La ley de la reforma de las pensiones de Emmanuel Macron apareció finalmente publicada este sábado en el Diario Oficial, tras haber recibido la luz verde del Consejo Constitucional de Francia. La oposición y los sindicatos, muy críticos con esta promulgación express, llaman a un "tsunami" de movilización general para el próximo 1 de Mayo. Se esperan nuevas oleadas de protestas en todo el país durante el fin de semana.
Una petición a la que también se sumaba la oposición, tanto desde la izquierda como desde la ultraderecha. "Temo un estallido social", llegó a aseverar el líder del Partido Comunista, Fabien Roussel. Para la ultraderechiste Marine Le Pen, la entrada en vigor de la reforma supone "ruptura definitiva entre el pueblo francés y Emmanuel Macron". Los nueve "sabios" del órgano Constitucional tampoco aceptaron la solicitud de la izquierda para convocar un referendum que limite la edad de jubilación a los 62 años.
Pese a un constante rechazo social reflejado en todos los sondeos, se hace efectivo el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años, fijado en 2030. Además, a partir de 2027, los fraceses deberán cotizar 43 años, en lugar de 42, para acceder a una pensión completa. Y aunque partes de la reforma quedaron anuladas por el Consejo Constitucional, la aprobación de los puntos clave de la nueva ley alientan a un desgastado Gobierno. "Esta tarde no hay ni vencedores ni vencidos", celebraba la primera ministra, Élisabeth Borne, en sus redes sociales, tras conocerse la decisión.
La propuesta de Macron para una reunión con los sindicatos el próximo martes parece que deberá esperar, pues los líderes de las agrupaciones no prevén acudir al Elíseo antes de la tradicional manifestación del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, que este año tendrá un marcado carácter de protesta en Francia. La Intersindical augura una "jornada de movilización excepcional", y llama a los ciudadanos a acudir al "tsunami popular".