas los scanner de la orden para ser AUTORIZADA y obviamente está diseñada para burlarse nuevamente del usuario, pues te envían un email inmediato, cuyo título en la bandeja de entrada es:
“Respuesta Solicitud de Autorización de Servicios Médicos
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20:18 (hace 56 minutos) |
Señor(a) Usuario(a):
Con nuestro cordial saludo, remitimos respuesta de la(s) solicitud (es) de autorización:
¤ INFORMACIÓN GENERAL
» Número radicación: 55857455
» Fecha radicación: 16/03/2023 20:17
Registro de solicitud exitosa con número de radicación 54551392. Se validará la información y se notificará a los datos de contacto registrados en caso de ser necesario. En 2 días hábiles consulte la respuesta. La radicación de esta solicitud no es soporte de autorización.” (Tomado al pie de la letra del e-mail de Sanitas).
Quien escribió y autorizó ese modelo de respuesta es un imbécil, sea de IA o un humano de Sanitas. La redacción es engañosa porque no es una respuesta sino una radicación, además está pésimamente redactada, tortuosa, larga y confusa. Que irrespeto el de esa mentirosa RESPUESTA para millones de “pacientes” (usuarios), pues así nos definen… ¿Y si no te responden?
2- Prepárese para oír un carrusel de grabaciones fastidiosas y reiterativas en el 375 9000, con un menú de la IA, inexacto y confuso, además de roncas. Si logras que un humano te conteste, apriétese el cinturón de seguridad porque te sacará de cabales. Seguramente ingresaste a un digito equivocado… vuelva a marcar…
3- En oficinas -muy pocas-, que lo convierten a uno en un esclavo moderno, solo porque debe tener el tiempo disponible para desperdiciarlo, haciendo esta gestión y esperar bofetadas. En el mejor de los casos, si eres exitoso, te entregan después del largo tiempo de espera, el # número para que después pidas cita, en el mismo teléfono de mierda: 375 9000.
En el manejo de las AUTORIZACIONES está
el “secreto” del negocio de las EPS
Es como si las poderosas EPS fueran empresas de caridad y el Estado no pagara con los aportes nuestros para que presten el servicio de salud. Entre los cotizantes y el Estado aportamos mas del 90% del presupuesto de las EPS. ¿Y éstas que han hecho a lo largo de sus 30 años?
Han sido carteles privados y públicos que han forjado grandísimas fortunas y mejores robos: en Saludcoop con Carlos Palacino, los paramilitares controlando las EPS y hospitales en la costa Norte, los carteles de la Hemofilia y del Sida en Córdoba que fueron un entramado criminal que se encargó de hacer pasar pacientes con dicha enfermedad, incluso inventarlos, para luego cobrar esos servicios. Los responsables de esta corrupción fueron dos exgobernadores del departamento de Córdoba: Alejandro Lyons Muskus y Edwin Besaile Fayad y el senador Musa Besaile. Y muchos crímenes mas...
La ministra de Salud Carolina Corcho responsable de la próxima reforma al sistema en Colombia tiene claro que hay que acabar con la intermediación, entre el médico y los medicamentos, procedimientos o exámenes de laboratorio. Esa mina con la intermediación que hacen de las autorizaciones son las que les permiten embolsillarse billones de pesos de un servicio que NO prestan, solo autorizan con miles de trabas. Son los parásitos que se chupan los presupuestos de la salud y nos torturan; y además matan a un buen número de pacientes con sus trabas burocráticas o nos van minando la salud mental y la física.
Para las EPS la medicina no es un servicio social, es el gran negocio que parió el neoliberalismo en su ascenso en Chile y que en Colombia copiaron César Gaviria y Álvaro Uribe. El exministro de Educación Alejandro Gaviria está dedicado a atravesar palos en la rueda, filtrando documentos y generando confusión sobre la Reforma de la Salud, porque como bien lo dijo la ministra Corcho en el debate electoral pasado, “Alejandro Gaviria es el candidato presidencial de las EPS”.
Argumentan que así controlan gastos irracionales, es la disculpa. Pero ¿qué puede saber de un paciente y de su estado emocional y de salud un funcionario detrás del 375 9000 de Sanitas? Ellos son los ventrílocuos de la IA.
El medico también está en el paredón, ni su ética ni su compromiso con la vida humana como lo demostraron en la pandemia del Covid, les es suficiente a las EPS. Acaparan dinero a costa de nosotros y lo saquean. El mecanismo expoliador de las Autorizaciones lo han encerrado en un call center programado con IA.
La reforma debe propender por un sistema de salud centrado en las personas, en los pacientes; y no en las ganancias. Por eso la mejor definición de neoliberal es una persona a la que le sacaron el corazón y en su reemplazo le colocaron un bolsillo. Léase Cesar Gaviria, Álvaro Uribe y sus partidarios.
A los pacientes no nos tendría que importar quien está detrás de la atención, si es pública o privada; lo que nos importa es que si tenemos una necesidad en salud nos atiendan oportunamente, con calidad, eficiencia y humanidad. Que no nos humillen. Ese debe ser el norte de la reforma. El proyecto de reforma a la salud apunta a cambiar el modelo de aseguramiento privado por uno público o mixto en el mejor de los casos, pero con control, pues el mercado no se autorregula ni regula.
Si por acá llueve, por allá no escampa
Pero para superar nuestro provincianismo y no complacer las “tendencias”, reconozcamos que este problema es casi mundial, no solo colombiano. Recuerdo al cineasta Kevin Loach en su gran película “Yo, Daniel Blake” de 2016, donde plantea el problema de un hombre de 55 años atrapado en el sistema de “salud” británico para reclamar las prestaciones estatales, tras sufrir un infarto. La administración le falla a Daniel Blake sistemáticamente… “Yo, Daniel Blake, exijo mi fecha de apelación antes de morirme de hambre y cambiar la música de mierda de los teléfonos” … “No soy un parpadeo en la pantalla de un ordenador ni un número de la seguridad social, soy un ser humano”. ¡Gran síntesis! Cito a Loach para no aparecer solo puteando a las EPS.
La película de Loach expone cómo el sistema actual tan inteligente, impide a la mayoría de las personas obtener sus derechos, pues se les obliga a navegar por procesos totalmente digitalizados. La implantación de chatbots también ha sido adoptada por los bancos, el sector público y las aplicaciones comerciales. Es la IA desplegada para obstaculizar el acceso a las prestaciones de salud y ahorrar costes laborales.
Como Daniel Blake, llevo casi un año solicitando el pago de una incapacidad a Sanitas y no tengo sino el # del recibido que me respondió la IA: “Nos permitimos informar que la incapacidad ha sido radicada correctamente con número de certificado:
57753530 |
Pensaba escribir los 20 mandamientos para morir adecuadamente de acuerdo a las demandas y/o solicitudes de Sanitas Inteligencia artificial, pero esperaré a la reforma de la salud para economizarme ese esfuerzo.
El Calvario tiene más sorpresas: Cruz Verde
Foto: Cruz Verde
Salimos de las autorizaciones y los usuarios temblamos cuando traspasamos el umbral de una farmacia Cruz Verde (dispensador) porque el binomio Sanitas-Cruz Verde es el mas grande humilladero que tenemos que soportar, pues allí nos negarán -en múltiples casos- los medicamentos con variados argumentos, todos burocráticos y aparentes, pero de la IA, el sistema.
Viejos y jóvenes salen renegando de la degradación sufrida en Cruz Verde. Si tuviese plata y tiempo haría la investigación y el video de los usuarios que salen de las farmacias sin sus medicamentos y sin saber qué hacer, con sus caras de tristeza y humillación. La mas usual respuesta de los funcionarios de Cruz Verde es que el sistema no lo permite y “vuelva al médico para que corrija la fórmula”, como si eso fuera posible. ¿Cómo pedir una cita con el médico que ya lo atendió? Es imposible, en el mejor de los casos si sabe cómo hacerlo, es cuestión de semanas o meses… Nuevas llamadas, nuevas filas, nuevas negaciones, más humillación.
La verdadera encuesta sobre las EPS
Ahora uribistas, gaviristas y los poderosos mercaderes privados vociferan sobre la maravilla que son las EPS. Veamos un parámetro:
Sanitas recibe en promedio unas 30 tutelas al día para que las autoridades judiciales les ordenen a las EPS cumplir con las obligaciones que ya están consagradas en la legislación colombiana. ¿Quién pone una tutela? El que sobrevivió a cualquier enfermedad y le negaron el servicio, los que tienen tiempo o plata o demasiado desespero para pagar quien se las redacte, los que necesitan prótesis o aparatos vitales para depender en vida, etc. Pero también Sanitas y las EPS las redactan y recomiendan cuando son muy caros los servicios a prestar y desvían directamente las tutelas al Estado para que las cubra. Su misión es intermediar hasta las tutelas porque significan más ganancias.
La salud de la IA y la nuestra
Por eso es necesario reflexionar sobre qué papel queremos que la inteligencia artificial desempeñe en nuestras vidas y nuestro futuro. Hasta ahora, la IA ha demostrado que es muy eficaz en tareas menores como reservar una habitación de hotel, solicitar un crédito, aspirar la casa o esperar perezosamente un domicilio en icopor de Rappi. Pero un programa de IA que juega al ajedrez (hace 10 años logró vencer al campeón mundial) nunca podrá aprender a jugar al póker, ni entenderá el desespero del usuario bancario o de la salud frente a una calamidad o enfermedad urgente.
Superar la humillación de las claves bancarias (5 en Falabella) y sus rodeos mentirosos, o el teléfono 375 9000 de Sanitas, es una proeza de la condición humana, porque es un disparo a la calidad de vida de los colombianos, una subordinación de la mente humana a las ganancias de Keralty o de las farmacias Cruz Verde, en cuyas manos caímos.
Sin embargo, los humanos de a pie nos hemos encontrado con que la IA está presente en muchas otras tareas consideradas creativas para automatizarlas, como hacen los bancos, las EPS y el comercio en general. Una cosa es manejar cifras y otra cosa es manipular a seres humanos. Y cosificarnos para lograr nuestra genuflexión a esa nueva iglesia es la aspiración suprema a la que juegan los grandes poderes llámese financiero, de la salud, o político.
Ojalá el gobierno y las autoridades de salud tomen medidas ante un tema tan serio y urgente, que además pone sobre la mesa la fragilidad nuestra frente a los sistemas tecnológicos en los que gira todo en nuestra sociedad actual, sin ninguna regulación, sin ningún control y sin ninguna ética. ¿Han oído decir: se cayó el sistema?
Siri se despliega en Sanitas con su Chatbot
El ChatGPT está de moda y el GPT4 es la última versión. Es un loro... a veces acierta a veces no, él mismo lo admite. Nadie sabe cómo hablar con un loro, solo que se pierden días y horas para que repita algo. Pero con el ChatGPT se pueden conseguir resultados asombrosos y rápidos mediante algoritmos, indistinguibles de respuestas verdaderamente inteligentes, pero la clave diferenciadora está en que el computador no sabe lo que está haciendo y la persona sí. La inteligencia artificial es sintáctica, mientras que la inteligencia humana es semántica. La sintaxis es la parte que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar conceptos. La semántica es el significado de las palabras. Es la diferencia fundamental.
Eso es lo que no respetan Mark Zuckerberg (dueño de Meta) ni Sam Altman (CEO de OpenAI creadora del ChatGPT), que hay un sistema incorporado que funciona imperfectamente hace miles y miles de años y se llama Ser Humano con inteligencia natural, pero que hasta hoy ha permitido la supervivencia de la humanidad.
Lo que casi me produce un evento cerebral es saber que Ana María de Sanitas, además de torpe expresión de la IA, ya es un chatbot. Si nos enervan los que responden en el whatsapp de Falabella**, chilenos incultos y mal hablados -perdonen el pleonasmo- que responden desde un writecenter en Santiago de Chile; cómo será la Ana María Chatbot de Sanitas: ¿será mejor que sus funcionarios parlantes del 315 9000?
Si un bot es un programa informático que imita el comportamiento humano, y un chatbot es el bot -abreviación de robot- que simula una conversación con una persona, imaginemos el martirio que nos espera, ya no en un chat con Ana María, sino con un robot que habla, como la nueva Siri de Sanitas, introducida en nuestra salud.
Ayer tratando de radicar una fórmula a través de la web de Sanitas me sobresalté con la aparición en pantalla de ese flash anunciando que Ana María se ha convertido en Chatbol:
Facsímil de Orden para Cali
No deja de ser paradójico que Sanitas, que no fue capaz de mantener a salvo las historias clínicas y fórmulas médicas de 5.5 millones de usuarios, pues fue crackeada con un ransomware (un troyano); sí invierte en un Chatbot para manejar nuestra salud, porque su único credo es optimizar las ganancias de Keralty.
Las delicias de la estupidez artificial, perdón: de la inteligencia
El desarrollo de la inteligencia artificial perjudica a la población de a pie al aumentar los obstáculos que deben afrontar para acceder a sus derechos sociales. La IA es una herramienta que sirve para reforzar la intimidación digital; uno, porque es imposible acceder al código fuente de los algoritmos y otro, porque un ciudadano de a pie tiene suficientes problemas de los que preocuparse, para tener que aprender sobre cómo funciona un algoritmo
Los algoritmos multiplican los obstáculos burocráticos y administrativos que las poblaciones marginadas debemos sortear para acceder a sus derechos sociales y del bienestar. La inteligencia artificial retrasa, interrumpe, obstruye, además de discriminar, ya que introduce una distancia física y digital entre el banco, la EPS o la aplicación y nosotros, los de a pie.
Otro problema: la fiabilidad de la IA
La dictadura digital pretende el control de la sociedad humana mediante algoritmos de inteligencia artificial y bajo esa dictadura aprenderán a actuar sin control humano. Es una nueva tecnología, pero aparece públicamente sin ninguna clase de responsabilidad. Y la tecnología significa poder y si no se controla, su desarrollo puede acabar en tragedia.
Precisamente, Aldous Huxley el autor de “Un mundo feliz”, expresaría que “las personas llegarán a amar su opresión, a adorar las tecnologías que deshacen su capacidad de pensar”. No es algo factible, es la realidad actual. Nuestra sensibilidad y creatividad humana está siendo afectada enormemente con los “traviesos” algoritmos y es sólo pulsar unos botones para quedar enganchados.
El futuro de la IA sigue siendo incierto para los humanos. Y si no les preocupa mi radiografía de su uso elemental en Colombia, los remito a los magnates de las tecnologías y la IA (Musk o Altman), intelectuales (Chomsky) y expertos analistas como Yuval Noah Harari, Tristan Harris y Aza Raskin quienes advirtieron que “…nos ofrece regalos deslumbrantes, pero también podría hackear los cimientos de nuestra civilización". Muchos están pidiendo un pare o una tregua en el desarrollo del ChatGPT, mientras se discute como controlarlo. Hasta la Unión Europea lo está haciendo.
Elon Musk se desnuda: “La Inteligencia Artificial es más peligrosa que un mal diseño en la producción de aeronaves o una mala producción de automóviles, en el sentido de que tiene el potencial, por pequeña que sea la probabilidad, de destrucción de la civilización. Cualquiera que piense que tiene riesgo de 0% es un idiota”, agregó.
O si no, imaginen el Himno de Antioquia cantado por Pablo Escobar con tono paisa de barítono, para satisfacer el bolsillo de su innovador heredero Juan Pablo “el influencer”, quien además, como hijo del exjefe del Cartel de Medellín gana en la plataforma Vibox, casi 200 mil pesos colombianos en un minuto (unos 50 dólares) enviando saludos a sus “influenciados”, según Infobae.
A Frank Sinatra lo pondrían a cantar Los Guaduales o Nadie es eterno en el mundo. De este modo es preocupante que las empresas de IA compitan por ocupar un lugar íntimo en nuestras vidas con “chatbots” camuflados como “amigos” y vendiendo saludos saludables.
Réquiem por la salud o tendrá futuro
Sanitas, esa presumida empresa promotora de salud, me ha quitado mucho tiempo de vida y a miles de afiliados. Nos ha enredado en su carrera de obstáculos por las autorizaciones para alienarnos en un sistema infernal de dependencia, que nos agobia y derrota. Llegar a experimentar como un logro una autorización de un medicamento o de un procedimiento no es un triunfo, es la máxima expresión de alienación humana. Es una obligación prestar esa atención y no es pisoteando a los usuarios como mejora la salud. Antes que la enfermedad misma, hay que modificar a las entidades que las aceleran y estimulan.
Por eso la Reforma a la Salud enfrenta la oposición enconada de los neoliberales que solo aceptan en la gestión privada y las ganancias su modelo de sociedad. No es gratuito que estén tan desesperados por vislumbrar cualquier control público y recorte a sus intereses con la Reforma de las EPS y al sistema de salud. Lo que busca el Gobierno es dejar de girarles a las EPS cerca de $60 billones anuales para la atención de pacientes y que esos recursos se remitan directamente desde las ADRES a los Centros de Atención Primaria (CAP), a los hospitales públicos, a los que directamente prestan los servicios de salud. Ojalá se logre aprobar una reforma que tenga al ser humano como preferencia o continuaremos con el yugo del negociazo privado de las EPS actuales. Pronto se definirá.
Por mi salud mental, por mi cuerpo y por mi bolsillo renuncié a Colsanitas y estoy pensando seriamente en no volver a Sanitas -sino en caso extremo-, porque estoy agotado y humillado. Enfermo de tanta estupidez artificial y tanto irrespeto. Hablo en nombre de miles y miles de “pacientes” que cotidianamente padecemos la tortura de tener que buscar autorizaciones para todo. Y los usuarios seguiremos como víctimas de la dictadura digital de la IA y las ganancias neoliberales de ese sistema pinochetista adoptado por Cesar Gaviria y Álvaro Uribe Vélez, quienes ahora a mordisco limpio y con chantajes políticos, quieren defender el negociazo de las EPS.
APOSTILLAS:
1-No voy a pasar por alto el último gran invento de Sanitas, se llama plan PREMIUM. Los afiliados a Sanitas que paguen una cuota extra dependiendo de la edad pueden tener citas en 5 días de 12 especialidades y después de 6 meses, a hospitalizaciones que no tienen derecho los del régimen común, …
Creo que es la institucionalización de algo muy conocido en Colombia como “vacuna”, flagelo que castiga a comerciantes, empresarios, campesinos, vendedores ambulantes, etc.; quienes tienen que pagar una cuota que les imponen, para poder trabajar o si no, los chantajean hasta con la vida, les queman el negocio o les amenazan a la familia.
Esa debe ser una conquista que quede en la reforma de la salud. Que las citas y los exámenes no excedan los cinco (5) días -sin “vacuna”- desde cuando fueron ordenados.
2-Y finalmente reconozco la única innovación científica de Sanitas, es un suceso con un empleado en el “mostrador” de Teusaquillo. Necesito la cita con Dermatología, dije. Y me contestó con aire de regaño: ahora es ¡“Trastornos de piel”! Entonces le pedí la cita con un/a trastornista de piel.
*Carlos García Tobón, analista internacional con énfasis en China y la Ruta de la Seda, víctima de una EPS.
**Ver: https://www.las2orillas.co/la-pesadilla-que-es-el-banco-falabella/
Continuará con la IA de las Administradoras de edificios
2023-04-17