El cuadro de la geopolítica mundial muestra cambios interesantes, inimaginables a principios del siglo XXI, que ya se están mostrando de manera notoria: el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) ya supera en influencia económica al G-7 (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Japón), según el portal BAE Negocios. De acuerdo con los datos proporcionados, el primer grupo aporta 31,5% al Producto Interno Bruto mundial, mientras el segundo representa el 30,7% del mismo.
Cuando en 2008 se precipitó la crisis financiera mundial, se consolidó la alianza del grupo BRICS, al cual se le unió en 2010 Suráfrica. Se trata de una asociación económica y comercial, considerada un paradigma de la cooperación Sur-Sur, en contraste con las potencias occidentales del Norte. Los cinco países tienen una gran población, un enorme territorio en varios continentes, importante crecimiento económico y participación en el comercio mundial. Analistas internacionales señalan que China e India serán proveedores dominantes en tecnología y de servicios, mientras Brasil y Rusia serán grandes surtidores de materiales y alimentos. Brasil es dominante en biodiversidad, hierro, etanol, mientras Rusia posee una potente industria de armamentos y enormes fuentes de petróleo y gas natural. El grupo BRICS esta ad portas de ampliarse, con solicitudes de ingreso de importantes países como Irán, Argelia, Argentina y Turquía, y se acercan Arabia Saudita y Egipto. En agosto próximo se celebrará una cumbre de este grupo en Suráfrica, donde se discutirá la idea de crear una moneda común.
Acaba de concluir una gira del presidente brasileño Lula Da Silva a China, desde donde lanzó pullas a Estados Unidos, defendió buscar una alternativa distinta al dólar en el comercio internacional del grupo, criticó al Fondo Monetario Internacional, y pidió “liberarse de las ataduras y condiciones impuestas por las instituciones tradicionales que quieren gobernarnos sin tener mandato para ello”. Lula llegó a proponer, en la reunión con el presidente de la China Popular, Xi Jinping, utilizar en el comercio mutuo las monedas de ambos países en vez del dólar. Entre los acuerdos firmados, abrió las puertas a proyectos de cooperación en tecnología 5G, Internet de las Cosas e Inteligencia Artificial, permitiendo a China crear redes de comunicaciones dentro del gigante latinoamericano.
El contraste es Colombia. Es ostensible la creciente relación del gobierno de Petro con Estados Unidos, con frecuentes reuniones entre delegaciones de alto nivel de ambos países como la que hubo hace pocos días en Washington, y con intercambios completamente desiguales por el Tratado de Libre Comercio, que ha favorecido sustancialmente a las grandes empresas norteamericanas, como lo muestran las cifras después de diez años de dicho TLC. Las relaciones neocoloniales van a ser profundizadas con la visita del presidente Gustavo Petro a ese país en estos días. Tal como lo acaba de señalar el canciller Álvaro Leyva: “Nunca habrá una sorpresa de parte nuestra, con la relación de nuestro aliado de siempre, que son los Estados Unidos”. La vía es la contraria, porque es clave que los gobernantes colombianos defiendan la soberanía nacional, aspecto fundamental para poder tener un desarrollo económico favorable a los intereses nacionales. En ese punto trascendental, Lula Da Silva ha dado muestras de no hincar la rodilla en tierra ante el oro norteamericano y optar mejor por fortalecer el Grupo BRICS, basado en la autodeterminación nacional y en los intercambios económicos en pie de igualdad y beneficio recíproco.
https://es.wikipedia.org/wiki/BRICS
https://actualidad.rt.com/actualidad/463395-brics-supera-g7-influencia-economica